sábado, 28 de julio de 2018

El montón de lana que tenía el marqués... que no era marqués.

  En el entendido de que soy obsesivo, sucede que ciertas cosas, conceptos y/o ideas, se me quedan metidas en la cabeza y, cuando menos espero, surgen... y renace así la obsesión o quasi obsesión que tengo. Me sucede, además de con las puertas azules, con ciertas palabras, dichos o fórmulas que de pronto aparecen y me hace sacar algún recuerdo asociado a la palabra. Me explico:

  Hace unos cuatro o cinco años, estando a la sobre mesa con amena charla, un conocido comienza a contar la historia de la lana, en el sentido de que en México le decimos lana al dinero. Comentaba que entre un par de marqueses en aquellos tiempos de gloria del virreinato se vanagloriaban de que si uno tenía más dinero que el otro y uno de ellos usa la palabra lana para referirse a la cantidad de dinero que dentro de poco recibiría pues en su trasquila serían miles de borregos los que con su lana le producirían las pingües ganancias que ya presumía. De ahí -decía mi conocido- viene la tradición que le digamos lana al dinero.

  Interesante aportación, ahora bien, ¿qué tan cierta es?... me queda la duda. Duda que, de algún modo se pudiera aclarar al ver este documento que por mera casualidad encontré en el AGN en el que habla de una buena cantidad de lana, es decir, de borregos, que tenía don Manuel de la Canal, en San Miguel el Grande, "dueño de Haciendas de campo y crías de ganado mayores y menores, la compra de veinticuatro mil carneros añejos...".

  El documento menciona que serán vendidos esos animales en 17 reales cada uno (8 reales equivalían a un peso) por lo que la transacción produciría 51,000 pesos que en la época era una verdadera fortuna, es decir, era "una buena lana"... una "lanota".

  Será bueno aclarar que la anécdota algo refería a un marqués, al parecer el de San Mateo o el de Jaral de Berrio, que a la larga sería lo mismo por el matrimonio sucedido en alguna de las siguientes generaciones, es decir, está asociada a la Hacienda de San Diego de Jaral de Berrio, que está no tan lejana a San Miguel de Allende y la leyenda del origen de la palabra lana para referirse al dinero más bien la podemos trasladar a ese lugar, dado que allí existió también una casa propiedad del marqués del Jaral.

Para leer más sobre la idea de lana-dinero, entra aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario