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martes, 14 de julio de 2020

Los problemas que la moneda de cobre tuvo en México, 1836-1837

  Comentaba hace poco aquello de los “veintes” que usábamos para activar un teléfono público, eran de cobre, aunque luego, ya en los ochenta la moneda comenzó a cambiar, especialmente de tamaño, creo que la última en gran formato fue la Coyolxahuqui, moneda de 50 pesos, aunque después, hubo una de mil pesos que tenía en su anverso a Sor Juana, parecía de cobre pero era en realidad aleación de bronce y aluminio. La que si era grande y de cobre era el Cuahutémoc, que lo conocíamos por “Tostón”, equivalente a 50 centavos. Hubo también “Josefitas” y “Dieguitos” (estos eran de bronce), 5 y 10 centavos, respectivamente, los que eran de cobre son, -creo- los de antes de 1954.

  Pero ya desde el virreinato, hubo problemas con las monedas, pues algunas, no recuerdo bien si eran de cobre o no, la gente no las quería y las tiraba al lago… y esto que ahora nos ocupa es lo ocurrido en la cuarta década del siglo XIX, tiempos de inestabilidad de todo tipo, tiempos en los que el general Santa Anna entraba y salía de la presidencia de la República unas veces ocupando el cargo, otras renunciando a él… incluso huyendo del mismo. 

  Las imágenes que acompañan esta entrada son de las monedas que conservo de cobre, aclarando que la de Sor Juana es aleación, como ya lo comenté, así pues ahora leamos sobre el acontecimiento:

   “Como diputado que fue a aquel congreso, Bustamante nos da sobre el asunto los siguientes detalles. El diputado Tagle, dice, fue el primero que se atrevió a proponer medidas para suavizar este mal, ya que no pudiese extinguirse de todo punto. En la sesión del 7 de julio la comisión de hacienda, dirigida por el sabio diputado, expuso al Congreso la necesidad de tomar aquel mismo día una providencia eficaz para contener los estragos que la moneda de cobre causaba, principalmente la que se fabricaba de contrabando. “entra, dijo la comisión, en México, en cargas elaboradas fuera de la capital; en las ciudades, villas y aún aldeas más despreciables se fabrica con escándalo y publicidad en aquellas pequeñas máquinas venidas de Norteamérica, y se elabora con tanta perfección que en nada se distingue de la nuestra Casa de Moneda; no es esto lo peor, sino que parece que se han conjurado y hecho a unas de las tiendas de comestibles, panaderías y plazas para devolver a los compradores sus cuartillas, diciéndoles que son falsas, lo que ha producido una gran murmuración en el pueblo y en los soldados cuyo prest se paga en esta moneda, y como no tienen que comer blasfeman del gobierno y se teme una asonada de un momento a otro. Por estas razones, dijo Tagle pido que se admitan en todas las oficinas recaudadoras y pagadoras toda clase de cuartillas cuyo tipo y tamaño sea igual al de la Casa de Moneda”. 

   Bustamante impugnó esta proposición que equivalía a canonizar un crimen, cual es falsificación de la moneda, y obligaba a la nación a pagar cuatro o cinco millones de pesos en que se calculaba la circulación de moneda falsa de cobre. Recibió la desfachatez con que se acuñaba no solo en las inmediaciones de la capital sino en esta misma, pues en el silencio de la noche oía golpes de volante en la casa contigua a la de su habitación. “en Cuautla, añadió, cuando alguien se presenta a cambiar plata por cobre, por quien primero pregunta es por el juez o por el comandante, pues cada uno tiene su fábrica”. Mangino se opuso también a la proposición de Tagle y manifestó que el gobierno no podía pasar por medida semejante. Sin embargo, por una falsa idea de conmiseración para con los pobres la Cámara adoptó lo propuesto por Tagle, y expidió una ley en un todo conforme con ello. Más de una fortuna particular de las que han llegado hasta nosotros no reconocieron otro origen que los negocios que especuladores descarados hicieron con la moneda de cobre que entraba en abundancia en las cajas del gobierno; el comercio estaba obligado a recibirla sin descuento, pero aumentó los precios de los artículos que con ella se compraban. Según más arriba indicamos, el conflicto no quedó cortado y más adelante produjo serios disgustos y trastornos públicos, como a su tiempo veremos. (1)

