La verdad no tenía planeado incluir una visita a Tres Zapotes, medianamente sabía del lugar, pero, al ver el mapa del lugar en donde me encontraba y notar su cercanía, salí directamente de San Andrés, para el mercado, que me quedaba apenas a tres calles de distancia y busqué la parada de los taxis colectivos que me llevaran a Santiago Tuxtla pues Tres Zapotes está luego de esa población, forma parte de ese municipio.
Cuatro pasajeros se deben completa para que salga el taxi, eramos tres, esperamos un rato y no llegaba el cuarto, así salimos, una vez más a cruzar esta impresionante jungla, el trayecto es corto, cosa de entre 15 y 20 kilómetros, el costo es el mismo que a Catemaco, $12.50 (tarifa de febrero de 2014). Dos de los pasajeros comenzaron amena plática, fue entonces que oí que uno de ellos iba precisamente a Tres Zapotes. Le pregunté que si la zona arqueológica estaba abierta, me respondió el Museo sí. ¿Y salen los colectivos continuamente?, fue la segunda pregunta, sí, todo el día. Eso me dio la seguridad de ir para allá.
Fue entonces que esta persona me preguntó ¿va para allá? sí, le dije, quiero conocer la zona arqueológica. Ah, el Museo, me dijo. Sí, el Museo, respondí, pensando que seguramente lo que yo entiendo por zona arqueológica él entiende por museo. El colectivo sale del otro lado del río, me dijo. ¿Lo puedo seguir? vengase, yo voy para allá.
Y el hombre enfiló a paso rápido, cruzamos el río y llegamos a la parada, en cuanto subimos arrancó el taxi. Todo esto fue más rápido que lo imaginado. Comenzamos a entrar en semi despoblado, a ver una jungla que ni era espesa ni era abundante, pero de que había una abundancia de verde lo había.
Por estas latitudes el sotovoce no existe. Me enteré de toda una serie de datos en la conversación que sostuvieron dos de los pasajeros. Lo primero es que esta carretera estaba en pésimas condiciones. Apenas hace poco comenzaron su reencarpetado y que ya están terminados varios kilómetros. La conversación siguió animadamente, ahora el tema era la migración hacia los Estados Unidos, uno de ellos había cruzado por Laredo, el otro lo había hecho por Ciudad Juárez y ambos coincidían en una cosa: que en Veracruz conseguían de todo durante todo el año, todo fresco y de buen sabor, en cambio, en el norte, el mayor problema no era la "migra" sino la comida, que no sabía a nada y pusieron un ejemplo que me hizo reflexionar:
Aquí, dice uno de ellos, vas al mercado y ves que un pollo es de ayer y no lo compras, pues hay fresco, del día... en cambio, allá, vas al súper y el pollo que compras está verde, quién sabe cuántos días tiene metido en el congelador... y así es todo por allá. He visto, continuó diciendo, que muchos andan por aquí perdidos en el vicio, y se van para allá para acabarse de perder... (Los viajes ilustran, volveré a incluir la consabida frase de mi abuelita), luego comentaron algo más.
Oye, ¿te acuerdas de tal? y le dijo el nombre de una persona. Sí, ya se murió. ¿Cómo? ¿qué no te enteraste? le respondió. Pues se enroló con una dama, ya sabes, de esas que les gusta bailar y tomar, se la trajo a su casa.... vivió un tiempo con ella, luego se le fue. Pasó un tiempo y resultó que los infectó. ¿De qué? preguntó... pues de Sida, ya van tres muertos.... Mejor comentario no pude haber oído por estas latitudes, esto me dice la dimensión del problema del cual ya no se habla pero sigue vigente.
Levaba puesto los ojos en el paisaje, y los oídos en la conversación, me pareció bastante ilustrativa y, sobre todo amena, esos modos tan particulares de hablar en esta región tropical en la que, de pronto, suena a cubano, a canario, a jarocho, y a toda la mezcla propia de los cientos de acentos que hay en nuestro país. Comenzamos a pasar por varias comunidades en donde la vida lleva otro ritmo.
