martes, 22 de septiembre de 2020

Capillas abandonadas en el estado de Campeche

   Bien sabes que además de las haciendas, los templos y capillas son las construcciones que ejercen una enorme fascinación y son elementos indispensables a conocer cuando tengo la oportunidad de viajar. En esta ocasión, como el viaje es virtual, la primera que topo, al hurgar en los muchos sitios electrónicos que promueven la riqueza patrimonial del estado corresponde a una que seguramente está dedicada a San José y en la que, asumo, se oficia ocasionalmente. Se localiza en la ex hacienda de San José Carpizo. 


   Siempre habrá la posibilidad de que en donde hubo una hacienda grande y con igual número de trabajadores existía una capilla. Si la hacienda fue totalmente abandonada, su capilla estará igual, en ruinas, pero si la hacienda fue expropiada, lo más seguro es que su capilla se mantenga en uso para la comunidad que siguió desarrollándose ahí, luego del reparto agrario.


   En la entrada anterior, hablamos de las haciendas y de sus historias, una de ellas, Chilib, en el municipio de Tenabó, permanece en ruinas, al igual que su capilla.


   La capilla de la ex hacienda de la Blanca Flor. “… Antes de la guerra [de Castas] había esclavos por aquí, mi mamá fue esclava de la hacienda San José y mi papá de Blanca Flor, los dueños eran yucatecos. Decía mi mamá que los yucatecos eran los que estaban en Blanca Flor, y los campechanos estaban con sus carabinas en la iglesia de Hecelchakán; contaba que a la hora de la guerra, el dueño metió a varios trabajadores a ‘la casa grande’ y que el jefe de los soldados yucatecos les dijo a los que estaban en Blanca Flor que buscaran cuevas para que se guarden y que después les avisaban para que salieran. Recuerda que mataron a muchos soldados y que después le echaban gas y así los dejaban. Nos contaba que a todos les hacían embrocarse en el piso, para que así, si la bala cruzaba la pared uno estaría en el suelo y no te pegaba; esto duró como tres semanas, después los soldados mataron todos los ganados”. Cuando terminó la guerra, todos los esclavos que estaban en la hacienda Blanca Flor salieron y vinieron a vivir a Santa Cruz. (Cultura Campeche, seguir leyendo aquí.)


   Capilla, que más bien era una ermita, por su tamaño, que daba servicio a la comunidad indígena en la hacienda de San Antonio Yaxché, municipio de Hopelchén.


   San Antonio Castamay, municipio de Campeche. "El viejo templo de Castamay se hizo bajo la dirección del hacendado Don Julián Gual en el año de 1870, acontecimiento que quedó inmortalizado en una pequeña placa de mármol que forma parte de las muchas que se encuentran en su interior. El santo patrono de la iglesia es San Antonio cuyos pobladores de la comunidad cuentan que es un santo castigado en 1896: sucedió que ese año los vecinos de Castamay presintieron una terrible sequía pues era ya tiempos de lluvias y éstas no caían, lo que causo gran alarma. Decidieron celebrar entonces un novenario en honor a San Antonio y al mismo tiempo celebrar una de esas ceremonias para conseguir los beneficios del dios Chaac". (Pérez Durán, seguir leyendo aquí.)


   Bolonchén Cahuich. "El pueblo tuvo nueve pozos, cuatro de ellos en la plaza principal y el resto a los alrededores. De acuerdo a Santiago Pacheco Cruz (citado por Encalada, 1987: 71) el poblado debe su nombre a la traducción que quiere decir: “las dos vistas de los nueve pozos”, por derivarse de las voces de bolón, nueve, cheen, pozo; y uich o ich, ojo, que de igual manera se podría traducir como “los nueve pozos de Cahuich”. Sin puertas y con algunos dinteles en el acceso principal se pierde en el olvido y su historia. Dentro de la nave principal el piso desaparece entre la maleza. A sus lados, en sus muros aún se pueden observar los agujeros que soportaron el techo que dio sombra a los indios que acudían a los oficios religiosos. Al fondo de la iglesia, en lo alto del techado a dos aguas, se encuentra un pequeño nicho y debajo una inscripción que expresa: “Ave María 1758”, fecha probable de la conclusión de la iglesia y dedicada a la madre de Jesucristo. Como toda construcción de su tipo, un gran arco limita la primera parte del altar que estuvo techado con bóveda de cañón corrido y remata con dos nichos que aún conservan sus decoraciones en colores azul y rojo." (Exploracampeche.com; seguir leyendo aquí.)



   “En la comunidad Pich se encuentra un monumental ex convento franciscano del siglo XVII ya restaurado hoy en día por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Campeche denominado “Las Tres Cruces”. La historia oral señala que dicho convento fue construido sobre un antiguo edifico prehispánico". (Explorandocampeche.com

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