martes, 30 de junio de 2009

La mejor obra del Neoclásico está en San José Iturbide, Gto.

El Estado de Guanajuato encierra tal cantidad de estupendas obras que un mes no nos bastaría para conocerlas todas, hay una población que siendo parte de la zona noreste del estado, dada la orografía que presenta el termino del Bajío y el principio de la Sierra Gorda, su acceso es más fácil desde Querétaro, me refiero a San José Iturbide, única población en México que rinde un digno recuerdo al consumador de la guerra de Independencia, Agustín de Iturbide. Es ahí donde se levanta, indiscutiblemente una de las mejores obras arquitectónicas de estilo Neoclásico en México, la Parroquia de San José.

En el estado de Guanajuato, cerca de San Luis de la Paz, existe un apacible pueblo en el que todavía quedan algunas modestas casas finiseculares o de principios de este siglo (se refiere al XX), con el enmarcamiento de sus vanos en cantera sencillamente labrada; el sitio se llama San José Iturbide, pero lo que verdaderamente llama la atención en ese lugar, es su gran parroquia, un atractivo revival clasicista de la segunda mitad del siglo XIX, en el que destaca el señorial vestíbulo con columnas cuyos hermosos capiteles corintios recuerdan los del Panteón de Roma.

A menos de una hora de Querétaro, tomando la carretera que va a San Luis Potosí llegaremos a la apacible población que guarda una verdadera maravilla. El ritmo de vida es muy apacible, no hay prisas, en las cercanías se ha ido formando una zona industrial alterna a la de por si enorme zona de fábricas de Querétaro, pero el poblado no ha pedido aun su sabor provinciano. La visita a este lugar tiene un solo objetivo, conocer de cerca la Parroquia de San José, una obra en verdad impresionante. Recordarás hace poco te presenté el templo del Sagrado Corazón en Apaseo el Alto, que es una copia de la Basílica de San Pedro, bien, esta obra, la de San José Iturbide es aun mas majestuosa.

La villa es de reciente fundación; data de la segunda mitad del siglo XVIII, y se edificó en terrenos de las haciendas de San diego, San Jerónimo, Charcas y sobre todo del Capulín, en el costado occidental de la Sierra Gorda. Su primer nombre fue Casas Viejas, pues parece que al tiempo de ser fundada todavía quedaban vestigios de algún asentamiento notable prehispánico, ya que en esos terrenos se encontraron abundantes muestras de cerámica y armas de pedernal. Primero se estableció en ella una ayudantía de parroquia, que se elevó en julio de 1874 a “curato de Colación canónica”. La extensión y habitantes de Casas Viejas no aumentaron en varios años, y para 1810 “su congregación estaba compuesta por veinte viviendas en forma de cuadrilla sin orden regular”.

Es para mediados del XIX que la congregación de Casas Viejas adquiere el título de villa y adopta el de San José de Iturbide en 1849. Al crecer la población se ve la necesidad de construir una iglesia mas grande, la existente era demasiado pequeña para las necesidades de la cada vez más grande población. Esto sucede entre 1877 y 1878. La parroquia, con su grandioso vestíbulo neoclásico que parece haber sido edificada con gran rigor histórico, teniendo en mente las constricciones de la antigüedad clásica, los elementos tectónicos son de origen griego y de orden corintio, pero que su autor Rodríguez Arangoiti, de espíritu ecléctico, como corresponde a un hombre de su época, prefirió tamizar la rigidez historicista, e interpretar con cierta libertad esas formas arcaicas, mezclándolas con ménsulas, coronamientos, de vanos con doble voluta, cerrados por conchas o especie de antemas que son usadas profusamente.

La fachada está compuesta por dos cuerpos, rematado el segundo, también, por un frontón: al examinar ese segundo cuerpo, se presenta la duda de si debería estar culminad por dos torres, pero de acuerdo al espíritu clásico, y si se piensa en edificios diseñados en ese estilo, se tiene la seguridad de que los remates son los decididos por Arangoiti. La conjetura respecto a las torres se debe a la colocación de dos torres en la parte posterior construidas hace pocos años en 1941. En el interior, la gran nave de la iglesia está decorada en su derredor con el friso dórico de triglifos y metopas ornamentadas con rosetones; los demás elementos decorativos son estilizaciones vegetales: cintas de follaje, guirnaldas y festones.