Y llegamos a Tres Zapotes, municipio de Santiago Tuxtla. ¿A dónde va? me preguntó el taxista. Voy a la zona arqueológica, respondí. Ah, sí, el Museo queda allá, y me señaló hacia donde tenía que caminar. Mi idea era bastante fija: en una zona arqueológica siempre hay un Museo de Sitio, por lo tanto si me dicen que el Museo está para allá, allá es donde debe estar lo que busco, para allá enfilé.
Ya llegué... es decir, ¿ya llegué? veo un enrejado, pero no el sito, sólo el Museo. Entro...
Un raro y extraño visitante llega... creo que eso pensaron los tres custodios que había allí, guarecidos de la llovizna. Esperé a que llegara uno de ellos, me fui a la taquilla y le dije que me interesaba ver la zona arqueológica. Aquí es el Museo de Sitio, me respondió. La zona arqueológica está a tres kilómetros de aquí, bueno, el rancho, luego de allí hay que caminar dos kilómetros más al ejido. No hay carretera. ¿Anda a pié? Ya con esa descripción entendí el por qué cada vez que decía "zona arqueológica" la respuesta aclaratoria era "el Museo". Pagué mi cuota de acceso y dejé la idea de ir a la jungla con llovizna y lodo y demás etcéteras.
Estamos en uno de los puntos más antiguos que hay en todo México, en uno de los puntos en donde floreció la civilización olmeca y estamos en uno de los museos más desangelados de todos los que he visto en nuestro país. El Museo, a detalle, te lo mostraré más adelante pues le tomé foto a cada una de las piezas en exhibición, ahora lo que me parece sumamente (no sé si escribir "raro", "particular", "extraño" o "curioso") es esto:
"La zona de Tres Zapotes es conocida mundialmente no sólo por sus dos cabezas colosales sino también por la famosa Estela C, que fue encontrada a 3 kilómetros al noreste del pueblo, dentro del llamado Grupo 3... Se trata de una lápida de basalto, labrada en sus dos caras, en una se representó un rostro humano-felino portando un ornamentado tocado y en la parte posterior el escultor plasmó una fecha en el sistema calendárico llamado cuenta larga, cuya lectura se mantuvo en duda hasta que se corroboró con el hallazgo de su complemento".
Pues que la otra parte está en la ciudad de México. Bueno, creo ya vimos todo lo que hay en este Museo (recuerda que más adelante lo veremos a detalle), he desistido de ir a la zona arqueológica, así que mejor caminaremos un poco por el pueblo de Tres Zapotes, a ver que encontramos:
Hola:
ResponderEliminarFelicidades Benjamín, he estado leyendo tus últimas entradas sobre los Tuxtlas, Veracruz; es una región mágica y hermosa, para mí la más hermosa de México. Lástima de las carencias que tú mencionas porque es una realidad; los gobiernos municipales y estatales han descuidado la zona, que según mi punto de vista podría ser la región que detonara más turísticamente, inclusive la ganaría a otros desarrollos como Cancún, Puerto Vallarta o Acapulco, pero intereses económicos impiden que detonen toda la zona de los Tuxtlas. Si tienes oportunidad anda por las playas de la región y cuéntanos, va a ser un paseo muy agradable. Gracias
Hola Benjamin; te felicito por tu aportacion, en algunos ayeres mi intencion fue visitar este lugar (Tres Zapotes) pero se frustro mi viaje y ahora le dije a mi hijo que lo llevaría a conocer esta zona arquelogica, buscando como llegar me encontré con tu aportacion y descubri que este lugar es un punto de referencia para los hallazgos de los vestigios Olmecas es para mi muy desilusionante.
ResponderEliminarFelicitandote por todo tu trabajo en “El Bable” y deseandote mucho exito en el te pido un gran favor que espero me lo puedas, sino es mucha molestia pasame el link de tus comentarios del museo de sitio de Tres Zapotes para continuar con tu experiencia por ese lugar. Espero tu ayuda en pctareas@hotmail.com, GRACIAS.
Sino es mucha molestia pasame el link de tus comentarios del museo de sitio de Tres Zapotes para continuar con tu experiencia por ese lugar. Espero tu ayuda en pctareas@hotmail.com, GRACIAS.
ResponderEliminarCamilo, el artículo sobre el Museo de Tres Zapotes no lo he publicado aun debido a que las fotografías que tomé están en una lap que de momento no he podido arrancar, será hasta que encuentre quien me la reparte que podré sacarlas de allí para complementar mi reseña.
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