Otros más serios temores reclamaban la atención del gobierno: las medidas dictadas para remediar los conflictos originados por la abundancia de la moneda de cobre ningún resultado habían producido, pues la acuñación fraudulenta continuaba en todo su vigor. El 25 de febrero la ciudad de Querétaro se vio, por esa abundancia, amenazada de una segunda revolución, que el gobernador don Rafael Canalizo pudo cortar, mandando que se admitiesen las cuartillas por valor de un tlaco: el gobierno general desaprobó la alteración de esas monedas y le mandó presentarse en México a contestar los cargos que se le hacían: Canalizo obedeció la orden y en el camino sufrió el accidente de que se rompiese la diligencia que le conducía, porque entre la carga figuraban setenta y dos arrobas de cobre enviadas a México por el señor Rubio, comerciante de San Luis, que, cual otros muchos, enviaba cargas de esta moneda a México donde aún no se había minorado su valor. (1)

                           
  Pronto en la capital hubo extraordinaria abundancia de cobre entrado del interior, y los almacenes de ropa, carnicerías, panaderías y tiendas cuadruplicaron los precios de los efectos, sin que se asentasen a conjurar los males que se tenían ni el Gobierno ni el Congreso, ni Banco de Amortización. Por último, resultado de sus repetidas conferencias y discusiones, lo que habíase desaprobado en Canalizo hubo de hacerlo el Congreso, y el 9 de marzo dio una ley reduciendo a tlacos las cuartillas. Ese mismo día, en los momentos en que se publicaba por bando el decreto susodicho, los numerosos perjudicados con la reducción del valor de la moneda promovieron en la plaza de Armas un alboroto que se propagó en cortos instantes por todos los rumbos de la ciudad, y todas las puertas y todas las tiendas fueron con estrépito cerradas. La alarma continuó todo aquel día y creció en los siguientes, pues el disgusto también crecía por efecto de unos papeles que aparecieron en las esquinas, pegados sin saberse por qué, diciendo que el Congreso había reducido nuevamente las cuartillas a la mitad de un tlaco. Las masas insolentadas rodeaban en número inmenso los alrededores del palacio pidiendo que se les abriesen las puertas del congreso que en medio de aquel barullo buscaba una solución al trastorno, predominando sobre el temor de los más la opinión de Bustamante, Tagle, Michelena y otros que aconsejaban que la cámara no se sucediese de su dignidad doblegándose a la exigencia de la plebe.

   Como esta no disminuía en número, ni cejaba en sus gritos y clamores, el diputado don Mariano Chico llegó a creer que el gobierno tenía miedo a los revoltosos y, arrebatándose, hizo proposición para que Corro fuese inmediatamente separado de la presidencia y nombrado otro presidente con arreglo a la Constitución de 1824. Proposición tan atrevida quedó de primera lectura, sin que nada se resolviese porque se notó que estaba incompleto el quorum. Acto continuo levantó el Congreso la función y los diputados hubieron de salir por las caballerizas del cuartel del palacio a la calle de Santa Teresa, procurando evitar el peligro de ser insultados, como lo fueron algunos de los que atravesaron la plaza, en cuyo recinto la multitud pasaba de once mil personas. Una compañía de lanceros salió del cuartel del palacio a dispersar la muchedumbre, pero recibida a pedradas, necesitó hacer uso de sus armas en la esquina de las calles de Flamencos y del Puente de Palacio, causando algunos muertos y originando las carreras consiguientes a esta especie de motines. En la tarde del 11 se publicó un bando que prohibía toda reunión mayor de cinco individuos y ordenaba a los comerciantes tener abiertas sus tiendas y recibir la moneda de cobre por el valor que le dio la ley el día 9, so pena de doscientos pesos multa. Entre los desórdenes cometidos por los amotinados tuvo que lamentarse, porque costó a la República una fuerte indemnización, la rotura de las vidrieras de los escaparates de la tienda llamada el “Tocador de las Damas” en la calle de Plateros, y las de la titulada “El Globo”, en la esquina de la calle de Palma; ambas tiendas eran propiedad de subidos franceses: la primera giraba bajo la razón “Burgos y Clement”. 