En cuanto a la cúpula, muy esbelta, recuerda al primer neoclásico, al de Tresguerras. En ella se logró una buena solución en el gran tambor, que por fuera tienen columnas pareadas y por dentro correspondientes pilastras, medida que se remonta a Miguel Ángel y que fue tan del gusto de los primeros arquitectos neoclásicos como el mencionado Tresguerras. La educación de Ramón Rodríguez Arangoiti se da en Europa, especialmente adquiere la influencia francesa, interpretando al Neoclásico como se hacía en ese país y lo demuestra su obra más impactante, la que estás viendo en estas fotografías.

Sobre el diseñador de la Parroquia de San José Iturbide se dice que las experiencias y talento de Rodríguez le valen una cátedra en la Academia de San Carlos, la que al mismo tiempo le extiende una autorización para que pueda ejercer su profesión en el Imperio de Maximiliano. En 1865 aparece como director de la dirección general de obras de la Casa Imperial. En San José Iturbide hay todo tipo de servicios, un muy buen hotel se levanta precisamente a un costado de la Parroquia, frente al Jardín Principal, Los Arcos, creo se llama, desde allí se puede incursionar a muchos de los atractivos que la Sierra Gorda de Guanajuato ofrece.



Todas las referencias que aparecen escritas en cursiva fueron tomadas del tomo L de los Anales del Centro de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el capítulo titulado “La Parroquia de San José de Iturbide”, escrito por Elisa García Barragán. México, 1982.

lunes, 29 de junio de 2009

El gran tunar, San Luis de la Paz, al noreste del estado de Guanajuato

Fueron los Chichimecas quienes poblaron buena parte del actual estado de Guanajuato, poco sabemos de ellos, era un pueblo nómada, se les denominaba como “los bárbaros del norte” considerando el norte a partir de la gran Tenochtitlán, el territorio por donde se desplazaban conforma no solo Guanajuato, sino San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas. Su región era conocida como el gran tunar, debido eso a la abundancia de nopales que producían y siguen produciendo jugosas tunas. Aunque su cultura errante los obligaba a caminar hasta la frontera natural que formaba el Río Lerma, era más bien las faldas de la Sierra Gorda la zona hasta donde en número considerable se desplazaban y fue hasta ahí que los Jesuitas llegaron a pacificar a este pueblo, al aguerrido pueblo Chichimeca que fue el que siguió dando lucha por su soberanía a los españoles.

Los Franciscanos, primeros en llegar a la Nueva España pensaron que la accesibilidad y docilidad de los Chichimecas era la misma de los demás núcleos, ya conocidos y sometidos. No fue así, los Chichimecas ofrecieron resistencia hasta que, la sabiduría de los Jesuitas logró convencerlos de unirse en reducciones y comenzar el nuevo rumbo que la corona española marcaba. Se firmo un tratado de paz, único en toda la Nueva España, en la que unos y otros aceptaban condiciones, españoles y Chichimecas firmaron la paz. El insipiente pueblo de San Luis Rey tomó impulso gracias a los jesuitas y surge, luego del tratado, el lugar que hasta la fecha se sigue denominando como San Luis de la Paz.

Ubicado en la zona noroeste del Estado, San Luis de la Paz conserva el encanto colonial de las poblaciones levantadas cerca de las zonas mineras en donde los insumos necesarios para el florecimiento de esta industria se diera, San Luis de la Paz se volvió un importante paso en el Camino Real que iba de la Ciudad de México a Zacatecas, desde allí se conectaba a las ricas minas de Mineral de Pozos y se continuaba a San Miguel el Grande, Guanajuato, Ojuelos y Zacatecas. El Camino Real de Tierra Adentro se volvió en poco tiempo el eje rector del comercio de la Nueva España cuando su ruta llegó hasta Santa Fe, en el actual estado de Nuevo México en los Estados Unidos.

