domingo, 14 de agosto de 2016

La fachada trasladada del templo de San Juan de Rayas al Pardo en Guanajuato

   Al caminar por las calles de Guanajuato un punto de referencia será siempre el Mercado Hidalgo, edificio construido por Ernesto Brunel originalmente para ser la estación del ferrocarril pero que, dada la complicada orografía guanajuateña, la estación quedó un poco más al poniente y el edificio fue dedicado a mercado municipal. Si caminas de ahí rumbo poniente, digamos que hacia el Museo de las Momias, llegarás a un punto en donde hay una calle a la izquierda y pocos metros más adelante un puente de Tepetapa, en esa calle, llamada Pardo, se levanta el templo que ahora vemos y que está dedicado a la Virgen de Guadalupe.

   Y este era el templo de San Juan de Rayas que estuvo en función mientras que la mina estaba en propiedad de la familia Sardaneta. Te darás cuenta de que es el mismo, pero en lugares diferentes. "El 13 de Agosto de 1714 se estrena un colateral, consagrado al Sr. de Rayas, en el templo de este punto; habiéndolo dedicado con gran solemnidad el Sr. Cura Abarsuza que fue también quien principalmente coadyuvó para su construcción" (1)

   Y este es otro de los templos de Guanajuato que guardan una historia sorprendente, asociado también a los Marqueses de San Juan de Rayas, los primeros ricos que hubo en el real de minas. El primero de la familia no tuvo título nobiliario pero fue el que inició la dinastía, se llamaba José de Sardaneta y Legaspi y fue él quién adquirió la mina de Rayas, respecto al personaje, escribe Lucio Marmolejo en sus afamadas Efemérides:

   "... ya nosotros en lugares oportunos, hemos hecho mención de las liberalidades espléndidas de este personaje, de su piedad, y de algunas de las invenciones con que enriqueció la minería; y solo agregaremos que él introdujo la obra útilísima de los tiros, antes desconocida en América, y exclusivo parto de su ingenio, que hizo igual cosa con el uso de la pólvora, dando con ambas cosas un impulso inmenso á las empresas mineras de Guanajuato, de tal suerte que, sola su mina de Rayas, según consta en las cuentas de las cajas reales de la provincia, dio de quintos al Rey en 44 años le enorme suma de 17.374,304 pesos, 2 tomines, 9 granos".

     José Sardaneta fue padre de José Manuel Vicente Sardaneta-Legazpi Ojeda, primer Marqués de San Juan de Rayas. Dice Lucio Marmolejo: "Este edificó dos haciendas de beneficio, un mesón y dos casas, dio á la Parroquia de Guanajuato una rica colgadura y varias alhajas. Para utilidad de la República, donó la mitad del costo de la cortina de mampostería de la presa de la Olla; cooperó también con cerca de la mitad del costo del magnífico templo de la Compañía del mismo Guanajuato, en cuya obra entendía por aquel tiempo, su hermano el P. Jesuita José Joaquín..."

   La devoción del marqués era a San Juan Bautista, fue tal el impacto que tuvo en la villa, ahora ciudad que siendo el Santo Patrono de Guanajuato San Ignacio de Loyola, la fiesta grande es la de San Juan, cuando se hace la apertura de la presa de la Olla. Y era tal la devoción del marqués, que mando hacer un templo en sus propiedades de la mina de Rayas, dedicado a San Juan Bautista.

   "A mas de estas liberalidades, construyó el D. Vicente la soberbia capilla de Rayas, consagrada á Nuestra Señora, de quien fue especialísimo devoto, empleando la cuantiosa suma de 54,000 pesos" (2). Luego se haría cargo del negocio el Segundo Marqués de San Juan de Rayas, José Mariano Sardaneta Rivera-Llorente. Ocurriría la guerra de independencia, Guanajuato sería escenario de continuos enfrentamientos a lo largo de once años, luego la llegada de mineros inversionistas ingleses y al final, el templo del mineral de Rayas sería abandonado.

   Cuando comienzan los trabajos de la llamada Carretera Panorámica, en la década de los cuarenta del siglo XX se redescubre el templo que, abandonado por varias décadas y se decide rescatarlo, para ello se desmantela piedra por piedra la fachada para ser colocada en el templo del Pardo, templo que había sido construido en 1757 en la hacienda de beneficio del mismo nombre, de ese modo un templo sencillo, sin decorado alguno, es vestido con la magnífica fachada barroca que, con los dineros del marqués se había mandado construir.

  Es entre 1945 y 1946 que, con fondos y el interés del Club Rotario de Guanajuato, cada piedra es trasladada desde lo alto, en la mina de Rayas, hasta el centro de la población. Queda un testigo del traslado, escrito sobre esta piedra en donde alcanzamos a leer: "Parte del Centro 2-C". Obras son amores, sin lugar a dudas.


  Hacía rato que no veía un "acróbata".













 ¿En dónde habrá estado el templo original? eso no lo sé, quizá a la entrada del socavón, pues de ese modo los mineros se santiguarían a la entrada y salida de la mina... pero ¿estaba arriba o abajo el socavón? eso no lo sé.


Fuentes:

1.- Marmolejo, Lucio. Efemérides Guanajuatenses. Tomo II. Imprenta del Colegio de Artes y Oficios. Guanajuato, 1883. p.22

2.- Ibid. pp. 108-109


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