   En la sesión del 13 los diputados Villamil y Rivero, propusieron se indemnizase a los perjudicados en la reducción del valor del cobre, pero ni su proposición ni otras muchas que se presentaron por otros individuos fueron admitidas por el Congreso, resulto a mantener la ley del día 9.  (2)


Fuente:

1.- Arias, Juan de Dios. México a través de los siglos. Tomo 12. Editorial Cumbre, México, 1987, p. 80

2.- Ibid, pp. 87-88

miércoles, 8 de julio de 2020

Los veintes: post dedicado a los millennials

   Esta imagen corresponde a 1975 en la esquina de las calles Allende y Sánchez Torrado. Verás por ahí un teléfono público, es esa especie de cápsula de acrílico color naranja. En esa década, era común ver en muchas esquinas esos aparatos públicos. Hubo otro tipo de cabinas, era lo más normal que teníamos y en ocasiones era necesario esperar mucho tiempo para hacer uso del teléfono. En las ciudades grandes, la de México, por ejemplo, las colas que se hacían para esperar un teléfono eran grades... y desesperantes. 

  En esta escena, también de la década de los setenta, vemos otra escena normal, es en alguna calle del centro de la ciudad de México, eran normales los boleros y eran normales los puestos de periódicos y revistas. Y si ves con atención la imagen verás que el bolero, harto de lo que sucedía todos los días a todas hora, puso el letrero "no cambio veintes", eso debido a que era necesario tener un veinte... o varios, para que el teléfono público funcionara. Era normal pedir veintes a los amigos, o cambiar monedas grades por veintes. De ahí también el término "ya me cayó el veinte", que quiere decir que ya entendí algo, en referencia a que, cuando el veinte caía en la alcancía del teléfono público, éste funcionaba.

  Estos eran los codiciados veintes, codiciados por los telefonómanos. Eran de cobre, ahora codiciados por los recicladores, y en ese tiempo, el tipo de cambio era de 12.5 pesos por un dólar, es decir, un veinte era 0.016 dólares.

viernes, 15 de mayo de 2020

Algo sobre el Real, la moneda, el camino y las minas...

 Bien sabes la afición que tengo (entre varias otras) a las palabras, sus significados, sus orígenes y, en ocasiones, su decadencia… o desuso en todo caso. Esta vez le corresponde a la “real”, y para ello me sustento, me soporto, y hago referencia a algo real, la Real Academia de la Lengua. Para comenzar vemos lo que allá en el 1737 en el Diccionario de Autoridades se definía por real:

REAL. Lo que tiene física y verdadera existencia. Se dice también lo que toca y pertenece al Rey. Vale asimismo, ingenuo en el trato, y que no usa cautelas ni reservas. Equivale también a generoso y noble, con semejanza al porte de los Reyes: como pensamiento reales. Se llama la principal galera de testas coronadas y Reinos independientes. El campo donde está acampado un Ejército: y rigurosamente se entiende del sitio, en que está la tienda de la Persona Real, o del General. Se toma también por el cuerpo del Ejército”. 

Si por acaso te ha surgido la duda del ¿por qué al camino se le decía Real?, aquí está, del mismo diccionario, la razón:

CAMINO REAL. Se llama el más ancho, principal, fácil y cursado de los pasajeros, y el más público: y por eso tienen obligación las Justicias de tenerle llano, y compuesto, y en partes empedrado. Llamase Real, porque es público, o guía a parajes grandes, y se camina por él con más conveniencia”.

   Seguramente has leído la historia de ciudades mineras como Guanajuato, Pachuca, Taxco, o cualquier otra, y has visto que se le referenciaba también con la palabra real, esto debido a que era la manera en que entonces se les llamaba a los distritos mineros, claro lo tenemos con Real del Monte o Real de Catorce:

“Junto con la villa, la provincia, la misión y el presidio, instituciones españolas, existió otro importante establecimiento llamado real de minas. Se trataba esencialmente de un distrito minero en donde las autoridades, además de ejercer las funciones de gobierno, judiciales, fiscales y militares, debían aplicar las medidas conducentes al incremento de la producción de metales. Las autoridades superiores habían elaborado unas ordenanzas que los administradores del real de minas debían aplicar con firmeza y sagacidad. Con frecuencia, el administrador era el mismo alcalde mayor de la provincia, ya que aquí se podían obtener las mayores ventajas económicas”. (Breve historia de Sinaloa, Sergio Ortega Noriega. Colegio de México, 1999)

 Y ni que decir de la moneda, que se llamaba, precisamente, Real:

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)

REAL. Moneda del valor de treinta y cuatro maravedís, que es la que hoy se llama real de vellón; pero no la hay efectiva. En algunas partes de España se entiende por real, el real de plata.

REAL DE A CINCUENTA. Moneda de plata del peso y valor de cincuenta reales de plata doble, de los cuales hay muy pocos, por no ser moneda usual.

