Catemaco es conocido por varias cosas, una su laguna, la otra sus brujos. Pues bien, yo me dirijo hacia Catemaco para evitar precisamente eso. Ni voy interesado en que me hagan alguna limpia o embrujo, mucho menos un hechizo, tampoco a dar un paseo en lancha por su laguna, lo que me interesa es ver ese pueblo metido en mitad de una selva exuberante en donde la abundancia del verde llega a sublimar la paleta del más depurado pintor.
Luego de recorrer el centro de San Andrés Tuxtla el día anterior, me dispongo esta mañana ir para Catemaco. Me entero de que hay taxis colectivos, aquellos que antes se llamaban peseros y que su nombre lo adquirieron porque se cobraba un peso por persona, solo que por acá la tarifa está (2014) a como estuvo el peso frente al dólar durante varias décadas: $12.50, es apenas media hora, quizá menos, de trayecto. El Norte sigue, está un nublado, esto acentúa aun más el color verde y los contrastes son estupendos.
Encuentro mi desayuno en la primera esquina, piñas, de las más buenas que he probado, a sólo diez pesos cada una. A estas no hay que ponerles nada, ni limón, ni chile, mucho menos sal. Están en su punto y no es para menos, estamos en la mera temporada y en la mera zona de producción piñera. Me como dos, por primera vez en mi vida no se me escalda la boca, la razón es sencilla, la piña es del tipo "Miel".
Ni sé que día es, pero es entre semana, el pueblo tiene su movimiento regular, gente que va y que viene, muchos autos, y todo en el habitual ritmo de un pueblo mediano mexicano. Llego a la plaza principal, la Presidencia Municipal tiene una torre, a lo lejos pensé fuera ese un templo pero no lo es; en su corredor se exhiben cuatro piezas prehispánicas encontradas en las cercanías, son de manufactura olmeca. Piedras perfectamente pulidas. Al centro de la plaza su kiosco y al frente la iglesia parroquial, se trata del Santuario del Carmen.
Bien sabemos, quizá sea lo más difundido de Catemaco, es esa relación que hay con la brujería; pero también es Catemaco un punto de peregrinaje católico en la geografía nacional pues aquí hay una fuerte veneración de Nuestra Señora del Monte Carmelo, es decir, la virgen del Carmen, la cual tiene su Santuario y, parte del sincretismo entre las culturas indígena, negra y europea, dio por resultado esta ofrenda que se le lleva: flores y albahaca.
Recuerdo que la primera vez que vine a Catemaco, hace al menos 20 años fue justo en Julio, acababa de pasar la fiesta del Carmen y el aroma intenso que se sentía en la basílica era de hierbas, aunado esto a la alta humedad que imperaba. Ahora es invierno, el clima es muy agradable, y poca la humedad.
Aquí estamos en el camarín de la virgen y vemos como son depositadas las ofrendas.
Se dice que esta imagen fue traída de Venecia, y la intención de los Descalzos era llevarla a Coatzacoalcos, haciendo escala en Catemaco los lugareños solicitaron que se quedara y de allí comienza esta fuerte veneración. Esta advocación mariana está asociada al primitivo culto a venus y la aparición de Sirio en el firmamento, y a la cosa marina, por lo que encajaba muy bien que la fueran a colocar en la costa, pero, no fue a dar allí, como quiera, considerando que aquí hay una laguna y que el mar está a unos 70 kilómetros, todo esto cubrió la regla, si es que hubiera reglas para ello.
En el recinto basilical estaban trabajando, seguramente quedará espléndido para el próximo 16 de julio que sea su fiesta, la pintura decorativa que están aplicando o, en todo caso, retocando, le da ese tan particular sabor a los templos decorados con ese estilo arraigado desde mediados del siglo XIX.
Caminemos pues, por las calles de Catemaco...
Curioso, sumamente curioso estos ornamentos que rodean el busto de Juárez, son doce y en cada uno de ellos colocaron a cada uno de los siglos zodiacales, desconozco la razón, tal vez asociado al asunto masónico y sus muchas simbologías... ¿será?
A tan solo un par de calles de la plaza principal está la laguna, esta vez la veremos solo "por encimita" pues hice una buena cantidad de fotos de ella, que incluiré en un futuro artículo.
Es raro, soy el único viandante, el único turista que camina por el malecón, me cuentan que para ciertas temporadas, especialmente Navidad, Semana Santa y vacaciones escolares el sito se llena completamente, pero eso no está ocurriendo este día. Los tegogolos son el plato típico de la región, son caracoles de agua dulce. No me atreví a comerlos, el nombre no me pareció nada invitante.
Barro verde para las mascarillas faciales, dicen que es muy bueno, incluso tomado para las varices.
No podía faltar, aun estando aquí la Basílica del Carmen, este es un altar a la virgen de Guadalupe.
Lo dicho: no había turistas ese día.
Otra de las cosas por las que se conoce Catemaco es por los Changos, recuerdo que aquella vez, vi en un restaurante un platillo en el que, encima de él estaba la cabeza de uno de ellos... menos atractivo aun (para mi) comer semejante cosa.
Y veo que ahora en Catemaco el suvenir de moda es, precisamente el chango. Sigamos caminando por Catemaco en la mera selva de Los Tuxtlas, en el estado de Veracruz.
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