Sobre las Adelitas mucho se ha hablado y mucho se ha escrito, ellas llegaron a ser parte de los íconos que tenemos en la memoria colectiva de la Revolución. Se dice que la Revolución se hizo en el tren, y es cierto. Yo vivo muy cerca del kilómetro 333 de la ruta México-Ciudad Juárez (en Salamanca, Gto.) y se dice que por aquí pasaron todos: villistas, carrancistas, obregonista, creo que solo zapatistas fueron los que no anduvieron por estos rumbos. Y de seguro conoces si no todo el acervo fotográfico de Casasola, al menos conoces la imágenes más representativas, una de ellas se ha vuelto la más difundida; la de las Adelitas.
Y sí el Papa dijo ya que no hay Purgatorio, y el anterior de la sede vaticana había dicho que no hay Limbo, no es de espantarnos saber que eso que todos hemos idealizado como la imagen más representativa de las Adelitas de la Revolución Mexicana, resulta que no, que esa mujer, morena, de mirada fiera que se asoma por la escalerilla del vagón no es tal, no es una Adelita, una luchadora de la causa, sino que es una acompañante de la tropa. Para entender mejor la idea de "acompañante" nos apoyamos en lo dicho y luego publicado en las II Jornadas de Antropología Visual, en donde se dijo que...
"Una de las fotografías de la agencia se convirtió en uno de los íconos más importantes de la revolución y a la postre de la historia de la fotografía en México durante el siglo XX. Se trata de la imagen de una mujer que fue identificada de inmediato por escritores y especialistas como soldadera y que fue considerada como el símbolo de la participación femenina en la gesta revolucionaria y en la construcción de la nueva nación. La fotografía se atribuyó durante décadas a Agustín Víctor Casasola. Durante todo ese tiempo la figura de esta mujer, -que se vinculaba a las populares “Adelitas”- asomándose por las escalerillas del vagón de un tren fue asociada de manera positiva a los ideales revolucionarios y acompañó de manera orgullosa la reflexión de historiadores y académicos sobre los logros de la revolución mexicana".
"En los noventa del siglo pasado, el investigador John Mraz cuestionó el uso histórico de esta imagen al no limitarse a las fotos publicadas y estudiar la placa completa de la fotografía en el acervo de la Fototeca. En ella puede verse que la supuesta soldadera está acompañada de otras siete mujeres, la mayoría de pie y algunas incluso posando frente a la cámara. El historiador gráfico llegó a la conclusión de que se trataba de un grupo de prostitutas que viajaban en un vagón de las tropas federales leales al dictador Victoriano Huerta. Este planteamiento dejaba muy mal parada la imagen idílica de la soldadera revolucionaria como Adelita y la convertía en forma irónica en una prostituta ligada al ejército del odioso dictador". (1)
Así pues, la Adelita, la imagen de Adelita que muchos tenemos idealizada a través de esta fotografía no es tal, según los Antropólogos y estudiosos de la imagen han revelado. Esta imagen corresponde a un grupo de Acompañantes, ni siquiera de Soldaderas las podríamos calificar luego de lo que encontró en su estudio Alberto del Castillo Troncoso. La Adelita, tuvo nombre, y se llamaba efectivamente Adela, Adela Velarde Pérez.
Fuente:
1.- documental, memoria y movimientos sociales. Ponencia de Alberto del Castillo Tronconso sobre el papel de la fotografía documental en la investigación histórica en torno al caso del movimiento estudiantil de 1968. Este trabajo fue presentado en la mesa "Documental, memoria y movimientos sociales", durante las Segundas Jornadas de Antropología Visual en la ENAH, en 2006. (Para leer la ponencia completa, entra aquí.)
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