Hacienda de Juan Martín en Celaya, Guanajuato

Hace pocos días comentaba con una persona muy querida de lo que yo veía en las Haciendas. Le decía que para mí ver una hacienda es igual a ver a una persona, que la hacienda tiene vida, tiene todo el proceso de nacer, crecer y morir, incluso hay algunas, como los humanos, que se reproducen. El día de hoy veremos un caso triste, el de ya no un viejecito agonizante sino de un cadáver mutilado del cual solo pequeñas partes quedan: la Hacienda de Juan Martín.

Localizada en el Bajío, hacia el sur de la ciudad de Celaya, Juan Martín llego a ser un lugar de importancia, conteniendo todo aquello que siempre destacó en las grandes haciendas, una Casa Grande, Trojes, el gavillero, en fin, lo que hemos venido viendo en los últimos días en El Bable. También hemos dado cuenta de los muchos hechos sucedidos a lo largo de la historia de México y de cómo han afectado a las haciendas.

Afectación nada buena, en muchos casos, y de extrema desgracia en el que estamos viendo hoy. Ya luego de 75 años de iniciado el reparto agrario, ya en una segunda y tercera generación muy entrada en años, herederos de quienes recibieron originalmente ese reparto en tiempos de Cárdenas y que ahora, esas parcelas se siguen subdividiendo y esas haciendas se siguen desapareciendo.

Juan Martín tiene su momento cumbre en la historia pues es el lugar que albergó a don Miguel Hidalgo, luego de salir de Aculco y la derrota recibida, y antes de llegar a Celaya para definir lo que ahora llamamos “plan B” y decidir el lugar a donde dirigirse, ya separado, luego de gran pleito, del que era su mano derecha, el segundo de abordo, Ignacio Allende. Seguramente estaba agotado y con un enfrentamiento de ideas más bien cruel.

“Se localiza al sureste de la ciudad de Celaya. Puede llegar por la carretera a Juan Martín que se origina a su vez de la carretera Celaya-Salvatierra. En las primeras décadas del siglo XVIII su propietario fue el capitán José de Aguilar y Carmona, regidor perpetuo de Celaya, labrador, quién hizo efectivo su beneficio al Convento de San Francisco de Celaya por una obra pía que había establecido el capitán Manuel de la Cruz Sarabia. Los vestigios encontrados son de origen único, pues nos muestran sus características constructivas elementales: muros de adobe aplanados a la cal, con estructura de viguería y teja a dos aguas”. (1)

Pues en la actualidad (mayo de 2010) son ya escasos los vestigios de la que fuera la Hacienda, prácticamente no hay nada. De la Casa Grande, muchos ni se acuerdan en donde estuvo, de las trojes, me tocó presenciar como ya quedaba solo parte de una de las tres, que eran enormes, por cierto. Esa es la que ves en la primera fotografía, del resto nada, igual… exactamente igual como sucede con el ser humano, hay quien envejece dignamente, otros con esfuerzos y unos son cadáveres en vida… De la Hacienda de Juan Martín solo partes de la osamenta quedan.

Fuentes:

1.- Soldara Luna, Rafael. Haciendas de Celaya. Su historia, arte y belleza. Consejo Consultivo Editorial del Bajío. Celaya, 2008.