miércoles, 26 de junio de 2013

Buscando retratar a San Juan de los Lagos, en los Altos de Jalisco.

   Hay dos poblaciones en México que son las que conocí siendo niño y ejerciendo el oficio de turista de fin de semana, una fue Pázcuaro en Michoacán, la otra San Juan de los Lagos, en Jalisco, sitio a donde llego cargado de recuerdos de las más variadas coloraciones pero con la intención de retratar algo que considero es su esencia. Indudablemente que el punto focal de esta población es su Basílica que, además, es Catedral. Solo que noto que ahora, con las nuevas construcciones, el llamado (en inglés) skyline se ha visto fuertemente alterado y cada vez se confunden más las torres del templo con los edificios de hoteles que siguen apareciendo en mayor número.

   Camino por algunas calles que me son ligeramente familiares, por ahí crucé una y otra vez hace ya muchas décadas llevado de la mano de mi progenitora pues siempre que tenía la oportunidad de pagar una de sus infinitas 'mandas' a la Virgen de San Juan, yo me le "pegaba" pues el viaje lo disfrutaba mucho. Era sumamente curioso ver su apasionado fervor y como, en cuanto cruzábamos un punto llamado Agua de Obispo, se arrodillaba en el mismo auto en que viajábamos pues decía que ese era el modo de llegar a San Juan. Entenderás que todo ese montón de recuerdos se me agolparon ahora que visité una vez más la Basílica de la virgen de San Juan.

   El templo lo no apreciaba como lo hago ahora, era un templo más al que entraba, con la diferencia que aquí siempre encontrábamos cientos de peregrinos, la mayoría entrando de rodillas por todo lo largo del ancho pasillo central hasta llegar a la balaustrada. Invariablemente luego continuábamos por el túnel que conduce al camarín de la virgen, luego a ver los retablos y ex-votos y finalmente a dejar la respectiva contribución por la que, dada la generosidad de ella, recibíamos montones de estampitas, imágenes, rosarios, medallas y cuanta cosa imaginable había entonces. Seguiría luego el "tour de compras" por los miles de puestos de los más variopintos artículos. Concluíamos en los tacos dorados y las "Tortas estilo San Juan", a la hora de la merienda estábamos ya de vuelta en nuestro lugar de origen.

   El itinerario lo altero totalmente, claro es que no puedo evitar ir primero, como meta de la visita, a la Basílica, es miércoles y no es temporada de vacaciones, así que más bien somos pocos los visitantes durante el día y poquísimos los que nos quedamos en la tarde. En el hotel donde me alojo creo ser el único huésped, eso me anticipa que la noche será  muy tranquila. Camino por las calles del centro, busco ángulos, evito vendedores, me es difícil retratar a esta población de los Altos de Jalisco.

   Según las estadísticas, San Juan de los Lagos es el segundo centro religioso en México en lo que se refiere al número de visitantes, son 6 millones los que llegan cada año. Esto lo coloca como el punto del estado de Jalisco al que mayor número de personas llegan. Claro es que Guadalajara tiene, quizá un número similar, pero hay que considerar que esa es una ciudad con asentamientos industriales enormes, y un aeropuerto que se ubica entre los cinco de mayor tráfico en México. Puerto Vallarta recibe al rededor de tres millones y medio de visitantes al año, por lo tanto la relevancia que tiene San Juan de los Lagos, desde el punto de vista de servicios es notoria.

   Y es esta la razón que mueve a esos seis millones de visitantes o peregrinos que llegan: la Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, conocida también como La virgen de San Juan.

   Poco a poco han ido desapareciendo las casas y edificios que conservaban el auténtico sabor de la provincia, más aun, el sabor de los Altos de Jalisco. Ahora son edificios de ladrillo, bloque y concreto los que se han levantado, en el mejor de los casos revestidos con la cantera propia de la zona, pero todas aquellas hermosas construcciones de tipo vernáculo desaparecieron, yo diría que en un 75, tal vez en un 80%.

   Así que sobre ese reducido porcentaje es sobre el que nos lanzamos, es lo que quiero ver, la parte más auténtica de San Juan, solo que, o no existe o está cubierta de mercancía que se vende como se ha practicado desde hace siglos, cuando San Juan era la feria más grande de Nueva España. En el atrio de la Basílica vemos uno de los tres monumentos que a Juan Pablo II se le han levantado en San Juan de los Lagos.

   Visible, aunque un poco escondido, aparece el busto de don Miguel Hidalgo, nuestro Padre de la Patria que en algún momento pensó iniciar su movimiento de insurrección precisamente aquí, aprovechando la concurrida Feria de San Juan, imagina que, de haber sido así el 16 de Septiembre no tendría significado alguno para nosotros, en cambio el 8 de diciembre sería además del día de la Inmaculada, el día de la Independencia (...¡!...)

   Imagina que tanto han cambiado las cosas que hasta un desfile de condones me tocó ver, pasaban justo por un lado de la Basílica y del monumento de uno de los promotores del no uso del condón.

   Me llama la atención ver a la cabeza de la balaustrada del altar mayor a unos ángeles exactamente iguales a los que hay en el Santuario del Señor del Hospital en Salamanca. Por lo tanto son de Ponzanelli.

   Aquellos que eran antes solo ingenuas pinturas sobre lámina a manera de agradecimiento por los favores recibidos, son ahora objetos que van de guitarras a trofeos a sombreros, a ropa, a trenzas de cabello y hasta bicicletas.

   Desde las 7 de la mañana, hasta las ocho de la noche las manifestaciones de fe son palpables y continuas.

   Lo dicho, de lo antiguo queda poco, muy poco, cada vez menos... vamos en su búsqueda.



 





















3 comentarios:

  1. Como siempre, gran lectura, grandes fotos...

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  2. Gracias por su hermosa prosa

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  3. Hermosa ciudad colonial !!!!
    Y la comida ni se diga, vayan a las 'Tortas de Magaña' al costado izquierdo de la Catedral, riquisimas

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