No es de sorprendernos que en la actualidad podamos ver estupendos ejemplos de arquitectura que las riquezas del comercio y la minera producen. Hay un detalle que llama la atención en San Luis de la Paz, igual se podrá ver en Guanajuato y en San Miguel Allende, es un vestigio de tiempos pasados que se denomina bitoque. Era el tiempo en que no toda la gente tenía acceso a construir su propio pozo, sino que era necesario ir a las pilas comunitarias que regularmente se ubicaban en las cercanías de la parroquia principal del pueblo. En el norte de Guanajuato, dada su orografía, surgieron los surtidores públicos de agua, los cuales aun durante la primera mitad del siglo XX siguieron funcionando, dotando de agua potable a la población. Si ves con atención a un costado del portal podrás notar uno de esos bitoques, ya no están en uso, forman parte del decorado, por así decirlo, de la ciudad. En las siguientes fotografías veras dos bitoques, en su sencillez estriba su belleza.


San Luis de la Paz tuvo en su momento una buena producción de vinos, algunos viñedos sobreviven aun al paso del tiempo, y los túneles construidos por los Jesuitas, como protección a posibles ataques Chichimecas, se utilizan como cavas, la temperatura es excelente para el añejamiento del vino, mas de las curiosidades que encontraremos en el lugar es la hacienda en donde la ya mítica película “Los tres García” fuera filmada en la época de oro del cine mexicano. Solo que, esa es propiedad privada y no hay acceso al público, se ubica a espaldas de la parroquia, es enorme, debido a que en su tiempo, las casas ricas, asentadas en el primer cuadro, contaban con huertas, entre otras cosas.

No sé tú, pero cuando me voy a conocer la verdadera riqueza que tenemos en cada metro cuadrado de nuestro país, lo primero que hago al bajarme el “flecha” es preguntar ¿dónde queda el centro? directo me voy para allá, en nuestros pueblos hay la misma organización, los mercados están cerca de la plaza, del jardín, del zócalo, ponle el nombre que quieras, es, al final, el corazón de cada pueblo. Una vez allí entro al templo, a la parroquia. Normalmente es la más antigua y la de mayor tradición y la que encierra todo tipo de historias y leyendas, esa parroquia define el rumbo a seguir cuando eres un auténtico caminador de pueblos. Si “puebleas” en auto, te puedo decir que te pierdes del 50% de lo que cada lugar te ofrece. Como aquí, en San Luis de la Paz, la cúpula de la parroquia encierra toda la belleza y misticismo… ¿te has puesto a pensar a dónde van todos los rezos y las buenas intenciones verbales que los files recitan, lloran, claman, cuando están en los templos? Indudablemente que se agolpan en las cúpulas. Aquí la de San Luis Rey por dentro y por fuera… maravillosa como todas.


Te contaba que antes de los Jesuitas, estuvieron los Franciscanos, ellos levantaron una capilla que sigue aun en pie, a un costado de la parroquia, lo que ves en la foto es su portada, pero vela con atención, cada vez que estés frente a un templo del XVI, XVII o XVIII ve preparado para interpretar cada detalle, aquí por ejemplo tenemos dos bien importantes, si amplias la foto veras que al centro, en el arco que forma la entrada hay una calavera. Esto no es un símbolo de misterio, mucho menos de algo fúnebre. Significa a “nuestro padre” Adán. Se piensa que su cuerpo descansaba en el monte calvario, luego fue allí en donde se levantó la cruz en que Jesús murió. Esta representación no es más que una alegoría a esta idea. ¿ya viste lo que hay hasta arriba?

Un “pueblero” se mete al mercado, allí está concentrada la esencia de México, el tianguis con la plaza, el comercio desde la apreciación auténticamente mexicana, con la europea. En los mercados mexicanos estamos frente a una más de las manifestaciones de sincretismo que se dio durante la conquista, así pues, nosotros los auténticamente mexicanos, nos metemos al mercado, a ver, a oler, a disfrutar de formas y colores. A gustar con los cinco sentidos lo que dentro de ese recinto sucede. Las comidas más deliciosas, ricas y, sobre todo, autenticas, están en los mercados, esa es la segunda parada obligatoria en todo pueblo. La visita se termina, habitualmente, en el pasillo donde se venden tamales o gordas o cualquier otra verdadera “delicatesen” de nuestra culinaria.

