El desarrollo y crecimiento poblacional de Acámbaro vio la necesidad de construir un Templo mas grande, así como un convento que tuviera mayor tamaño de acuerdo a las funciones que allí dentro se realizaban, el Templo de San Francisco comenzó a levantarse en 1734, se llevó nueve años su construcción.
Su interior es de impactante pulcritud, está pintado en un tono rosa por demás particular, el llamado “palo de rosa” que hace resaltar el trabajo en cantera de estilo neoclásico, el que fue muy difundido en todos los templos de la zona del Bajío.
El púlpito catalogado como del orden del Renacimiento es de forma hexagonal con seis medallones que retratan a los Doctores de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo, San Atanasio, San Juan Crisóstomo. Por cierto, en la actualidad son 33 los que se consideran Doctores de la Iglesia, entre ellos 3 mujeres Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux.
El púlpito catalogado como del orden del Renacimiento es de forma hexagonal con seis medallones que retratan a los Doctores de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo, San Atanasio, San Juan Crisóstomo. Por cierto, en la actualidad son 33 los que se consideran Doctores de la Iglesia, entre ellos 3 mujeres Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Lisieux.
El altar mayor manteniendo ese neoclasicismo es, sin lugar a dudas uno de los mas hermosos que hay en el Bajío, sus líneas suaves y contrastes marcados entre el rosa, el dorado y el color gris de la cantera lo hace único. Aquí en Acámbaro es donde su menciona mucho en las descripciones del estilo de las construcciones el llamado orden toscano, el cual forma parte del estilo clásico. Este templo está dedicado a María Refugio de pecadores, es decir, Nuestra Señora del Refugio. "Es de 1843 o 1845 que data la imagen de María, Refugio de Pecadores, que venera con particular ternura la parroquia de Acámbaro. Los Jesuitas, al disolverse la Compañía de Jesús, (se refiere a la expulsión de 1768) donaron una imagen a los religiosos franciscanos del Colegio Apostólico de María Santísima de Guadalupe, de Zacatecas. Estos Padres hicieron entonces varias copias para sus misiones y una –tomada de éstas últimas- fue llevada a Acámbaro. La devoción de María en esta bendita imagen creció poderosamente cuando fue implorada su valiosa protección, por medio de una procesión pública, a causa del cólera morbo que enlutaba los hogares". Dato tomado de Álbum Jubilar de la Arquidiócesis de Morelia, Fimax Publicistas, 1949.
El convento de San Francisco se levantó también en el siglo XVIII, manteniendo los cánones establecidos a la época. Resulta interesante ver cómo sobrevive aun la antigua influencia árabe que marcaba la existencia de 4 árboles en cada uno de los ángulos del patio central. Aquí existe aun el naranjo que va ya por su segundo centenario. La visita a este convento nos exige aguzar la mirada para identificar a los doce santos cuyas esculturas se levantan en la arquería superior, San Francisco, la Inmaculada, Santo Domingo, San Buenaventura, San Antonio, San Pascual, San Elcario, San Luis Rey, San Roque, Santa Isabel de Hungría, Santa Clara y Santa Isabel de Portugal son reconocibles porque todo santo siempre tendrá un objeto o una actitud que lo hace único e identificable. (¿Elcario? Si, el nombre es correcto, este es un Santo italiano, 1285-1323. Su celebración es el 27 de Septiembre.)
La parte alta del convento encontramos este nicho con la Virgen de Guadalupe, tiene varios detalles interesante, sus columnas, del estilo estípite, son características del Plateresco, al centro, arriba del nicho vemos el escudo Franciscano coronado y en la parte superior el pelícano, símbolo del amor supremo, me sorprendió ver en Acámbaro varias esculturas con esta representación, es una historia fascinante, si te interesa leerla, aquí está en El Bable:
http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/02/el-pelicano.html
http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/02/el-pelicano.html
Pieza única que encontramos en el Convento de San Francisco es la pila de agua bendita, esculpida en una sola piedra. Su estilo es también Plateresco.
En lo que fueron en su tiempo las huertas del convento, se levanta la llamada Fuente Mudéjar, la que sirviera como punto de abastecimiento para la población, se dice que fue construida cuando el primitivo convento estaba en función, es decir, hacia 1610. Luego de proclamadas las leyes de Reforma y la consecuente secularización de los conventos, pasó a ser propiedad privada, se dice que las familias Paulín y Chacón fueron los últimos propietarios antes de ser adquiridos por el Municipio para construir allí el mercado Hidalgo. La fuente quedó dentro de las instalaciones siendo protegida por un barandal de fierro y rodeada de puestos de comida.
El estilo mudéjar es donde se incluyen ornamentaciones árabes, producto de la herencia de los ocho siglos de presencia musulmana en España, misma que llegó a México junto con los diseñadores del siglo XVI, en su construcción se utilizó argamasa de ladrillo molido, yeso, cal y barro vidriado. Se puede observar claramente el anagrama de María, con el tiempo le agregaron la palabra AVE en la parte superior. Indudablemente que en Acámbaro hay mucho que ver, como dato importante anoto que me hospedé en el hotel Posada Virrey de Mendoza, los precios son increíblemente bajos, una habitación cómoda, bastante limpia… ¿más motivos para visitar Acámbaro? Sigue leyendo El Bable.