lunes, 16 de julio de 2018

Llegó el momento de hablar de los Mesones de Teocaltiche

  En los últimos días, digamos que en el último mes (hoy es 16 de julio, día de Nuestra Señora del Carmen), aquella que andaba (o andó) por el Monte Carmelo; he publicado algo acerca de caminos, de arrieros, de mesones y cosas asociadas a la ya añeja y añorada tradición del Camino Real, en el entendido de que sea el de "Tierra Adentro", que el de "los Tanderos", que el "de Diligencias", o el "de Arrieros", que también el "de Partidas" y todos los nombres que gustes agregar, siempre referirán a lo mismo y a una sola cosa: andar de aquí para allá.

 Y el andar en el trajín, cuando existían los Caminos Reales, no era por placer, era por necesidad. Los caminos estaban infestados de ladrones, de asaltantes, de cosas incontrolables... las lluvias eran lo peor que podía ocurrir pues esos caminos se volvían intransitables y... se dice, que en ocasiones esperaban un mes, o más, para poder cruzar pasos de ríos y arroyos. Se dice también que en aquellos tiempos la gente común, la mayoría de los habitantes de un pueblo conocían, en el mejor de los casos, unos 20 o 25 kilómetros a la redonda, no más...

  Muchos de los caminos que no eran precisamente ese que pomposamente llamamos "de Tierra Adentro" no pasaba por San Juan de los Lagos, sitio que durante dos siglos (poco más, poco menos) fue el punto más importante de comercio en Nueva España pues allí se realizaba la feria comercial más grande e importante del reino... exageremos un poco y digamos que la más importante de América (lo era). No pasaban por ahí pero dentro de los ramales y troncales, se podía llegar.

  Así que si todos los caminos conducen a Roma, bien podemos decir que en México, todos los caminos conducían no a Zacatecas o Santa Fe en Nuevo México, sino a San Juan cuando ocurría su magna feria. Feria que, por cierto, se convirtió, al paso del tiempo, en lo que hoy ocurre año con año, en abril, en Aguascalientes.

  Y no lejos de San Juan estaba un pueblo que, por su producción de eso que hoy llamamos artesanal y que en la época eran objetos de uso cotidiano, indispensables para las faenas diaria de la vida, estaba un centro productor y exportador de mercancías: Teocaliche. De ahí que florecieran, durante varios siglos dos oficios, paralelos a la producción artesanal: la arriería y la hospedería. De la arriería ya hablamos, ahora lo hacemos de la hospedería.

  Al andar por estas calles de Teocaltiche, tan particulares, tan llenas de vestigios vernáculos, tan llenas de detalles que marcan una fuerte identidad, topamos con ciertas construcciones que, sin lugar a dudas tuvieron muy al principio del siglo XX y durante la segunda mitad del XIX, la sana función y negocio, de hospedar gente. Me extraña que aquí, en Teocaltiche, no sobreviva el culto a Santa Marta, la hospedera por excelencia en el calendario litúrgico.

  Consultando en la bien surtida (poco concurrida) biblioteca local, encuentro en los autores locales algunas referencias que nos llevan de la mano a una reconstrucción de la historia de la hospedería, es decir, eso que se conoce como Mesones. Todas las imágenes que comparto nos dan referencia de ellos, quienes sean de este lugar identificarán lo sitios y, quienes motivados por lo que están viendo y leyendo, vengan a conocer, tendrán las referencias que encontré en los mencionados autores.


  Al finalizar el siglo XIX había algo así como 17 Mesones, con ese número podemos deducir la importancia que tuvo el lugar; si consideramos que en Salamanca, punto de jornada (para pasar la noche) de la diligencia de México a Guanajuato o de México a Guadalajara, había cosa de 5 mesones, el que en Teocaltiche existieran 17... o más, nos dice la dimensión del negocio que hubo aquí. En el listado que pude reconstruir están los siguientes establecimientos:

1.- El Mesón de la Estaca o "Manito", localizado por la actual cancha en el centro.
2.- El Mesón de la Alegría... no lo logré ubicar.
3.- El Mesón Azul, por la calle Zapata y el arroyo Jaloco.
4.- El Mesón Central, que luego se convirtió en el Hotel Mora, en la actual calle de Vallarta, donde está la antena de Telemex.
5.- El Mesón de Don Natividad Tejeda, no lo ubiqué.
6.- El Mesón de la Palma, en donde levantaron la actual Plaza de Toros.
7.- El Mesón del Refugio, en la calle Vallarta, frente al lugar que conserva el letrero (foto siguiente)
8.- El Mesón Hidalgo o del Gallo, en la calle Zaragoza.
9.- El Mesón de Nuestro Amo, en el Jardín Principal, actual Frida's.

10.- El Mesón de Don Longinos, atrás del actual Centro de Salud.
11.- El Mesón de San Miguel, calle Hidalgo esquina con Degollado, muy bien conservado.
12.- El Mesón de San Roque en la calle Degollado.
13.- El Mesón de Santa Clara, no logré ubicar.
14.- El Mesón de Santa Elena, maravilla que vemos en la foto arriba de estas letras.
15.- El Mesón de Santa Isabel, no lo ubiqué.
16.- El Mesón del Rosario, dicen que donde se ensancha la calle García, no sé si es la foto que tomé.
17.- El Mesón de la Alameda, en el parque Ogazán.

  Mención especial merecen, ya entrado el siglo XX, el Hotel Jalisco, el Colonial y el del Moro. Así de grande fue esa industria de la hospedería por estos rumbos de de Los Altos de Jalisco.





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