La zona arqueológia de Peralta, otro de los secretos de Guanajuato.

Hace más de dos años escribí un artículo que lo titulé "El secreto mejor guardado de Guanajuato" en el que me refería a Pozos como el pueblo abandonado por muchos años y que ahora estaba comenzando a resurgir para incluirse en las guías turísticas volviéndose un lugar importante para visitar. Esta vez incluyo un sitio más en el estado de Guanajuato que estuvo, efectivamente, como guardado en secreto y que ahora se nos presenta en toda su magnificencia, me refiero a la zona arqueológica de Peralta.

El acceso a Peralta es realmente fácil, tomando la carretera que va para Guadalajara, en el tramo Irapuato-La Piedad, veremos a unos 15 kilómetros el entronque que hace casi cruz, a la derecha rumbo a Cuerámaro; un poco más adelante a la izquierda está la señal, siempre en azul, como se marcan todos los sitios arqueológicos y de servicio en la carretera, que nos indica la desviación a Peralta. Esta es una de las carreteras estatales que conectan a Pueblo Nuevo con Huanímaro, justo en el kilómetro 14 es donde se ve la loma de un pueblo que se llama precisamente Loma de Peralta, allí nos bajamos del camión que tomamos en la Central de Autobuses de Irapuato y caminamos un par de kilómetros rodeando la loma, para llegar a la entrada de la zona arqueológica.

Es sorprendente para todos enterarnos que en el estado de Guanajuato, lugar asociado al arte colonial y a los pueblos mineros, existen varios sitios arqueológicos. En este mapa, teñido de azul por el motivo que ya sabes cual es, se les olvidó incluir uno: Chupícuaro, el que se ubica al sur este, por el rumbo de Acámbaro y Jerécuaro. Quizá no está anotado por ser esa la única referencia que teníamos de vestigios arqueológicos en el estado. Ahora son tres más los que están ya abiertos al público pues han sido objeto de estudio y su respectiva restauración: Plazuelas, Peralta y Cañada de la Virgen.

A quienes gustamos de caminar pausadamente, más si el aforo de visitantes es poco, por estos sitios que, en honor a la verdad, aquí en Peralta se ejecutó un estupendo trabajo; se vuelve una visita obligada. Su belleza es singular, pues el lugar elegido por esta ahora llamada cultura El Bajío fue el ideal para que desde la loma sea posible avistar buena parte del Bajío.

A unos 12 o 14 kilómetros de lo que fuera el núcleo central de esta ciudad pasa el río Lerma, nos estamos ubicando en una antiguedad de al menos 17 siglos, dado que Peralta floreció entre el año 300 y el 700 de nuestra era, mismo tiempo en el que Teotihuacán estaba en su mejor momento y ni que decir de varias de las ciudades Mayas. Y hago mención del río Lerma por una sencilla razón: la abundancia de agua que entonces había, consecuentemente las inundaciones cíclicas debido a las crecidas del río, así pues, el lugar elegido para construir esta ciudad fue el ideal, a una prudente distancia del agua.

El hecho de que Peralta sea dado a conocer nos viene a romper la idea que por décadas habíamos mantenido de que solo pueblos nómadas habían habitado la zona centro de nuestro país. Ahora sabemos que hubo un pueblo que se asentó en un sitio del que se pensaba nunca había sido habitado permanentemente y esto nos hace reescribir la Historia antigua del estado de Guanajuato y de la región del Bajío.

Se dice que la dimensión que tuvo en su momento de esplendor la ciudad de Peralta fue la misma que la de Teotihuacán, unas 150 hectáreas. De Peralta solo se conoce el 10% el resto se fue perdiendo a lo largo del tiempo por el uso agrícola que todo ese valle ha tenido.

La visita a Peralta fue para mi reconfortante. Los colores del otoño, ya casi invierno, armonizaban a la perfección. El sitio muy limpio, señalado lo suficiente para hacer el recorrido el cual es muy sencillo, es como caminar en una especie de 8.

Las primeras fotografías de este artículo son las que tomé al conjunto 2 al que se le conoce como Doble Templo y allí es donde encontramos la primera muestra que lo vuelve diferente a Peralta de los demás sitios arqueológicos: el patio hundido.

Este es el muro perimetral de ese patio hundido en su pared poniente. Sale de sobra decir que el recito está perfectamente orientado. Y hay algo que me gustó sobremanera en Peralta, la naturaleza y cómo es que se ha ido integrando a los vestigios o, dicho de otro modo, lo bien que pensaron los arqueólogos en dejar árboles y cactos en el lugar en donde decidieron crecer.

Aquí te dejo tan solo una muestra de lo que veremos mañana a profundidad, esa integración de naturaleza con la arqueología y, estando en el Bajío veremos lo habitual de la región: huizaches, mezquites, casahuates, pitahayos...

Este es el templo grande de los dos que conforman este cuerpo. La esquina apunta al sur-oriente.

Aquí vemos el patio hundido del conjunto 2. La escalinata central tiene orientación oriente-poniente; es decir, si la subiéramos estaríamos viendo al oriente.

Este detalle en verdad que tiene una belleza extraordinaria. La combinación de colores por el uso de las distintas piedras de la región nos dice de una cultura que muestra ya un refinamiento... por cierto, el que veamos este tipo de piedras no es de extrañarnos, ya que, no muy lejos de allí, unos 15 kilómetros hacia el sur-este encontramos el primer volcán de los conocidos como las Luminarias de Valle de Santiago.

Esta escalinata que resalta en su colorido se ubica en el templo menor, el que ve al sur, del conjunto 2.

Y esa línea Teotihuacana o Tolteca la vemos en cada uno de los ángulos del conjunto 2. Al fondo el espléndido Bajío.

Insisto, el manejo del color nos deja ver un gusto por lo estético...

Ahora ya estamos en el conjunto 1, el denominado Recinto de los Gobernantes, algo en verdad impresionante... esta escalinata mira hacia el poniente.

En este ángulo del conjunto 1, te darás cuenta del por qué caí en fascinación al caminar por la zona arqueológica de Peralta.

Estamos en el interior del Conjunto 1, al fondo vemos la plataforma central, redonda. Y surge una interrogante más ¿qué no nos habían dicho que solo el templo de Ehécatl era redondo? Aquí sobresale poco más de la mitad del círculo que se introduce en el patio hundido central, de enorme tamaño, por cierto.

Este es el pasillo por el que se accede al patio central. El patio de enorme tamaño está circundado por graderías, las ceremonias que allí se ejecutaron fueron, seguramente, espectaculares.

El patio hundido central viéndolo en su ángulo norte (izquierda) y poniente (derecha).

Hacia el poniente del patio hundido central encontramos otros tres patios de menor dimensión, también hundidos... ¿piscinas tal vez?

La plataforma principal, esa que es redonda...

Aquí vemos en su totalidad el Conjunto 2, la toma la hice desde el Conjunto 1.

Sorprendido y altamente gratificado acabé el recorrido por Peralta. Me voy de aquí con la idea de que debemos de reescribir la Historia antigua del centro de México...