lunes, 6 de diciembre de 2010

Ahora rumbo a Zacatecas, con final desagradable

Si me lees diariamente es seguro que te extrañó que no haya publicado ningún artículo durante una semana, no fue porque me haya quedado nuevamente sin computadora, sino que, esta vez, fue debido a que me quise hacer una "dieta" de computadora y evitarla durante una semana, esto con el fin de descansar la vista, pero más que eso, con el fin de documentar más para la Ruta de Hidalgo que voy desarrollando en el blog de http://cabezasdeaguila.blogspot.com así que enfilé rumbo a Aguascalientes y Zacatecas para documentar esa parte, hacía mucho tiempo que no llegaba hasta allá y menos con la mentalidad que ahora tengo, aguzando la vista para encontrar más detalles y tener mejores tomas y, sobre todo, llegando a ranchos, haciendas, pueblos y todo lo que aparezca por el camino. La ruta fue así:

Llegué primero a Encarnación de Díaz, esto es en Jalisco, tenía interés de conocer el Panteón local que fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad dentro del Camino Real de Tierra Adentro, pensé encontrarme con un cementerio extraordinario, llevaba la idea de tumbas colosales, de esas que proliferaron en el último cuarto del siglo XIX pero no fue así. El panteón es bastante singular, tiene la característica de que no son fosas, sino nichos, que con el paso del tiempo ha ido agrandando más y más para tener la capacidad suficiente y los nichos van formando, en buena medida, capas que circundan al cuadrángulo original. El panteón tiene características únicas, pero tanto como para darle la categoría de Patrimonio de la Humanidad... como que no creo sea para tanto, especialmente si consideramos que el concepto de Camino Real de Tierra Adentro va ligado a los siglos XVI, XVII y XVIII ya como que la segunda mitad del siglo XIX no engloba, desde mi punto de vista, el concepto del Camino Real, su parroquia es del estilo propio de la región de Los Altos de Jalisco, con esbeltas y altas torres, muy bien iluminada en la noche. Conocí también el Museo Cristero pues La Chona, fue punto clave durante el conflicto. En Encarnación de Díaz, mejor conocida como La Chona, pasé la noche. Cabrá mencionar que el nombre de Díaz es debido a don Porfirio, sorprendente que a él se le rinda homenaje en algunos lugares, como aquí, en La Chona. Al otro día seguí a lo que era mi primer objetivo, el estado de Aguascalientes, con su primera escala en la Hacienda de Peñuelas.

La Hacienda de Peñuelas, entró también en el catálogo de Patrimonio dentro del Camino Real. El único inconveniente es que solo se pueden ver la cúpula y la torre del templo desde lo lejos, pues la Hacienda está totalmente cercada y no es permitida la entrada, así que, seguimos hacia Aguascalientes para encontrar una ciudad grande, muy organizada, y, sobre todo, muy limpia. Obtuvo también título de Patrimonio, específicamente el pasaje que va del Palacio de Gobierno hasta el Jardín de San Marcos y la Catedral. Seguí luego a la Hacienda de Pabellón, que es como se le conoce en la región y que a los que llegamos de fuera notamos con que hay varios Pabellones, uno de ellos, el de Arteaga, y cuando los locales se refieren a La Hacienda es cuando mencionan a la Hacienda de Pabellón de Hidalgo un lugar que te recomiendo visitar por varias razones: primero que ha sido rescatada la hacienda, la cual alberga al Museo de la Insurgencia que acaba de ser reinagurado en Septiembre, se exhiben objetos propios del momento en que funcionaba y hay una exposición temporal que muestra la Ruta de Hidalgo, según la recorrió el historiador Luis Castillo Ledón. El templo de San Blas es una maravilla, tanto por dentro como por fuera. Son de llamar la atención las estaciones del Vía Crucis que hay dentro del templo ya que son pequeños retablos, auténticas joyas. Tiene también un palco en donde el rico hacendado subía para oír misa lejos de la chusma. Desde la plaza se ven las ruinas del molino, también del puente o una especie de acueducto que está escondido entre los plantíos y me comentaron que no lejos de allí se conserva aun la cortina de la presa que cuenta ya con sus buenos años encima. Claro es que lo que estás viendo en la foto NO es nada de la Hacienda de Pabellón, ya te enterarás el por qué.

Seguí la ruta, luego de ver la Cabeza de Águila que hay afuera de la entrada principal de la Hacienda de San Blas de Pabellón seguí a Rincón de Romos, en el camino encontré una estela más de la Ruta de Hidalgo, eso en semi despoblado en un lugar que es conocido como el Arroyo de Arámbulas. En la plaza principal de Romos, frente a la Presidencia está otra Cabeza de Águila. Y averiguando aquí y allá di con dos referencias más, a cual más interesante una de la otra: la Hacienda de Saucillo, con un largo acueducto a la entrada y la de La Punta, que aunque está totalmente en ruinas es impresionante, especialmente los torreones que hay en la que fuera la fachada principal. Los demás puntos de la Ruta de Hidalgo me fueron imposibles de localizar, por un lado porque son comunidades que están dentro de la sierra y no hay servicio público, así que seguí a un pueblo llamado Cosío, el cual, ni se te ocurra visitar pues nada hay que ver allí.... seguí al norte y entré en el estado de Zacatecas, cuando iba en el camino me dí cuenta de que la referencia que tenía de Hacienda de San Pedro es lo que toda la gente de la región conoce como Piedra Gorda, y que oficialmente se llama Ciudad Cuauhtémoc, pero tampoco me fue posible llegar hasta allá para cerciorarme de que aun se conserve la Cabeza de Águila. Llegué a Ojo Caliente, a la Presidencia Municipal. Allí tuve que hacer antesala para que me recibiera un ilustre funcionario que tal vez sabría de la existencia de la estela de Cabeza de Águila en esa población, pues nadie sabía de lo que les estaba hablando. Pero como mi paciencia no es mucha, seguí camino para toparme con algo en verdad extraordinario.

Pasando Trancoso que ahora es un municipio y que fue una de las Haciendas más ricas y espectaculares que había en la Nueva España, se ubica un crucero donde se leen varios nombres: Santa Mónica, Zoquite y Tacoaleche y justo donde está el entronque se levantan unos 20, tal vez 22 silos, espectaculares, impresionantes. Eran esos los graneros, las bodegas, de toda la región. Quedé impactado, solo que reaccioné tarde y si me bajaba implicaba caminar mucho, así que me bajé en la siguiente parada: Villa de Guadalupe, la ciudad que está conurbada con la capital del estado y allí está otra construcción que DEBES de conocer, el templo de Nuestra Señora de Guadalupe y el Convento de Propaganda Fide. Son recintos de una extraordinaria belleza que al ser nombrados Patrimonio, también dentro del concepto de Camino Real, han sido remozados y de noche son iluminados de forma espectacular. Allí me quedé, de ese modo podría recorrer tranquilamente la zona, al día siguiente lo hice, me fui primero a conocer lo más de cerca posible los Silos de Santa Mónica, son algo parecido a los conos que se ven en muchos lugares y que fueron construídos por Conasupo en los sesentas, pero que estos de las haciendas tienen más de 200 años de haber sido construidos. Si recuerdas las fotos de la Hacienda de Jaral de Berrio, allí aparecen tres de ese tipo de silos, ahora imagínate un recinto en donde se levantan más de 20...

