Distante unos quinientos metros del Molino que ayer visitamos, nos encontramos ahora ante lo que fue la espléndida hacienda de Tandeje. Aquí abro un paréntesis pues creo que, siendo este nombre de orígen Otomí, más bien debería estar acentuado como Tandejé. No soy experto en la lengua pero suena eso más fonético. Bueno, entremos en materia, estamos en la Era de lo que era la Hacienda de Tandejé.
Ahora vemos una de las paredes que, ya no me causan sorpresa, están grafiteadas o, como es el caso, sirven para pintar los anuncios de los bailes que habrá en algún salón cercano a la que fuera la Hacienda. Y, otra vez, nos apoyaremos en el libro de don Íñigo Laviada Vida y Muerte de un Latifundio (Porrúa, México, 1984). Cabe decir que estoy muy agradecido a Arturo Chávez, del Periódico ¿Que hay? de Jilotepec quién me regaló el libro mencionado.
Ahora estamos dentro de lo que fuera la capilla de la hacienda, dedicada a San Antonio. No tengo la certeza de que a ese santo fuera pero, leyendo a Lavida encuentro siempre la referencio de Hacienda Tandejé, y en una de ellas si lo anota como San Antionio de Tandejé.
La historia que encontramos de la hacienda de Tandejé comienza al principio del siglo XIX apareciendo como propietario el licenciado Manuel Jerónimo Valenzuela, debido a los probelmas consecuentes a la guerra de Independencia muchas de las haciendas se fueron a la quiebra, como fue el caso de Tandejé. Fue entonces adquirida por la fundación del hospital de San Andrés en la ciudad de México. Medio siglo más tarde, 1860, fue comprada por Francisco Iturbe Anciola y anexada a la de La Cañada. Sus tres hijos y su esposa, Cipriana Villar, heredaron la propiedad al año siguiente.
Francisco Iturbe Villar, casado con Dolores Aristáin; Manuel Iturbe Villar, representante diplomático de México en varios países de Europa, casado con Trinidad Sholtz y Felipe Iturbe Villar fueron los descendientes de Francisco Iturbe Anciola. Este último recibió finalmente en la herencia ya dividida, la propiedad de tres de las más prósperas haciendas de la zona: La Llave, en San Juan del Río; La Cañada, en Tepeji y Tandejé. Recibió también las casas más espléndidas que había en la ciudad de México: la de los condes de Orizaba, condes de Bellavista y la del conde de Miravalle.
"Al inicarse el porfiriato, era propietario de la hacienda Tandejé Felipe Iturbe Villar, residente en París y Niza, que visitaba poco su patria. Los administradores de sus haciendas eran eficientes y actuaban como dueños. criaban ganado, cultivaban la tierra, alquilaban parte de ella y otograban contrataos para explotar los bosques haciendo carbón. Felipe casó en Francia con Elena Idaroff de orígen eslavo y tuvo cuatro hijos.
Felipe Iturbe Villar murió en Niza el 23 de febrero de 1889. Las haciendas Tandejé, Caltengo, La Cañada y El Ocote con sus ranchos respectivos, fueron heredados por Francisco Iturbe Idaroff, solterón originario de Francia y residente en aquel país. Este tampoco visitaba con frecuencia la Republica Mexicana.
Desde tiempo atrás, el casco de Tandejé había sido arruinado en alguna de las guerras civiles y esta hacienda era manejada desde Caltengo y La Cañada. Las tres haciendas eran administradas por Miguel S. Malo que enviaba a Francia periodicamente las utilidades.
El día 7 de agosto de 1907 se formalizó la ventade la hacienda Tandeje y su anexo rancho El Quinto; la hacienda La Cañada con sus ranchos anexos San Isidro, Togui, Atongo, Descaní y Divisadero; la hacienda Caltengo y su rancho La Alberca, así como el rancho de Nuestra Señorade la Soledad o El Ocote. El precio de la operación fue de $570,000.00 pesos. La operación fue libre de gastos e impuestos para Iturbe, el vendedor".
Recordarás que cuando veíamos la hacienda de La Labor en Apaseo, comentaba del tráfico de influencias que ejerció Hernán Pérez de Bocanegra, pues bien, ahora vemos que, habían pasado más de cuatrocientos años y el tráfico de influencias no había terminado, sino que se había depurado aun más... lo peleado en la Independencia, de nada había servido... c'ets la vie. Sigamos conociendo lo que queda de la Hacienda de Tandejé. Insisto en el acento.
Te había dicho de un mapa más claro, espero este sea lo suficiente para ubicarnos en el lugar. La línea amarilla corresponde a la actual Autopista México-Querétaro, los puntos en verde marcan el derrotero que llevaba el Camino Real de Tierra Adentro, recordando que Tula, La Goleta y Xilotepec eran ramales del mismo.
"A partirde 1693, el Marques de la villa del Villar del Aguila creó un latifundio formado por tres grandes haciendas: La Goleta, San Antonio (Tula) y San José (el Marqués), ubicadas entre las pequeñas ciudades de Tula y Jilotepec al sur y Huichapan al norte, por cuyos terrenos -hoy ejidales- pasa actualmentela autopista México Querétaro, en los kilómetros del 90 al 115. Despues fraccionó, se reintegró de nuevo y creció con la incorporación de las haciendas de Calpulalpan y de Tandejé"
La hacienda de San Antonio Tandeje fue proiedad de Antonio Pérez Malcampo hasta 1782 en que fue comprada por el alcalde mayor de Chalco Manuel Alonso de Valenzuela y Aguilar, quien en 1789 fue despojado de la alcaldia de Chalco y se trasladó a Jilotepec donde fue alcalde mayor y entre 1819-1826 sostuvo pleitos con el pueblo de Xilotepec por despojo de tierras y un ojo de agua llamado el sabino visitar AGN, 1789, Tierras, vol.1185, exp. 8, fs. 36. AGN,1819-1826. tierras, vol. 3542. Exp. 2
ResponderEliminarCON RESPECTO AL NOMBRE DE TANDEJE, NO DEBE LLEVAR ACENTO YA QUE LA PALABRA TANDEJE, SERIA MAS O MENOS ASI TAN SERIA CAIDA Y DEJE QUE DEBE SER DEHE SEGUN LA FORMA QUE SE QUE SE ESCRIBE EN OTOMI ES AGUA ENTONCES ES CAIDA DE AGUA,
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