Cruces atriales inclinadas, Santa Ana Azcapotzaltongo, municipio de Tepeji del Río, Hidalgo

Seguimos por los términos de Tepeji, en el estado de Hidalgo. Recordarás que hace un año nos maravillamos con el puente localizado en Santiago Tlautla, el cual recibió el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad debido a sus características, especialmente a su resistencia, pues luego de varios siglos sigue allí. Esa traza, la que va de Tepeji a Soyaniquilpan, está no muy distante del sitio en donde nos encontramos ahora: Santa Ana Atzcapotzaltongo.

Decidimos ir en domingo debido a que, pensábamos estaría abierta la capilla del pueblo, pero no fue así ya que la misa se celebra en sábado, esto debido a que son varias capillas las que el mismo presbítero debe atender. Eso no fue realmente problema pues lo que queríamos ver era su cruz atrial, la cual, como te darás cuenta está inclinada.

La barda perimetral del atrio es de mediana altura, alcanzamos a ver la cruz que, por su color café rojizo o rojo oxidado, como lo llaman algunos, destacaba, especialmente en ese día que estaba totalmente nublado. Detrás de la capilla, a pocos metros pasa un río, el cual, es el mismo que alimenta aquél molino abandonado que conocimos hace un año también, si no recuerdas a cuál me refiero, entra aquí.

Y es más que obvia la pregunta, cuál fue la razón por la cual esta cruz está ladeada? bien sabemos que estas cruces se labraban en una sola pieza y que las ancestrales técnicas que se usaban eran de una asombrosa precisión, recordemos las extraordinarias esculturas que sobrevivieron a la barbarie española. Y es este el punto en donde el misticismo, la tradición, la leyenda y un poco de misterio se unen. La historia que me contaron es más o menos así:

Decidieron colocar una Cruz Atrial en la capilla, pues así lo marcaba la tradición, la mandaron hacer. Cuando estaba terminada se dieron cuenta de que su forma no era exacta, que estaba chueca, así que optaron por hacer una nueva, cuando esta fue terminada se colocó, al día siguiente la cruz estaba nuevamente ladeada, se interpretó como una decisión de la propia cruz que así quería estar y se dejó de esa manera.... Estábamos frente al atrio cuando pasaron estos dos jinetes, luego de un jaripeo, lo intuyo así considerando la vestimenta y, además, que era un domingo.

Y si estamos en el estado de Hidalgo estamos en la zona de moles por excelencia. Prueba de ello son estas cazuelas propias para su preparación...

Interesante ver la función que tienen estos árboles, para contener todo tipo de ollas, jarros y cazuelas...

Esta es la entrada a la capilla, te darás cuenta de que es pequeña...

Y este es el río que te mencionaba se ubica detrás de la capilla...

Estamos en el mero Atzcapotzaltongo, es decir, en uno de ellos... el nombre es un tanto cuanto común, varios pueblos lo llevan.

Y mira este durazno en pleno florecimiento...

Y la tiendita del pueblo. Pero, recordarás que ayer que vimos el templo de San Ildefonso, pueblo que, por cierto está del otro lado de la montaña, es decir, de un lado está Santa Ana, del otro San Ildefonso, y te decía de algo particular que vi allí, pues bien...

A esto me refería. A que en San Ildefonso también hay una cruz atrial ladeada. No sé cual de las dos fue primero, o si fueron simultaneas. Me atrevería a pensar que, conociendo la fecha de fundación de San Ildefonso, consecuentemente su antiguedad, seguro es que está cruz se hizo antes que la de Santa Ana, así que esa leyenda que me contaron corresponde más bien a San Ildefonso.

Como quiera, con esto comprobamos las infinitas posiblidades de atractivos que se guardan a lo largo y en las inmediaciones del Camino Real de Tierra Adentro, por cierto, si no has visto el artículo relacionado a la Hacienda de la Cañada, que no está muy lejos de estos rumbos, lo puedes encontrar aquí.