Siendo lo suficientemente fantasioso diría que lo que ayer vi fue algo como una aproximación a la Aurora Boreal. El día terminaba, había nubes, de las que conocemos como "borrego", no eran muchas pero si las suficientes para brindarnos una tarde reposada y ligeramente fresca (si es que el término pudiera aplicar en esta época y en esta región del país). El sol se metió y luego comenzó el espectáculo, el cielo se tiñó de rosado, de violeta, de un naranja muy ligero... una paleta de colores envidiable para cualquier pintor y, entonces, comenzaron esos caprichos de la naturaleza que los tenemos allí, enfrente, son gratuitos y muchos, la mayoría, no-tienen-tiempo para detenerse y admirar lo que en términos de naturaleza, significa el final de la iluminación solar... Visto esto como ejercicio fotográfico, entendí la importancia de dar elementos cotidianos como los faroles o los edificios, para dar el suficiente realce al fondo celeste. Me hizo recordar mucho aquella historia de don José Rojas Garcidueñas de "El Cielo Embotellado". Te dejo las tomas.
http://vamonosalbable.blogspot.mx/2010/05/aurora-borealis-el-cielo-embotellado.html
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