Se dice que la capilla dedicada a San Juan Nepomuceno sobre la Calle Real en Salamanca fue levantada al mediar el siglo XVII, quizá por alguna misión de los padres jesuitas de Guanajuato, pero documento que lo autentifique no hay, el caso es que, comenzado el XVIII, la capilla ya estaba dedicada a la Virgen de Guadalupe.
El sitio, como todas las capillas de la región era de adobe y techumbre de paja, al paso del tiempo se construyo de cal y canto y ya para 1760 estaba fundada la Cofradía de Guadalupe que aglutinaba a los pudientes de la villa, de ahí que se haya propuesto construir un templo de buenas proporciones, el mayordomo que veía por las necesidades de la Cofradía hacía buenas donaciones y a su cargo estaría el nuevo templo. El personaje era acaudalado, tenía varias haciendas de labor en Salamanca y de beneficio de metales en Guanajuato. Fue por dos o tres años Alcalde Ordinario de la villa y luego se [compró] le dio el título de Regidor Supranumerario.
Comenzó la construcción del nuevo templo pero, al morir el referido mayordomo el proyecto fue abandonado y solo se construyeron algunas cimentaciones, luego comienza la guerra de Independencia y todo cambia en México.
El caso lo he venido estudiando y, sobre todo, documentando, me parece muy interesante, pues hay noticia de que ya en 1780 eran contratados niños para ser ataviados a la usanza y se les daba el nombre de Juan Dieguitos, a las niñas se les decía Angelitos y para la fiesta cuya misa era con toda la solemnidad, se hacían decorados tipo enramada con flores, frutas y telas... de todo esto daré cuenta a detalle en una próxima publicación, no aquí sino en papel... mientras, te invito a ver lo sucedido en la calle Hidalgo, mero centro de Salamanca, este 12 de Diciembre... al templo no pude entrar dado que la cola era bastante larga.
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