Hace poco caminando por Irapuato encontré en las cercanías de la Central de Autobuses, frente a la estación del tren, esta empresa, no tuve la precaución de anotar su nombre, la cual da una muy buena idea para controlar el abominable lastre urbano que significa el grafiti. Para que esto funcione debe existir la participación de todas las partes, especialmente de los grafiteros, que deben de entender que lo que hacen perjudican a toda la población, dan una pésima imagen y es molesto a la vista toparse con esos absurdos letreros. Si esa “liberación” que sienten al hacer las pintas, lo mismo da que sean en un lado que en otro, pues que mejor que se asignen espacios para tal fin, como es el caso de lo que aquí te presento. Será bueno hacer la prueba, ojalá funcione.
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