Me adentré por ese rumbo, llegué a Zoquite, en donde hay un museo que tiene una exposición paleontológica bastante interesante, así como varias salas dedicadas a preservar los objetos que han podido sobrevivir en las haciendas, medidas de antes, como cuarterones; desgranadoras, los primeros arados mecánicos, carretas, en fin, una buena cantidad de objetos. Ah, también hay la osamenta de un mamut. Imagínate todo esto en menos de 24 horas, así que maravillado, llegué a la ex Hacienda de Tacoaleche para otra sorpresa más, esta vez 18 silos acomodados en dos hileras, uno de ellos de una forma distinta a todos los demás, como si fuera un embudo, pero trunco y a solo dos cuadras de allí la impresionante hacienda que, al menos en su fachada, ha sido totalmente remozada y se ve que en su interior siguen trabajando... me comentaron que las chimineas que se ven en las galeras contiguas a la hacienda correspondían a los enormes cazos donde se freían los puercos y demás animales, eran siete de esas freidoras con sus respectivas chimineas... y, encarrerado el ratón... me caminé una buena cantidad de kilómetros hasta un rancho llamado La Era, pensé encontraría una era, pero no fue así, como quiera, los paisajes eran en verdad majestuosos y, como mi apetito de ver más y más no tiene límite, seguí a la ex Hacienda de Trancoso para llevarme dos sorpresas, una buena, que la hacienda fue enorme, el dueño no divisaba en el horizonte los límites de sus terrenos, lo que ahora dicen es la plaza principal era el acceso a la Casa Grande, la casa de raya, el templo, el panteón y las casas principales. La mala: que no han dejado pared sin una docena de grafitis, algo impresionantemente desagradable, ver un lugar con tanta majestuosidad que ha sido totalmente arrasado por los vándalos que, no teniendo que hacer, se han dedicado a pintarrajear todos los muros de la hacienda, algo lamentable.

Al otro día fui más al norte, a Fresnillo, específicamente al Santuario del Niño de Atocha, cuya historia es en verdad bella, me refiero a la que fue concebida en España, pues en Plateros, es decir en la que fue la mina de San Demetrio los misioneros hicieron llegar un Cristo, el Señor de Plateros, pero como había también una imagen de la Señora de Atocha, la cual lleva un niño en la mano, como tantas representaciones Marianas, se comenzó a dar más culto a la imagen del Niño que a la del Cristo, llegando a ser en la actualidad uno de los Santuarios más importantes del país, allí me tocó ver como hay gente que llega a pagar sus mandas de rodillas y como es que llevan a los niños vestidos como la representación del Niño de Atocha, visto eso me seguí a Fresnillo pero, en cuanto llegué me quise salir de allí pues el ritmo que hay es más de ciudad y eso a mi no me agrada, así que a Zacatecas fui a parar.

Un frío tremendo, precios muy accesibles, mucho que ver, tanto de palacios como de museos y templos, así que caminé todo lo que pude, con el agravante de que las pendientes son cansadísimas para subir y el frío, para mí, no es tolerable, como quiera, estando dentro de algún lugar el frío no es tan fuerte. El Museo Zacatecano, que apenas reabrió en septiembre tiene una museografía bastante buena, ví también el de Pedro Coronel, localizado en un convento franciscano que fue rescatado, allí es donde hay una exhibición de máscaras de todo el país, así que agotado de tanto caminar y de lo agitado que es hacerlo me senté a ver a los payasos que se presentan en la plaza frente al Teatro Calderón y, sin darme cuenta, alguien me metió la mano a la bolsa de la chamarra y la cámara, con algo así como 900 fotografías de todo lo que te he contado... desapareció. Efectivamente, me robaron la cámara. Ni te digo lo que siento, pues ahora, en estos tiempos de hambre, tengo que comprar una nueva cámara y... recorrer una vez más esa parte de la Ruta de Hidalgo a fin de completar los artículos con sus debidas imágenes... shit happens, debo decir una vez más.
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(Las fotografías de este artículo fueron tomadas en el camino que va del Rancho San Vicente a Corralejo, en Pénjamo, Guanajuato.)

3 comentarios:

  1. ¡¡¡¡AAucchh!! como siempre un gran articulo, creeme que si da coraje saber lo que te pasó con esos rufianes...ni se imaginan el valor no material que NOS robaron...

    ¡¡¡Saludos!!!

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  2. Me encanta tu blog!!!
    Tengo mucha curiosidad en saber porque se incluyò el panteon de La Chona en el expediente UNESCO. A mi parecer tampoco lo amerita. Quien sabe, tal vez haya una poderosa razon que ignoramos. Saludos!

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  3. pues informense bien, para que no solo tengan una opinion torcida del porque se incluyo en panteon de la chona como patrimonio de la humanidad!! No ha de ser nada mas porque a alguien se le ocurrio. y midan sus juicios empiricos, o corzonadas. conozcan la historia de la chona

    saludos

    paco chavez

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