Hay algo muy especial en San Luis de la Paz, eso no lo había visto antes en ningún otro de los pueblos y ciudades que conozco de México. Las esquinas reforzadas. Estas que ves en las fotos son, supongo, de principios del XIX, pero a ciencia cierta no lo sé, son esquinas que tienen un pilón como contrafuerte para contener el peso de los muros de uno y del otro lado. Son interesantes, en una parte de la ciudad, la que va del centro a la terminal de autobuses, es donde las verás en mayor número, en Mineral de Pozos también las hay. Esto, por si no lo sabes, se le denomina: Arquitectura Vernácula… que bonita palabra ¿no lo crees? ver-ná-cu-lo… Salamanca, Guanajuato, el Bajío, nuestro México, hoy más que nunca confirmo eso que a un ladito de esta columna podrás ver, aquello de que… “tenemos tanto que ver, que no nos atrevemos a ver”, te dejo unos fotos mas…







domingo, 28 de junio de 2009

Mineral de Pozos, un pueblo fantasma lleno de vida

Habíamos ya visto la impresionante mina de Santa Brígida, en donde los hornos construidos por los Jesuitas hace mas de 400 años nos remontan a los siglos XVI y XVII, cuando el Azogue (mercurio) era extraído de allí. Esta vez iremos a los años de esplendor del porfiriato, a 1895 cuando las minas de Pozos volvieron a sus niveles de excelencia y comenzaron a vomitar en abundancia plata al grado tal que San Pedro de los Pozos llegó a ser la ciudad más importante del estado, generando una riqueza equiparable a Guanajuato o León, quizá un poco mas y una población, la más numerosa de toda la geografía Guanajuatense, hay quien la ubica en 50mil habitantes, otras fuentes dicen que hubo 80 mil habitantes, cantidades que a finales del siglo XIX eran propias de las grandes ciudades del país.

Pozos atrajo la atención del presidente Díaz quien cobraba la fuerza que inició en su segundo mandato de 1884 del cual no logra deshacerse hasta iniciada la revolución de 1810, es a los diez años de ese largo periodo que don Porfirio autoriza a cambiar el nombre de Mineral de Pozos por el de Ciudad Porfirio Díaz y en un acto de total democracia, cambian el nombre de San Felipe, población cercana, al de Ciudad González, esto en honor al entonces Gobernador de Guanajuato, Manuel González. En el mapa que vemos aquí, tomado de Kalipedia, claramente aparece el nuevo nombre de la población, pero no fue la única. Más al norte floreció, en la frontera de Coahuila con los Estados Unidos otra Ciudad Porfirio Díaz, la actual Piedras Negras, en ambos casos, volvieron a sus nombres originales cuando el dictador es derrotado y exiliado en Francia.

Ese segundo auge de la ahora nombrada ciudad Porfirio Díaz atrae inversionistas de Inglaterra, Francia, España y los Estados Unidos, al igual que sucede en todo el territorio las minas son concesionadas a extranjeros, Francia representaba la fuente de mayor influencia para las clases acomodadas, de allá llegaron las nuevas tendencias en el vestir, en el hablar, en el gustar de perfumes, vinos y platillos de delicada manufactura, mismas que se asientan en las rica zona del noreste del Estado de Guanajuato, en las prósperas minas de Pozos.

Surgen San Baldomero, El Triángulo, Angustias, Cinco Señores y San Rafael, por tan solo mencionar algunas de las más importantes minas, se dice que llego haber trescientas de ellas. Y fue esa ambición desmedida la que obliga a los dueños mineros a excavar con mayor profundidad. Las minas son inundadas por las corrientes subterráneas, los denominados mantos freáticos salen de control y las minas quedan inutilizadas, lo que se llevó varios siglos en construir, en pocos días pasó a ser un desastre de tal magnitud que la población decrece irremediablemente, la revolución había estallado, la inseguridad reinaba en todo el país, quedaron no más de cinco mil habitantes en la zona.