REAL DE A DOS. Moneda de plata del valor de la cuarta parte del real de a ocho, o mitad del real de a cuatro.

REAL DE A OCHO. Moneda de plata que contiene el peso y valor de ocho reales de plata. El que contenía ocho reales de plata corriente, o del valor de real y medio de vellón, valía por consiguiente doce reales de vellón. El que contenía ocho reales de plata doble, valía quince reales y dos maravedís de vellón: y este por la última Pragmática ha subido al valor de diez y ocho reales y veinte y ocho maravedís de vellón, que corresponde a diez reales de plata doble.

REAL DE A OCHO DE MARIA. Moneda de plata que se fabricó en el año de mil seiscientos y ochenta y seis, de menor peso que el del real de a ocho común, y correspondiente al valor de doce reales de vellón. Diósele este nombre por tener gravado en la cara principal el Dulcísimo Nombre de María con una cruz encima.

REAL DE A QUATRO. Moneda de plata del valor de la mitad del real de a ocho.

REAL DE PLATA. Moneda que en lo antiguo valía lo mismo que el real de vellón; pero después que se le dio a la plata el premio de veinte y cinco por ciento, valió real y cuartillo de vellón, que es el real que se regula en la limosna de la Bula. Después se le dio a la plata el premio de cincuenta por ciento, por lo que subió al valor de real y medio de vellón, y hoy se llama real de plata corriente. Últimamente subió al valor de diez y seis cuartos, que es el que hoy se mantiene con el nombre de real de plata doble.

Ya para terminar vemos que el Real, como moneda, tomó carta de naturalización en México:

  “El real fue una denominación de moneda en México que se mantuvo vigente hasta 1863 por Benito Juárez, siguiendo la ordenanza de la Constitución de 1857 que implantaba de jure un decimal sin embargo de facto se seguía usando el antiguo sistema de fracciones en octavos. Las equivalencias eran de 1 escudo de oro por 16 reales de plata o 128 tlacos. El peso se convirtió, en 1897, en la única unidad monetaria vigente en México, con una tasa de cambio de 8 reales por 1 peso.

  Las monedas valuadas en reales emitidas por primera vez en México pertenecían al real colonial español. En 1822 se comenzaron a emitir monedas del real de México. En 1863, México comenzó a emitir monedas valuadas en centavos, la fracción del peso mexicano, pero las monedas denominadas en reales (en particular, las monedas de 8 reales) siguieron siendo acuñadas hasta 1897.” (Wikipedia)

domingo, 28 de abril de 2019

El gorro frigio en las monedas mexicanas

   Quizá llegaste a usar los "veintes" en aquellos tiempos en que un peso era fuerte y se imprimía en papel o tal vez los has visto en alguna colección numismática o en el cajón de los recuerdos de la abuela. Y si has sido observador, recordarás que entre los números aparece un gorro del que salen rayos luminosos, esto es el símbolo de la libertad y en México se instituyó desde 1823 su uso. Ese gorro se llama frigio, Frigia es una región del actual Turquía, y era el lugar en donde se usaba. Hubo una confusión con el gorro pues...

   Durante la Independencia de Estados Unidos y la Revolución francesa el gorro frigio fue adoptado como símbolo de la libertad. Esto proviene de un error de ésa época: los revolucionarios de los siglos XVIII y XIX confundieron el gorro frigio con el gorro píleo. El gorro píleo era el símbolo de la manumisión de los esclavos en la época romana. El esclavo liberado por su amo tenía permitido llevar un gorro píleo como símbolo de su libertad. Por eso los asesinos de Julio César mostraron al pueblo un gorro píleo montado sobre un palo para afirmar que habían liberado a Roma del tirano. Los revolucionarios de América y Francia adoptaron este símbolo, pero lo confundieron con un gorro frigio que, en sus orígenes, nada tiene que ver con la esclavitud ni la libertad. (Wikipedia).

 Decreto. Nueva forma de la moneda.
Agosto 1º de 1823. 
El soberano congreso mexicano ha tenido á bien decretar lo siguiente:

1.- Dispondrá el gobierno que á la mayor brevedad y por los mejores grabadores, se abran nuevas matrices para subsistir á las que hasta ahora sirven para la acuñación de la moneda.

2.- Tendrán un anverso común las monedas de oro, plata y cobre, estampándose en ellas el escudo de armas de la nación mexicana, con esta inscripción en la circunferencia: República Mexicana.

