Febrero de 2014, un domingo, luego de una semana de terrible constipado, ojos llorosos y pocas, pocas ganas de escribir, como quiera, aquí estoy, compartiendo contigo estas imágenes del interior del templo parroquial de la Asunción en Amecameca, Estado de México. Este recinto es un claro ejemplo de lo que fue la etapa inicial de arquitectura europea en México, desarrollada en los recintos conventuales de franciscanos, dominicos y agustinos, tanto en Puebla, como en Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México y Morelos, es decir, en torno al valle de México, a la capital del virreinato de la Nueva España; esa fue la arquitectura con marcados tintes medievales. Fortalezas, torres almenadas, todo eso como protección ante lo desconocido.
1527, comienza la construcción del convento de la Asunción, bajo la dirección de manos de la Orden de los Predicadores, evolucionando un poco en el estilo de construcción, utilizando la modernidad del momento: el manierismo.
Se mantiene la bóveda de medio cañón, los techos son altos, pero el recinto no es tan oscuro como aquellos que se construyeron bajo el estricto canon medieval de que todo recinto religioso debería estar, no precisamente en tinieblas, sino ya iluminado con la luz solar, ya no hay las nervaduras de marcado estilo gótico, el diseño se vuelve ágil.
Pero, ocurrió aquí, como en todos los templos católicos coloniales, que,influidos por la modernidad, se comenzaron a decorar los interiores con retablos, altares laterales, de estilo neoclásico que se pusiera de moda en el siglo XVIII. Claro es que en ese afán modernizador se respetaron algunos altares que, con el estilo barroco que floreció a lo largo del siglo XVII, como fue el caso del recinto que hoy visitamos en donde encontramos un estupendo retablo, lateral, dedicado a Señor San José, patrono de México declarado en 1555 el cual, bajo un moderado barroco, sobrevive completo hasta nuestros días, aquí te invito a conocerlo.
Altar de la capilla lateral.
El altar mayor.
El retablo de Señor San José.
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