Entrar en el que fuera el Colegio Jesuita de San Martín y San Francisco Javier es toda una experiencia a la que debes llegar con una buena cantidad de información para disfrutar más de la vasta exposición de objetos que allí se exhiben, pero, además, llevar una clara idea de las representaciones iconográficas Católicas, pues, hay que considerar que en la época colonial lo que dominaba en la Nueva España era religión, religión y más religión.
Estamos ante el portal de acceso al pasillo que nos conducirá a una Capilla dedicada a Nuestra Señora de Loreto, esta es la que se ubica dentro del Colegio, la otra está dentro del templo, es decir, la primera era de acceso solo a los novicios, la segunda a los que frecuentaban el templo.
El piso es magnífico, el trabajo de ebanisteria igual lo es. Ahora estamos viendo de adentro de la capilla hacia lo que es una especie de vestíbulo, supongo, que el acceso a este recinto era para aquellos de alto nivel que vivía en el Colegio,no tanto para los novicios.
Esta es la bóveda de la capilla, no tan elevada pues es más bien pequeño el espacio, lo cual no quiere decir que sea una verdadero exceso en cuanto a ornamentación se refiere.
El trabajo de estuco sobre la bóveda de la Capilla ...
Y ahora un detalle de lo que es el altar de la Capilla, tal vez un San Luis Gonzaga orando es lo que vemos.
El piso en rededor del altar de la capilla...
La parte alta del altar...
Uno de los varios retablos de gran tamaño, los santos son todos, si en la fachada observamos más de un centenar, otro tanto tendremos por descubir dentro de la capilla interior del Colegio, ahora Museo Nacional del Virreinato.
Una representación un poco distinta de Nuestra Señora de Loreto, tengo mis dudas si es efectivamente esa la Advocación, pues todas las que he visto siempre llevan un Niño Dios sostenido con el brazo izquierdo, pero, sabiendo que es la Advocación Mariana más venerada que los Jesuitas tienen, quiero pensar que sí es ella.
Felicidades por tan bella Página.
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