León, Guanajuato. ¿1920?. Eran los tiempos en que nada era desechable y a dada de lo que se bebía le eran añadidos conservadores ni endulcolorantes. Todo natural. Quizá la idea partió de que en los Estados Unidos y se comercializaban las bebidas carbonatadas y a una agua fresca, ya fermentada, se le agregó una cucharada de carbonato de calcio. Se le conoció como Cebadina.
El Rosario, Sinaloa. 1900. Aunque más bien el origen de los refrescos embotellados en México tienen mayor antiguedad que la Cebadina. La fórmula la creó don Antonio Espinoza, primero se conoció como Tony-co, y era igual que con el origen de la Coca-cola, Pepsi-cola o Dr. Pepper, que se pensaba era un tónico reparador y se vendía en farmacias. Para los años 40 ya se envasaban los refrescos en México, en botellas de vidrio retornables y nombre sigue hasta la actualidad como Toni-col..
México, 2013. México se ha convertido en el mayor consumidor de refrescos en el mundo, rebasando a los Estados Unidos con un consumo mayor a los 163 litros por persona al año. México supera ya en 40% a los Estados Unidos en el consumo de refrescos por persona y nuestra población infantil ya rebasa en sobrepeso y obesidad a la estadunidense. (tomado de Oxfam). El problema es doble, por un lado la obesidad, por el otro la contaminación. En 2009 eran 90 millones de botellas PET las que se tiraban anualmente a la basura, para este año andamos ya en los 100 millones de botellas desechables que van a dar a la basura. ¿Es eso el progreso?
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