3.- En el reverso de la plata se pondrá un gorro, en que se halla diagonalmente escrito Libertad, de cuyo centro partirán varias ráfagas de luz, expresándose, ademas de su valor respectivo, el lugar y año de su fabricación, las iniciales de los nombres de los ensayadores y su ley.

4.- En el reverso de la de oro se representará una mano con una varilla, en cuyo extremo superior se colocará el gorro de la libertad, descansando todo en un código abierto, con esta inscripción en la circunferencia: La libertad en la ley, con las demás marcas ó señales que en el artículo anterior se designan para las monedas de plata.

5.- En el reverso de la de cobre se colocarán dos palmas formando orla, y en el centro (excepto la ley y los nombres de los ensayadores), las marcas expresadas en los artículos precedentes.

6.- Cuidará el gobierno, al tiempo de publicar este decreto, de manifestar al público que las leyes de las monedas de oro y plata son las mismas que las del gobierno español de cuarenta años á esta parte.

Fuente:

Legislación mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la independencia de la República. Ordenada por los licenciados Manuel Dublán y José María Lozano.

http://www.biblioweb.dgsca.unam.mx/dublanylozano/

NOTA: Véase el decreto de 21 de Julio de 1824. 

sábado, 28 de julio de 2018

El montón de lana que tenía el marqués... que no era marqués.

  En el entendido de que soy obsesivo, sucede que ciertas cosas, conceptos y/o ideas, se me quedan metidas en la cabeza y, cuando menos espero, surgen... y renace así la obsesión o quasi obsesión que tengo. Me sucede, además de con las puertas azules, con ciertas palabras, dichos o fórmulas que de pronto aparecen y me hace sacar algún recuerdo asociado a la palabra. Me explico:

  Hace unos cuatro o cinco años, estando a la sobre mesa con amena charla, un conocido comienza a contar la historia de la lana, en el sentido de que en México le decimos lana al dinero. Comentaba que entre un par de marqueses en aquellos tiempos de gloria del virreinato se vanagloriaban de que si uno tenía más dinero que el otro y uno de ellos usa la palabra lana para referirse a la cantidad de dinero que dentro de poco recibiría pues en su trasquila serían miles de borregos los que con su lana le producirían las pingües ganancias que ya presumía. De ahí -decía mi conocido- viene la tradición que le digamos lana al dinero.

  Interesante aportación, ahora bien, ¿qué tan cierta es?... me queda la duda. Duda que, de algún modo se pudiera aclarar al ver este documento que por mera casualidad encontré en el AGN en el que habla de una buena cantidad de lana, es decir, de borregos, que tenía don Manuel de la Canal, en San Miguel el Grande, "dueño de Haciendas de campo y crías de ganado mayores y menores, la compra de veinticuatro mil carneros añejos...".

  El documento menciona que serán vendidos esos animales en 17 reales cada uno (8 reales equivalían a un peso) por lo que la transacción produciría 51,000 pesos que en la época era una verdadera fortuna, es decir, era "una buena lana"... una "lanota".

  Será bueno aclarar que la anécdota algo refería a un marqués, al parecer el de San Mateo o el de Jaral de Berrio, que a la larga sería lo mismo por el matrimonio sucedido en alguna de las siguientes generaciones, es decir, está asociada a la Hacienda de San Diego de Jaral de Berrio, que está no tan lejana a San Miguel de Allende y la leyenda del origen de la palabra lana para referirse al dinero más bien la podemos trasladar a ese lugar, dado que allí existió también una casa propiedad del marqués del Jaral.

Para leer más sobre la idea de lana-dinero, entra aquí.

viernes, 11 de mayo de 2018

De cuando la Iglesia era la banca Novohispana. Censos y capellanías

    El financiamiento es algo que siempre ha sido necesario para comenzar o continuar con alguna empresa, al mirar hacia el mundo novohispano vemos que la Iglesia (lo hemos comentado varias veces) fungía, de algún modo, como banco, pues al contar con el capital suficiente podía prestar dinero para que aquello que se buscaba hacer, generalmente era un negocio asociado con la agricultura, se pudiera realizar. Encuentro muy buenos conceptos y definiciones en lo escrito por el maestro Florescano:

   “… con todo, la inversión de capital más importante que recibió la agricultura no provino de los particulares, sino de la Iglesia. En efecto, como se vio antes, desde muy temprano las ordenes y los individuos religiosos manifestaron una pasión desenfrenada por la tierra que en poco tiempo los llevó a acumular en sus manos enormes posesiones. Pero además de adquirir directamente la tierra, las órdenes religiosas y los seculares encontraron otros caminos para ejercer una influencia determinante sobre la propiedad territorial. Por ejemplo, era frecuente que un bienhechor de la iglesia, por no tener dinero líquido o por otras razones gravara los ingresos de una o varias de sus haciendas con una renta anual en favor de una iglesia o de un convento. 

