Parque de piedras y pájaros. La Paz, Baja California Sur.

 De los 15 años que tengo de vivir en Baja California Sur (los primeros diez de corrido, los siguientes intermitentemente), he podido hacer al menos tres visitas cada año a La Paz, una de las cosas que me gustan de allí es que el centro es muy tranquilo, especialmente en los últimos años y, lo mejor, que está limpio (conste que no uso el sufijo isímo) y que, definitivamente, allí hay el malecón más bello de todo México. Con esto lo que te quiero decir es que he podido ver en estos largos 15 años los cambios que en el lugar se han sucitado. Te conté ya del incendio, ahora veamos algo, en verdad soberbio.

 Se llama "Parque Piedras y Pájaros" está en el mero centro, por las calles de Belisario Dominguez, Constitución y Madero y fue creado por alguien que ni es de La Paz, tampoco de México, lo hizo la dueña, o hija del dueño de Walmart, Cristina Walton. Apenas lo entregó a la ciudad, cosa de un par de meses y, como suele suceder, la mayoría de la gente local ni idea tiene de qué es o quién fue o para qué es. Por qué? pues te diré...

 Cuando caminas por las calles del centro de La Paz te darás cuenta de que, desde hace tiempo, digamos que desde que la falluca invadió a México y sus tianguis, las mercancías que antes se expendían como únicas, ahora las consigues por todos lados, supermercados incluidos; consecuentemente el comercio local se vino para abajo. Eso nos deja una ventana abierta a quienes gozamos infinitamente de la soledad y las calles pocos transitadas por gente de a pie.

 Para hacer esto más grandioso aun tenemos que en La Paz, hermosa ciudad, hay la tradición de no salir a la calle entre las 14 y las 18 horas, eso te da una oferta fabulosa que en pocos lugares (tal vez en Hermosillo o Mexicali) encontrarás, un pueblo vivo que 3 o 4 horas, cuando hace más calor, no sale a la calle y... para quienes gozamos de la insolación y la soledad esta combinación se materializa a la perfección pues la ciudad se vuelve sólo para ti. (Ojo, si vas a La Paz en Agosto o Septiembre y te atreves a caminar a esas horas por el centro yo no me hago responsable del cáncer que adquirirás).

 Así que, me enfilaba por esa calle, creo se llama Belisario Domínguez y apareció este espacio. Único, inigualable, exquisito, delicioso, excepcional (te pongo otro calificativo?), entré en él y me sentí transportado a la esencia de la ciudad, es decir, a la paz. Las opiniones se bipolarizan, quienes están de acuerdo quienes no. Yo solo te comento mi experiencia propia y personal. Pregunté a todo cristiano que encontré a esa hora y nadie me supo decir nada del sitio. Pregunté en una tienda y me dijo: ah sí, es de una europea, nada pendeja (sic) que compra casas viejas y las restaura y luego las vende. El resto de los encuestados (5) me dijo desconocer totalmente el proyecto. El asunto aquí, desde mi óptica es que, hubo alguien que supo sacarle partido a un terreno abandonado en el centro de la ciudad.

 Y siguiendo el ejemplo y caminando por la misma calle, encuentro que, justo frente a la oficina de Correos hay otro espacio rescatado, no tan espléndido, pero casi. (Esa ave está hecha solo con envases PET).

Que cada quién saque sus propias conclusiones...