Los hay por todo México, sea norte que sur, montaña o en tierras bajas, se conocen como chacuacos y si la palabra no te suena conocida no es otra cosa que una chimenea. Razón por la cual en algunos camiones de carga hay una pieza llamada justo así: chacuaco, la salida de los humos propios de la combustión. Y la palabra, cuando nos adentramos a los antiguos libros no es nada nueva y su significado era otro que poco tiene que ver con la chimenea:
Diccionario de Autoridades - Tomo II (1729)
CHACUACO. s. m. Apodo que se da a la persona rústica, záfia y de mala presencia. Latín. Inurbanus, incultus homuncio.
chacuaco. Definición actual:
De or. amer.
1. m. Ingen. Horno de manga para fundir minerales de plata.
2. m. Méx. chimenea (‖ conducto para que salga el humo).
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En la primera imagen vemos un chacuaco en pleno centro de San José Iturbide, era una fábrica de jabón, tengo entendido. En la segunda se ve claramente el chacuaco de una hacienda en Suchitán, municipio de Villagrán, Guanajuato, sitio en donde se sembraba caña de azúcar. Esta que vemos ahora es lo único que sobrevive de la fábrica de jabón La Constancia, en Irapuato, Guanajuato. El siguiente es el chacuaco de la ex hacienda de Santa Ana del Conde en León, Guanajuato.
En el Vocabulario de mexicanismos de Joaquín García Icazbalceta encontramos otras acepciones:
* Chacuaco. m. Horno pequeño para fundir metales.
2. En el Estado de Morelos se da este nombre a las chimeneas de las casas de calderas.
3. En la California hallamos la voz en otro sentido.
«Aplicaban al enfermo en la parte llagada ó condolida el chacuaco, que es un cañuto de piedra negra durísima, y por él chupaban unas veces, y otras soplaban con gran fuerza, creyendo que extraían ó ahuyentaban la enfermedad. Á veces llenaban el cañuto de tabaco cimarrón ó silvestre; y encendido éste hacían la misma maniobra de chupar y soplar con el humo» (Noticia de la California, tom. I, página 111. V. además tom. I, pp. 113, 117; tom. II, p. 393). (Tomado de Cervantes virutal.)
Se antoja increíble en nuestros días, pero así fue, el Bajío, el mero centro-sur del Bajío, fue productor de azúcar hace algunas décadas, aquí vemos un vestigio más, en el municipio de Jaral del Progreso, no sé a cuál hacienda corresponda.
Y más increíble es ver los restos, y su chacuaco, de la que fuera la productora del afamado Ron Bajío, en Villagrán, Guanajuato.
En pleno centro de Celaya, Guanajuato, se yerguen, con cierta majestuosidad, los chacuacos de la que fuera la fábrica de textiles Zempoala, empresa creada por Lucas Alamán que luego pasaría al español Eusebio González y su acaudalada esposa, Emeteria Valencia.
Es evidente que comparto fotos de chacuacos de lugares del estado de Guanajuato, aquí uno más, de una mina, la de Santa Brígida, en Mineral de Pozos.
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