Llego a Oxkutzcab por casualidad, ya que pensaba pasar la noche en el pueblo de Maní, pero, al no encontrar alojamiento continué un poco al sur y aquí vine a dar. El nombre es evidentemente maya y para nosotros, quienes venimos de una zona un poco distante, se nos vuelven verdaderos trabalenguas y luego de estar en tres o cuatro pueblos en donde sus nombres son complicados de pronunciar, se convierten en más complicados para recordar.
En el camino se ven muchas huertas de naranjos y otros cítricos, al llegar al pueblo veo un letrero que dice "Bienvenidos a la huerta de Yucatán", con justa razón, luego de ver las huertas por el camino el nombre queda bien claro. Veo mucho movimiento por el mercado, se dice que este es el más grande del estado, tiene sus toques que lo hacen distinto a los demás mercados de México, uno de ellos, el oír la lengua maya como modo habitual de comunicación.
Hay un ex convento franciscano, en la actualidad se encuentra en uso por una orden religiosa de monjas, lo digo porque vi entrar y salir a varias de ellas en ese recinto. Al lado está un templo de las habituales dimensiones que fueron usadas a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, es de una sola nave, bóveda de medio cañón en la que vemos claramente los troncos que fueron intercalados para construirla, incluso fueron pintado de color rojizo para hacerlos aun más notorios.
La plaza principal es grande, solo que aquí, a diferencia de lo demás que hasta ahora he visto, no hay espacios vacíos, es un jardín bien arbolado. El edificio de la presidencia municipal conserva ese estilo tan característico del porfiriato, con arcos, techos muy altos y, en este caso el decorado central lo forma un elemento de la llamada arquitectura "neomaya".
Caminar por aquí es un verdadero placer, no hay prisas, no hay aglomeramientos... van apareciendo edificios que nos dicen de una mejor época, con un estilo propio y muy característico de la península yucateca. Estamos en una zona de clima cálido la mayor parte del año, con presencia de humedad constante, no es de extrañarnos que las fachadas muestren eso... las acciones de la humedad.
Es aquí donde se inicia la zona Puuc, es decir, la región en donde la llana península comienza a mostrar colinas. A poca distancia se localizan las grutas de Loltún, evito visitarlas pues fue en un gruta en donde hace algunos años tuve un accidente, no quiero repetir la experiencia.
Mejor dedico algunas horas a caminar por sus calles, a detenerme, de pronto, en una esquina. A tratar de imaginar como lucían estas casas en los tiempos de abundancia que hubo en Yucatán cuando se volvió una de las zonas más ricas de México. Veo detalles que aquí son cotidianos pero que, para quienes venimos del centro de la República nos parecen cosas excepcionales. Creo no hay necesidad de más explicaciones pues las tomas cuentan, como se me está haciendo costumbre, una historia por sí mismas. Aquí te comparto estas imágenes que fui captando por Oxkutzcab, Yucatán.
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