  A este gravamen sobre la propiedad generalmente perpetuo –aunque a veces se especifica que podía redimirse a voluntad del donante- se le dio el nombre de censo, y era equivalente al interés del cinco por ciento de un capital no invertido y no exigible que dependía del beneficiario. Los censos se otorgaron generalmente a los conventos, que de esta manera acumularon grandes capitales que después invirtieron en la compra de bienes raíces urbanos. 

  Así en 1796 los conventos y templos de solo el Arzobispado de México percibían por concepto de la renta de sus casas la enorme suma de 1 060 995 pesos, que capitalizada al cinco por ciento representaba un valor de esas propiedades de 21 919 893 pesos. Todavía más importante fue el hecho de que, al acumular esos capitales, los conventos y la iglesia en general se convirtieron en las fuentes de crédito más importantes de la colonia. En efecto, con el transcurso del tiempo y debido a la ausencia de instituciones de crédito gubernamentales y a las prohibiciones de prestar dinero con “usura” el censo evolucionó en tal forma que vino a ser en realidad un préstamo protegido por una hipoteca. 

  Esta transformación del censo territorial en préstamo hipotecario fue promovida sobre todo por los propietarios de tierras, quienes por ser dueños de mayorazgos que no podían venderse, o por necesitar dinero en efectivo para adquirir otras posesiones o para “aviar” a sus haciendas, solicitaban a un convento el préstamo de una cantidad de dinero en efectivo a cambio de un censo o hipoteca sobre sus propiedades y la obligación de pagar un rédito de cinco por ciento anual sobre “el principal” esto es, sobre el dinero prestado. 

  Estas operaciones fueron frecuentes desde comienzos del siglo XVII, y aunque en principio los censos o hipotecas deberían redimirse después de 5 años de otorgados, casi siempre ocurría que el solo pago puntual de los réditos aseguraba su prórroga indefinida. Así, como muy rara vez los propietarios tenían dinero en efectivo para liberar a sus haciendas de las hipotecas que las gravaban, generalmente los censos se transmitían a los sucesivos compradores de la propiedad.

  De todas las donaciones recibidas por el juzgado, las más importantes por su número y cuantía fueron las destinadas a la creación de capellanías. Durante la colonia, una persona que se preparaba a bien morir y deseaba al mismo tiempo asegurar el descanso eterno de su alma y hacer una obra de caridad, fundaba una capellanía. Esto es, estipulaba en su testamento que dejaba ciertas sumas, generalmente entre dos y seis mil pesos, con el objeto de que sus réditos anuales sirvieran para sustentar a un capellán, quien a su vez se obligaba a decir un determinado número de misas al año por el alma de su benefactor. Al aceptar la creación de una capellanía, el juzgado se obligaba, como en los casos anteriores, a cuidar el cumplimiento religioso del legado y a administrar los bienes. De esas funciones, la relativa a la administración de los capitales recibidos es la que nos interesa destacar aquí porque fue decisiva en el desarrollo de la agricultura novohispana.

Fuente:

Florescano, Enrique. Origen y desarrollo de los problemas agrarios de México (1500-1821). Lecturas Mexicanas 34. SEP/Era. México, 1986. pp.111-113

lunes, 17 de agosto de 2015

La imagen de Morelos: La idealización de los héroes.

   Hace más bien poco tiempo, los billetes de 50 pesos fueron cambiados dado que, junto con los de 20 pesos son los que, en papel, tienen mayor circulación en México y se decidió usar plástico para que tengan mayor durabilidad, el billete anterior, que conservaba una imagen de Morelos un poco más ruda, se emitió el 21 de noviembre de 2006, fue para el 12 de junio de 2012 que se hicieron más amables los rasgos del héroe del Sur, gran controversia se despertó y las burlas y chistes hicieron su aparición en redes sociales cuestionándose el motivo de la idealización de la cara del héroe.

  Pero más bien la idealización de Morelos y Pavón no fue a raíz de la emisión del nuevo billete plastificado, sino como seguimiento a una imagen ideal del héroe, cosa que comienza en 1812 cuando, estando en Oaxaca, luego del sitio de Cuautla, el caudillo del Sur es retratado por mano anónima que le da un rostro de facciones amables, es el que estamos viendo en la imagen.

