martes, 17 de julio de 2018

La creación de la Intendencia de Guanaxuato, 1786

  Una de las preguntas que nos hacemos de pronto es la de por qué la capital del estado se llama igual que el propio estado. La respuesta está en lo dispuesto por el Rey de España, Carlos III, en 1786 en las Ordenanzas de Intendencias, cuando se dicta la creación de eso que hoy entendemos como Estado y que en su momento eran Intendencias. Una, llamada General de Ejército y Provincia era la capital del virreinato, la ciudad de México, las otras 11, eran las capitales de Provincia (de ahí la tradición de decir que por acá en la bella provincia mexicana eramos eso: provincianos), que fueron: en la Ciudad de la Puebla de los Ángeles; la Ciudad y Plaza de la Nueva Veracruz; la Ciudad de Mérida de Yucatán; la Ciudad de Antequera de Oaxaca; la ciudad de Valladolid de Michoacán; la Ciudad de Santa Fe de Guanajuato; la Ciudad de San Luis Potosí; la Ciudad de Guadalajara; la Ciudad de Zacatecas; la Ciudad de Durango y la Ciudad de Arizpe que abarcaba Sonora, Sinaloa. 

En el caso específico de Guanajuato, esto fue lo que se incluyó dentro de sus límites:

   Se publica la célebre ordenanza de Intendentes, que divide la nueva España en doce provincias ó Intendencias; siendo una de ellas, y de las más importantes, la de Guanajuato; y quedando la Ciudad del mismo nombre exaltada al rango de Capital.

  La superficie de la Provincia es casi, casi la misma del actual Estado; y por esta razón nos parece oportuno insertar á continuación sus verdaderos linderos, tomándolos de la obra del Dr. Romero (pág. 155). "Comenzando por el Poniente en el río grande de Lerma y siguiendo hacia el Norte pasa dicha línea por terrenos de la hacienda de Santa Ana Pacueco, entra á la municipalidad de Piedra Gorda, pasa por la hacienda de Frías cerca de la casa principal, prosigue por el rancho del Palmito en jurisdicción de Jalpa; luego por terrenos de las haciendas del Comedero y Lagunillas entra al municipio de León, corre inmediata al mineral de Comanja (que ya pertenece á Jalisco) y va á salir por el llano de Cuarenta á la hacienda de Gachupines que pertenece al curato de San Felipe y sirve de límite á los tres Estados de Guanajuato, Zacatecas y Jalisco: cambia ahí de rumbo dirigiéndose al 0riente á la laguna del Blanquillo que lo separa de tajuelos (lugar perteneciente á Zacatecas) y por San Pedro del Blanquillo, terrenos del Jaral y hacienda de Villela que lo dividen del Estado de San Luis Potosí:

  Entra después á la Sierra Gorda por terrenos montuosísimos pertenecientes á la municipalidad de Xichú hasta llegar al mineral de Atargéa: de ahí comienza á voltear hacia el Sur y prosigue en esa misma dirección por el Puerto Blanco y ranchos de San Nicolás y del Fraile que dependen de Casas Viejas: cerca del Puerto de Carretas cambia de rumbo hacia el Poniente algunas leguas, hasta cruzar el camino carretero de San Miguel á Querétaro en el rancho de Buenavista: de ahí se dirige al Sur por los ranchos del Potro y Mapimí, sigue por los terrenos de la municipalidad de Chamacuero, continúa por cerca del pueblo de Ixtla y las haciendas del Obrajuelo hasta el rancho de la Calera cerca de la Estancia de las Vacas, á tres leguas de Querétaro: desde aquí prosigue por el Sur inmediata á el pueblo San Bartolo y á las haciendas de San Vicente, Espejo, Gamboa, Barranca y Sabanilla en jurisdicción de Jerécuaro hasta llegar al pueblo de Tarandácuaro, desde donde tuerce para el Poniente hasta el pueblo de Acámbaro: muda ahí su rumbo hacia el Sur por la hacienda de Santa Clara hasta tocar con el lago de Cuitséo en el pueblo de Irámuco: de aquí camina al Norte hasta el de Pejo en terrenos de la municipalidad de Salvatierra, sigue de Oriente á Poniente hasta el rancho de San José cercano á Uriangato, luego por el pueblo de Piñícuaro y la mesa de Serano que lo dividen de Puruándiro, continúa hasta tocar con el rio grande cerca de Santiago Conguripo, y volver, rio abajo, hasta el punto de Santa Ana Pacueco, lugar desde donde comencé á trazarla."

Fuente:

Marmolejo, Lucio. Efemérides guanajuatenses. Tomo II. Imprenta del Colegio de Artes y Oficios. Guanajuato, 1883. pp. 277-279

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