lunes, 9 de julio de 2018

Arquitectura vernácula que se desmorona...

   Sea por negligencia, que por falta de recursos, que por olvido, que por falta de interés o, en todo caso, por ambición, todo esto que veo, que ha sobrevivido un siglo... o más; y que fue hecho para durar dos siglos... o más, me atrae como imán cada vez que salgo a caminar por las calles de Teocaltiche. Siempre he pensado que (caso específico de las haciendas) son como un viejo al que la vida se le está acabando y que, por lo ya dicho, están tratando de sobrevivir al paso del tiempo o están en el olvido, mientras que otros viejos (comparando la vejez humana con la de una construcción) tienen alguien que les pone atención, que los alimenta, que los viste, que les hace la vida, por poco que les quede, lo más digno posible. Creo esa metáfora o comparación aplica para este caso.

























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