  Antes de las Fiestas del centenario de 1910, el gobierno Porfirirista, interesado en mantener un panteón de héroes nacionales, mandó imprimir casi a tamaño real, los retratos de los personajes más importantes de la Guerra de Independencia, entre ellos el del Generalísimo Morelos, en el cual podemos apreciar, al igual que el realizado en Oaxaca, un rostro amables de facciones finas, labios bien delineados y ojos grandes, pestañas tupidas y el característico paliacate que esta vez fue cambiado por un pañuelo de seda muy al modo de la moda del momento.

  Fue con este retrato de Morelos con el que, una vez más, se mantienen los rasgos suaves en un hombre que se dice, era moreno, y que, se había retratado su imagen con facciones burdas en otras de las imágenes no oficiales del héroe. Saber cómo fue físicamente Morelos es tan difícil como saber cómo eran los rostros de los otros héroes de la Independencia. De Morelos hay una mascarilla mortuoria que se conserva en la Casa Morelos de Ecatepec en la que no vemos un rostro tan fino como el que se ha manifestado en tres tiempos distintos del arte en México. 1812-1890-2012

  Todo esto lo traigo a colación porque estamos viviendo el Año de Morelos, el cual, al igual que las conmemoraciones del Bicentenario, no han sido del todo magnas debido a que el panorama político, social y económico de México no es precisamente fácil y, como suele ocurrir, los apoyos a cultura y difusión son los primeros en desaparecer en tiempos de vacas flacas. Y, como mi interés precisamente es el de difundir algo de la nutrida historia del país del que somos ciudadanos, en el blog Cabezas de Águila me estoy dando a la tarea de recorrer la ruta que siguió Morelos a través de sus campañas usando como base las respuestas que dio al interrogatorio que le hicieron en noviembre de 1815, previó a su ejecución, si el tema te interesa lo puedes ver aquí.

   Hay algo que quiero agregar, la bandera que usó Morelos era esta que vemos arriba, usa el blanco y el azul, colores representativos de la Virgen María, aparece el águila sobre el nopal, sin devorar una serpiente, hay un puente de tres arcos y en cada arco aparece una de estas tres letras: VVM, que significan Viva la Virgen María. Entre el águila y el nopal hay una palabra en latín: "Unum" que quiere decir: unidad. Y la frase que rodea a ese escudo significa: "con los ojos y las garras igualmente victoriosa".

miércoles, 17 de junio de 2015

De Bancos y su (in)feliz memoria: Los Bancos en México

    Esto no pretende ser ni una historia de la Banca en México ni un compendio de la situación crediticia y de ahorro en nuestro país. (Pero, si el tema te interesa, lo puedes leer aquí.) De lo que se trata es de hacer un breve repaso por los ingratos días en que la banca, que era privada, se volvió gubernamental, luego volvió a ser privada, luego de nuevo pasó al Gobierno, se rescato, hubo Fobaproa y al final, comenzaron a llegar españoles, canadienses, chinos y no sé cuánta nacionalidad más, a establecer sus Instituciones por todos lados. Hay casos como el Banco de Comercio que pasó a ser Bancomer y ahora es BBVA ó el Banco de Londres y México, uno que se llamaba Servicios Financieros Integrados, Banco Unión, Crédito Somex, Banco del Centro, en fin, montones de nombres van y vienen. Así que, esta relación de Bancos ni está completa, pero seguramente con el tiempo irá creciendo, a medida de que consiga más anuncios del pasado en donde ofertaban sus servicios, veamos:

   El Banco Mutualista y de Ahorros existió al finalizar el siglo XIX y comenzar el XX, este anuncio lo tomé de libro-revista México Ilustrado, Distrito Federal, publicado en 1903.

  En 1957 esta era la manera en que se anunciaba el Banco Nacional de México en los periódicos de circulación nacional.

  El Banco Comercial Mexicano, BCM, en un anuncio de 1957, desconozco en que se transformó este Banco.

   Creo este se llamaba originalmente Banco Comercial Mexicano, ahora lo conocemos como Scotiabank. "En 1934 se constituyó Banco Comercial Mexicano en la Ciudad de Chihuahua; posteriormente su nombre cambió a Multibanco Comermex. En 1984 nació Casa de Bolsa Inverlat, a partir de una institución bancaria también nacionalizada; en 1987 nació Casa de Cambio Inverlat. En febrero de 1993, de conformidad con el proceso de reprivatización del Banco, Grupo Financiero Inverlat integró al grupo Financiero a Multibanco Comermex, además de Casa de Bolsa Inverlat y Casa de Cambio Inverlat". (Tomado de la página web del Scotia.)

