México, 1896. Es así como el fotógrafo francés Abel Briquet capta a uno de los Rurales, con sus trajes característicos que no es otra cosa que el antecedente del actual Charro Mexicano.
México, 2013. Es de este modo que vemos en la actualidad al gallardo e imponente Charro Mexicano. La toma la hice en la pasada corrida de toros de la Feria de Teocaltiche. Se considera a Carlos Rincón Gallardo, marqués de Guadalupe Gallardo, como padre de la Charrería en México.
Pero será bueno saber que, a principio de la época colonial, el uso del caballo estaba prohibido a los mexicanos, es decir, a los indígenas, a excepción de los tlaxcaltecas que, habiendo sido aliados de los españoles, en su República gozaban de esta prebenda. Luego de la Independencia, el uso del caballo proliferó y con ello el concepto anterior al actual charro se dividía en dos: el Chinaco y los Caporales, los primeros de origen indio o negro, los segundos, los empleados de los señores hacendados. Sería con Maximiliano que el traje de Charro va adquiriendo los matices con que lo conocemos en la actualidad, siempre recordaré al personaje del "Relumbrón", en la novela de Payno "Los Bandidos de Río Frío" como el más representativo de estos Chinacos en vía de convertirse en Charros.
Quizá sea esa la razón por la cual el charro, específicamente el traje charro, se volvió el símbolo de Jalisco, dado que el marqués de Guadalupe Gallardo tenía asentados sus reales en este estado, aunque hay quien insiste que el Mayorazgo de Ciénega de Mata, propiedad del marqués, estaba en Aguascaliente. En la actualidad está en ambos estados la zona en donde se encontraban las 15 haciendas que lo formaban, pero, entonces, cuando existía el mayorazgo, todo eso era Jalisco. Lo que si es verdaderamente curioso es que algo tan mexicano, quizá uno de los símbolos mayores de la mexicanidad actual sea el Charro y, resulta, que el Charro tiene su origen en Salamanca. No en la Salamanca de México, sino en la de España, y su nombre deriva de una voz vasca que refiere a lo vulgar, a lo corriente, quizá sea esa la razón por la cual aun hoy en día en algunos lugares de México se siga diciendo de un "gusto charro" no refiriéndose a la Charrería, sino a un gusto de cosas de poco estilo, de poca armonía, quizá un kitsch por no decir que naco. Pero, no me malinterpreten, una cosa es el Charro, con mayúscula, y otra, eso que se dice, gusto charro.
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