Pocos años después otro conflicto interno que agobia a todo el Bajío inicia, era el año de 1926 cuando Emilio Portes Gil dicta la prohibición de la práctica del culto religioso, en Pozos, como en toda la región, la noticia no es aceptada con agrado, se dan fusilamientos de sacerdotes en cada una de las ciudades, Pozos no es la excepción, la muerte del cura toma tintes de tragedia, la multitud enardecida incendia la Presidencia Municipal, esto genera la huida de mas población aun, la ciudad se vuelve un fantasma… Quizá la historia de Pozos te la había contado ya aquí en El Bable, la verdad no me canso de recrearla, pues Pozos guarda una belleza única. No es aun Pueblo Mágico, sin embargo, cuando José López Portillo “reinó” en México, tuvo a bien denominarla como Monumento Nacional, corría el año de 1982.

En la actualidad Pozos fue ya descubierta por esos norteamericanos que conforman el 30% de la población de San Miguel Allende que se ubica a escasos 50 kilómetros, hay ya varios asentamientos de casas muy al modo gringo, será bueno regular los estilos de construcción para mantener la atmósfera tan particular que hoy reina en el lugar. Si vienes a Guanajuato, date el gusto de recorrer Pozos, deja tu auto y piérdete en las calles, el impacto, te aseguro, será una memoria de por vida.


Para que tus memorias sean positivas, recuerda que los tiros de las minas tienen al menos 250 metros de profundidad. Las minas están al ras del suelo y no tienen marcas ni protecciones. Como lo puedes apreciar aquí, es un riesgo fuerte el que corres, así que, cuando decidas conocer Mineral de Pozos, extrema las precauciones al caminar por las ruinas.





sábado, 27 de junio de 2009

Tres siglos de tradición del Corpus en Salamanca

Bien, caer en la monotonía es malo, ser monotemático es aún peor, así que con estas pocas líneas quiero cerrar el tema de las festividades de Corpus Chrsiti, la cual es, en verdad impresionante, digna de difundir, digna de ser conocida. Ojalá y para el próximo año alguien de los que han leído estos artículos en torno a su profundo significado y que han visto las fotos tan llenas de colorido, se sientan motivados para venir a Salamanca y presenciarlo tal cual es en su magnitud, les aseguro que no se arrepentirán. Lo que aquí veremos son las distintas entradas de la cera al templo de El Señor del Hospital. No cabe duda de que en Salamanca, las tradiciones siguen vivas, tres siglos las respaldan.














viernes, 26 de junio de 2009

Solsticio de verano, San Juan Bautista, la celebración al sol

Si hubiera planeado la secuencia de los artículos que durante la semana fui escribiendo, quizá no hubieran conducido todos a la misma idea, fueron saliendo en forma espontánea, hubo dos ideas que se desarrollaron, por un lado el fuego, su simbolismo y sus ritos, el otro el sincretismo, de cómo dos pensamientos, en este caso, los religiosos se unen y hacen una combinación afortunada. Hoy para concluir las casualidades nos llevan al tema del Solsticio, el inicio del verano, el cual se dio el pasado 21 de junio. En la latitud que vivimos en México los cambios de estación no son tan notorios, como en países que están más al norte y es de allá que nos viene la tradición que en buena medida no nos trajeron durante la conquista: La noche de San Juan.

San Juan Bautista es, indiscutiblemente el santo más importante que hay dentro de los cientos de santos que la iglesia Católica celebra, tiene una característica: es el único cuya celebración se hace el día de su nacimiento, que es el 24 de junio y marca precisamente 6 meses antes de llegar a la celebración más grande que hay, el nacimiento de Jesús. Es decir, San Juan Bautista se ubica tres días después del solsticio de verano, Jesús tres días después del solsticio de invierno. ¿Casualidades? No lo creo, pues el Bautista lo dijo: “Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.”