  Serfin es ahora Banco Santander. "La historia del Grupo Financiero Santander tiene su origen más remoto en la creación del Banco de Londres, México y Sudamérica en el año de 1864. El 22 de septiembre de 1932 nace el Banco Mexicano. En 1941 surge la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, la que toma acciones de Banco Mexicano en 1955. Para 1958 se fusionan Banco Mexicano y el Banco Español, nacido para atender las necesidades de una amplia generación de empresarios españoles en México. Antes de ser Banco Español, tenía como nombre Banco Fiduciario. En 1970 el Banco de Londres y México se sumó a la Compañía General de Aceptaciones para que de la operación surgiera Banca Serfín y en 1992 se crea el Grupo Financiero Serfin luego de la compra que realizara Operadora de Bolsa de Banca Serfin". (Tomado de la página web de Santander.)

   Somex forma parte ahora, luego de varios cambios, de Santander. "En 1970 el Banco de Londres y México se sumó a la Compañía General de Aceptaciones para que de la operación surgiera Banca Serfín y en 1992 se crea el Grupo Financiero Serfin luego de la compra que realizara Operadora de Bolsa de Banca Serfin. Transcurre el tiempo hasta que en 1979 se conforma Banco Mexicano Somex ya en calidad de banca múltiple que tuvo en su seno a 114 empresas industriales. Para el 11 de marzo de 1992 Banco Mexicano Somex es vendido al Grupo Inverméxico como parte del proceso de privatización bancaria, adquiriendo el nombre de Banco Mexicano". (Tomado de la página de Santander.)

  Banca Confía, luego de la nacionalización, pasó a manos de Citybank, En una nota de El Universal, puedes leer lo que ocurrió cuando su desaparición. En La Jornada, relacionado al tema de Confía, se hicieron la pregunta: ¿Quiere robar sin consecuencias legales? Hágase banquero. La nota la puedes leer aquí.

   Banca Cremi fue comprada por Banco Unión, este fue comprado por Promex, luego pasó a Bancomer y, finalmente, quedó en BBVA.

  Bancomer quizá sea del que más recuerdo hay, con sus colores verde y amarillo, ahora todo es azul, pues se conoce como Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), "En 1932 se funda Bancomer en la ciudad de México bajo el nombre de Banco de Comercio. En 1982 el gobierno mexicano nacionalizó la banca mexicana, incluyendo a Bancomer. Para diciembre 1991: Con la privatización bancaria, se forma Grupo Financiero Bancomer (GFB) que retoma el control de Bancomer. Es en Junio 1995 que se crea el negocio de transferencias de dinero bajo el nombre de Bancomer Transfer Services. En diciembre 1996: Se crea la administradora de fondos de pensiones del Sistema de Ahorro para el Retiro bajo el nombre de Afore Bancomer, así como la empresa especializada en bancaseguros llamada Seguros Bancomer. En Julio de 2000 BBVA capitaliza a Bancomer con USD 1,400 millones y nace Grupo Financiero BBVA Bancomer (GFBB) de la fusión de Grupo Financiero BBV-Probursa con Grupo Financiero Bancomer". (Tomado de la página oficial BBVA.)

   Banamex es el único que, al menos en nombre, aunque contraído, sigue existiendo: "El 2 de junio de 1884, la fusión del Banco Nacional Mexicano y el Banco Mercantil Mexicano dio vida al Banco Nacional de México (Banamex). En agosto de 2002, después de cubrir los requerimientos de las autoridades mexicanas y estadounidenses, Banamex se integró a Citigroup, la principal institución financiera del mundo con presencia en más de 100 países. A partir de noviembre del mismo año, las sucursales, los productos y servicios de Citibank y Banca Confía (integrada en un principio a Citibank México) se unen a la plataforma tecnológica y de servicio de Banamex". (Tomado de la página oficial de Banamex.)

Banpaís era parte del Grupo Vitro... puedes leer más aquí.

   Y quedan muchos, muchos más Bancos ya desaparecidos por relacionar, mientras consigo sus anuncios veamos otros, de Instituciones que estaban especializadas y que se movían también en el mundo financiero de México.