De pronto nos topamos con que la calle Hidalgo, Juárez o Morelos no son las más importantes de una población. Tenemos el caso de Puebla en donde en lugar de nombre tienen número. Lo mismo sucede en Mérida en donde se vuelven, por decir, numéricas las calles y las direcciones verdaderas fórmulas aritméticas: 64 x 23 y 25. Y es allí, en Mérida que encontramos esta particular forma de identificar más que a las calles, a sus esquinas, y como remembranza de lo que fue la época del porfiriato, nuevamente fueron colocadas las placas que identifican a la esquina por el nombre que llevaron durante varias décadas, como esta, la esquina de la Exposición.
La esquina del Chombo. Por cierto, según el Vocabulario de el uayeísmo en la cultura de Yucatán, de Jesús Amaro Gamboa, 1987; dice que Chombo es un mayismo campechano originado en la palabra ch'om: zopilote.
Se vuelve interesante caminar por el centro de Mérida para sorprendernos con sus excepcionales edificios porfirianos y, de pronto, encontrar esas emblemáticas esquinas, son más de cincuenta que tienen un nombre, nombre que va ligado a un acontecimiento, a un hecho, a algo que las volvían únicas y punto de referencia. Y algo más que vimos al andar por la lejana Yucatán fue, en Izamal, como hasta acá permeó, si bien no la idea de las esquinas, si la del nombre de la calle con su respectiva ilustración. No sé si hay más, solamente vi esta d la Calle del Arco. Para leer más sobre la particular tradición del nombre de las esquinas en Mérida, entra en este enlace.
Buen articulo amigo, aquí en Mérida cada esquina representa una historia, algunas más fascinantes que otras(como la esquina del degollado, o el imposible), algunas conmemoran sucesos en la época del porfiriato, y otras en la época de la colonia
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