Los Cristeros, una consecuencia de las Leyes de Reforma

Cuando se vive en la región del Bajío tenemos continuamente como punto de referencia lo sucedido en 1926-29 con la llamada Guerra Cristera, de esa etapa cuando en México fueron prohibidos los servicios religiosos y todo lo que estuviera asociado con el Catolicismo fue anulado por el gobierno que entonces presidía Plutarco Elías Calles, solo que, la historia no comienza allí, sino es aun más antigua, los antecedentes de los Cristeros los tenemos a raíz de la proclamación de las Leyes de Reforma, esas que aparecen en el billete de veinte pesos.

Si consideramos que durante 300 años de dominación española, en donde el poder estaba centrado en la Iglesia Católica, en donde toda la vida estaba regida y observada por las tradiciones más arraigadas del catolicismo, casi primitivo, la opresión que hubo hacia mucha gente era mayúscula, como principal ejemplo tenemos la Santa Inquisición, que a través de ideas religiosas mal interpretadas se dedicaron a someter a la población entera y obligarlo a creer, decir, actuar y celebrar bajo los conceptos que la propia iglesia marcaba. Cuando la independencia de México es proclamada, se asume como una república católica, cosa que siguió en boga hasta el período conocido como la Reforma.

Las leyes de Reforma fueron promulgadas en Veracruz en Octubre de 1859, ese es el inicio de una persecución en contra de los oficiantes de la religión católica. Todos los bienes de la iglesia, que eran muchos, incluidos tierras de labranza, establos, fábricas, haciendas, casas, conventos y templos, fueron expropiados al proclamarse la ocupación de los bienes eclesiásticos, la Ley Lerdo proclama la nacionalización de los bienes del clero, la Ley de Exclaustración prohíbe la existencia de conventos, monasterios y seminarios. Desde la Colonia, en México los únicos registros existentes del nacimiento y muerte de los habitantes eran los realizados por la Iglesia Católica, pues no existía otra entidad que lo hiciera, el registro era el llevado en las notarias parroquiales, los cuales eran los únicos existentes, a raíz de las leyes de Reforma se crea el Registro Civil, anulando el poder a la iglesia al proclamar como único valedero el matrimonio civil y la secularización de los cementerios. Las festividades religiosas son prohibidas y, por último, el 4 de diciembre de 1860, se proclama la libertad de cultos. Años más tarde, en 1873, se decreta la suspensión de los Jesuitas (la segunda que hubo en México luego de la anterior acontecida en 1767), expulsando a la mayoría de ellos por ser extranjeros, poco tiempo después, por la misma causa son expulsadas las Hermanas de la Caridad.

El período de la Reforma fue uno de los de mayor inestabilidad en México, recién se había perdido la mitad del territorio nacional, recién se había vivido la intervención norteamericana y ahora se vivía la francesa y el segundo imperio con Maximiliano a la cabeza, en el país entero había levantamientos y en El Bajío uno de ellos era para defender a la iglesia Católica, don José Rojas Garcidueñas lo refiere asi: “Los grupos o partidas de hombres en armas fueron aumentando; muchos de estos hombres llevaban crucifijos colgados al cuello o prendidos sobre el pecho, y por eso empezaron a ser llamados cristeros; sin embargo, ese apelativo no se difundió tanto como sí ocurrió en 1927 cuando la persecución de Calles; aunque esta vez no fue porque llevasen Cristos sino por el ideal y lema por el que tantos murieron: “Viva Cristo Rey”.