miércoles, 28 de julio de 2010

Reporándome desde el norte de Michoacán


Desocupado lector.... si eres de los que se acuerda, sabrás bien que es así como inicia Cervantes su don Quijote. Pues bien, te comento que ahora estoy en Puruándiro y las sopresas que me sigo llevando día a día desde hace ya diez van, afortunadamente en crescendo. Estoy regresando de pasar un estupendo día en la antigua Huango, lugar donde se asentara uno de los primeros grandes Encomenderos de esta parte del país, Juan de Villaseñor y Orozco. Solo te digo una cosa: Si aun cuentas con tiempo en este período vacacional, no dudes en venir por este rumbo y asombrarte de lo que es una pueblo que casi, casi, ha sabido mantener su particular estilo. Se localiza en la parte poniente del lago de Cuitzeo, debes pasar además de esa población (recuerda que allí hay un estupendo convento agustino) sigue luego Huaniqueo y antes de Puruándiro encontrarás Villa Morelos, que es el nombre actual de Huango.

En Huango no hay hoteles, te puedes hospedar en Puruándiro o en Huaniqueo, Villa Morelos está a la mitad del camino. No te quedes con la idea del clima del resto de la zona, en Huango hace frío pues está arriba de los 2500 metros. Es de esos lugares que, si lo tuyo es desarrollar el arte de puebelar al máximo, tiempo te faltará. De entrda tienes el portal y una sección en donde están los puestos de comida, como llegué temprano me tocaron de desayuno unas enchiladas fitas en manteca, auténtica matenca. La comida fue una variedad de qusadillas que para que te cuento, mejor date el tiempo.

Algo sosprendente en verdad es ver como brota el agua, como el pueblo está unos metros más alto que la carretera, verás como por varias calles baja el agua, estando en el jadín y caminando una cuadra atrás de la presidencia municipal, justo frente a la Parroquia verás el ojo de agua, por cierto, en estos ultimos días van ya tres ojos de agua que veo. Y como ha llovido abundantemente, el agua brota por todos los veneros, algo de verdad impresionante.

Te puedes perder tranquilamente una hora por sus calles, y admirar cada una de sus construcciones, aunque hay quién ha tenido a mal hacer esos bodrios que son "modernos", por fortuna son los menos, la mayoría de las construcciones se mantienen luego de un siglo o más.

Si te interesa conocer el templo agustino, prográmate para el martes, que es el único día de la semana que lo abren, el resto de la semana se mantiene cerrado, aunque no es un templo con la magnificencia habitual de los recintos agustinos, este es más bien una capilla, pero de lo que hay allí dentro no te puedo decir, lo que si es que está en la Parroquia el Señor del Perdón, uno de los tres Cristos traídos por don Juan de Villaseñor, los otros están en Huaniqueo y Puruándiro.

Algo que, la verdad no tiene nombre, lo digo por su belleza, es Jururemba, está unos 7 u 8 kilómetros antes de llegar cuando vas de Puruándiro a Huango, en ese lugar es donde nació doña María Gallaga, madre de don Miguel Hidalgo, es decir, si mantenemos aquello de que don Miguel es el Padre de la Patria, pues doña María es la Abuela de la Patria, y están renovando su casa, se dice que habrá un museo, claro es que ya quitaron la auténtica casa y construyeron una casa de rico de pueblo, muy al estilo de la región, como quiera, se sabe que ella, es descendiente de los Villaseñor, asi que sus buenas propiedades habrá heredado.

En este rancho hay un venero de agua, le dicen La Atarjea, misma que está junto a un ojo de agua, hay que ver este lugar para entender lo que es la abundancia de agua.

Estoy por terminar este recorrido, bien sabes que si ando por acá es debido a que en esta zona, un poco más al sur de donde te escribo en este momento, es el paso de la Ruta de Hidalgo, hoy vi una Cabeza de Águila más, en El Cuatro, municipio de Villa Jiménez, ya tengo documentada poco más de la mitad de la ruta; 145 de 260, falta lo más complicado pues pasando Guadalajara la ruta se mete por casi pura zona rural y de haciendas, así que tendremos material a pasto para seguir alimentando el blog.

Bueno, por ahora me despido, en cuanto esté de velta en Salamanca te compartiré algunas tomas, para que veas que lo que pude apreciar el día de hoy es algo maravilloso... lo he dicho una, otra y otra vez, y una vez más lo digo: a donde volteés en México verás dos cosas, historia y belleza. Es cosa de darnos el tiempo y de saberlo apreciar.

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