Tengo entendido de que esta manifestación de arte, que bien la podemos catalogar de efímera, viene de Tahilandia, lugar en donde desde hace años han desarrollado una especial habilidad para darle forma a las sandías y crear en ella todo lo que bien podemos imaginar, y más aun, lo que imagina el artista a la hora de estar esculpiendo la fruta. Su vida será de uno o dos días que pueda ser parte del display en los espléndidos buffets que los hoteles del tipo todo incluido ofrecen. Lo sorprendente de esta serie de fotos es que fueron exactamente diez minutos entre que Orlando, el artista-escultor, comenzó a trazar el dibujo en la sandía para luego hacer salir de allí una imagen, igual enigmática que una utópica flor. En este ejercicio fotográfico al inicio de otra semana más de vacaciones de verano te dejarán ver como las formas van apareciendo en la sandía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario