lunes, 4 de junio de 2012

De cuando había boticas en el Bajío.

 Caminaba, hace pocos meses, por el centro de San Felipe Torrresmochas, al norte del estado de Guanajuato, cuando topé con este letrero que me llamó la atención por dos motivos. Uno, que son ya muy pocos los que quedan de su tipo y que fueron abundantes en la época de las luces de neón, por allá de los cuarenta y cincuenta de siglo XX. El otro motivo fue a que aun se anunciara el negocio como una Botica, establecimientos que ya no existen pues fueron suplantados por las Farmacias, y más aun por el Dr. Simi o por los Super-farmacias.

 Si eres joven lo más seguro es que la palabra botica no te diga mucho, pero, para los de mi generación y más aun, para los de la generación de mis padres o abuelos, la botica era algo común que habitualmente se encontraba en la calle principal del pueblo. Ante la modernidad las boticas fueron desapareciendo y dieron paso a las Farmacias.

 La palabra botica es la deformación de la deformación de una palabra. La voz original viene del griego, Apotheke que significa tienda, que al pasar al latín adquirió el sello romano y se denominó Aphoteca y su sifnificado varió un poco pues ahora lo entendemos como bodega. Fármakon es la voz griega para designar al veneno o al medicamento. Así pues una Aphoteca sería una bodega de medicamentos. El paso del tiempo y los acentos propios de cada región fueron catellanizando la palabra a lo que conocimos como botica, es decir, de bodega paso a botica.

 Esta fotografía ya histórica es el interior de la Botica de Guadalupe en Salamanca, Guanajuato; el año exacto no lo tengo pero siendo el joven boticario el que está sentado, mi muy recordado Dr. Roa, presumo que la foto es de 1925 y en ella podemos ver lo que era una auténtica botica, en donde se preparaban los medicamentos, vemos el indispensable mortero, y los frascos de porcelana que contenían los fármacos que se procesarían.

 Vemos una foto de la misma Botica de Guadalupe pero ya en 1939 o 1940 y las leyes de la Secretaría de Higiene y Salud habían marcado reglamentos, pues leemos en la parte de abajo del nombre de la botica que el: Responsable Luciano Roa, ejerce sin título de farmacia.

   Esta imagen de de una ciudad un poco al sur del Bajío, Morelia, la capital michoacana y vemos como aparece de lado a lado de la calle el anuncio de la Botica.

   Una botica en Irapuato, Guanajuato.

  Una botica en Salamanca, Guanajuato.

 Y recordemos que, hubo una época, hace ya más de un siglo, en que los refrescos de cola se vendían en las boticas (de Estados Unidos) pues se pensaba que tenía poderes curativos la bebida. Este anuncio me parece una auténtica joya, si ves la caligrafía de la Pepsi-Cola es la original. Lo encontré caminando por las calles de La Paz, Baja California Sur.

Y también en La Paz vi este anuncio de otro refresco, el Orange Crush, de cuando eran en botella de vidrio, con corcholata y, consecuentemente, no nadábamos en un mundo de basura que el PET origina... ah que tiempos aquellos!

Para ver más anuncios antiguos, entra aquí:

Y aquí:

3 comentarios:

  1. Interesante, como es que nos vamos olvidando de las cosas. Dos comentarios al respecto: A mi la palabra botica me remite a boutique. Y me parece que la botella en la última imagen es de otro refresco aunque no logro dilucidar cuál. Saludos y gracias.

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    1. Frank,

      Efectivamente, las tres palabras están emparentadas, todas tienen el mismo origen: bodega, botica, boutique. Lo puedes leer aquí:

      http://blog.lengua-e.com/2007/bodega-botica-boutique/

      En cuanto a la última foto, en efecto son dos anuncios, el de la botella es de un refresco que hay en Baja California Sur que se llama Vita, el otro, claro está, el de Orange Crush.

      Saludos

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  2. Increible, en mi ciudad aún queda una Botica!

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