El 3 es el número de la divinidad en la religión católica, las fechas no se dan al azar, encierran siempre un significado, mantienen una lógica intrínsecamente ligada a la filosofía y al significado que encierra cada cosa y cada número. Esa representación del 3 lo vemos nuevamente reflejado en el otro Juan, el Evangelista, el que se dice fue “el discípulo amado de Jesús” pues su celebración es precisamente tres días luego del nacimiento de Jesús, el 27 de diciembre. Así como el Bautista es quien anuncia el nacimiento, el Evangelista es el que anuncia su muerte. A ese periodo, el más productivo que hay en el año en cuanto a siembra y cosecha de granos se refiere, se le nombra, en una buena parte del mundo “Los Juanes”.

La fiesta de San Juan Bautista, tradicionalmente en el México colonial, revestía una enorme importancia, ya que estaba asociada con el agua. Antiguamente se pensaba que el día de San Juan era un día mágico en el que todas las aguas de los ríos, lagos y manantiales cobraban una fuerza especial, el baño se volvía ritual y la celebración fue perfectamente aceptada por los antiguos mexicanos ya que Tláloc en su representación no solo de lluvia, sino de agua, era de las mas festejadas. Salamanca se llamó originalmente Xidóo, cuando los primeros españoles llegaron se le nombro San Juan Bautista Xidóo y su ubicación era precisamente a un lado del Río Lerma, el Madonté que llamaban los otomíes, o el Grande como lo llamaron los españoles. No es de extrañarnos que en la festividad que acaba de pasar se regalara un jabón, un ejemplo más claro de lo que es el sincretismo no puede haber.

La celebración del solsticio de verano es de las más antiguas de la humanidad, entre los griegos eran las fiestas de Apolo dios que personificaba al sol, para los romanos estaban dedicadas a Minerva, diosa de la guerra, en ambos casos, los rituales se escenificaban con fuego, con enormes fogatas, los jóvenes saltaban encima de ellas en busca de una purificación, los mayores pasaban, junto con sus animales por arcos de fuego, siempre con la idea de una purificación. En cambio los celtas las dedicaban a Beltaine y sus festejos iniciaban desde mayo, para concluir en el solsticio con enormes fogatas en busca de la purificación, se decía que ese día las brujas andaban sueltas, la gente no dormía y se protegía con la luz de las fogatas ya que esa es la noche más corta de todo el año, de allí viene ese sincretismo, en este caso, el que la iglesia Católica tomó de todos los rituales de la antigua Europa que les fue imposible de eliminar.

El maestro michoacano Jesús Álvarez Constantino lo define claramente en su libro “El pensamiento mítico de los Aztecas” de Editorial Balsal 1977: “El propio Cristianismo, una de las religiones más espiritualizadas del mundo, hunde sus raíces en el materialismo de las religiones anteriores; las celebraciones del nacimiento y muerte de Cristo se derivan de las antiguas fiestas paganas del nacimiento y muerte del sol, dios supremo en muchos pueblos primitivos. Todavía ahora, la custodia que representa al Altísimo es un sol de oro, orlado con fulgurantes rayos de luz.” ¿Y qué es esto que en Salamanca acabamos de vivir con las celebraciones del Corpus Christi y sus ofrendas de velas? Creo que esto fue la concentración de todas esas antiguas celebraciones, en donde el fuego purificador está presente, se le fue a celebrar Jesús para agradecer de un año próspero, para pedir un año de bienestar… No cabe duda que nuestra esencia humana no ha cambiado en nada en cientos de miles de años.

Las fotografías del altar de San Juan Bautista fueron tomadas en su templo de San Juan de la Presa aquí en Salamanca, el día de celebración, las sagrarios fueron los que sobrevivieron a un incendio en el Templo de San Agustín de Yuriria, la pintura del Bautismo de Jesús por San Juan corresponde al baptisterio del mismo templo en Yuriria. El cáliz en lentejuela fue parte de un altar en las pasadas celebraciones del Corpus en Salamanca.

Si los términos litúrgicos se te confunden, aquí hay una pequeña guía gráfica para que los identifiques mejor:
http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/liturgia/objetos_liturgicos/a_objetos_liturgicos.htm