Al fondo Cerrogordo, antes vemos la Refinería RIAMA y sus perennes humos, en primer plano el centro de Salamanca visto desde la torre de la Parroquia del Señor del Hospital.
A finales de la década de los años cuarenta del siglo XX sucedió algo similar a lo que actualmente pasa en el ámbito político nacional, se discutía la ubicación de una Refinería y se asignó esta a Salamanca por su ubicación geográfica y abundancia de agua, solo que no se contó con que los vientos dominantes inundarían la ciudad de los humos pestilentes de los procesos químicos. Tampoco se tomó en cuenta de que la población estaba habituada a los trabajos de campo, no a los industriales, mucho menos a los petroquímicos, así que se dio una fuerte migración de personas venidas de Tampico y Poza Rica, ciudades que contaban ya con una tradición petrolera de arraigo. Sucedió un choque cultural fuerte, la gente de la costa introdujo costumbres consideradas como “agresivas” para las tradiciones que se mantenían en el Bajío, esto condujo a levantar una especie de frontera, un muro invisible que separó la sociedad local de los nuevos avecindados en Salamanca. Ese "muro" fue la calle Faja de Oro.
A finales de la década de los años cuarenta del siglo XX sucedió algo similar a lo que actualmente pasa en el ámbito político nacional, se discutía la ubicación de una Refinería y se asignó esta a Salamanca por su ubicación geográfica y abundancia de agua, solo que no se contó con que los vientos dominantes inundarían la ciudad de los humos pestilentes de los procesos químicos. Tampoco se tomó en cuenta de que la población estaba habituada a los trabajos de campo, no a los industriales, mucho menos a los petroquímicos, así que se dio una fuerte migración de personas venidas de Tampico y Poza Rica, ciudades que contaban ya con una tradición petrolera de arraigo. Sucedió un choque cultural fuerte, la gente de la costa introdujo costumbres consideradas como “agresivas” para las tradiciones que se mantenían en el Bajío, esto condujo a levantar una especie de frontera, un muro invisible que separó la sociedad local de los nuevos avecindados en Salamanca. Ese "muro" fue la calle Faja de Oro.
En primer plano tenemos la torre del Templo del Expiatorio, el más antiguo de la zona centro de Salamanca, al fondo el magnífico templo de San Juan de Sahagún, mejor conocido como Templo de San Agustín.
Ahora ya con sesenta años de convivencia sucedió lo que en estos casos de migraciones en busca de trabajo sucede, que la sociedad local disminuyó, casi a punto de desaparecer y con ellas sus costumbres y tradiciones y los foráneos aumentaron. Las nuevas generaciones siendo en su mayoría hijos de matrimonios venidos de otros lados no han transmitido la riqueza cultural que existe en Salamanca, misma que llegó al punto de la extinción pero, afortunadamente hay quién se ha dedicado a rescatar a medida de lo posible la grandeza que en su momento se vivió en la zona, pero falta mucho por hacer, Salamanca merece revivir su centro histórico para que los visitantes gocen de los tesoros que, por fortuna, aun sobreviven el paso del tiempo.
Este es el kiosco visto desde la torre del Señor del Hospital, esta es la construcción que se levantó en Salamanca para celebrar el Centenario del inicio de la guerra de Independencia.
Yo he vivido 13 años de mi vida en Cancún, otros 13 en San José del Cabo, se muy bien lo que significan los flujos migratorios, se muy bien lo que son las mezclas de cultura y tradiciones y como luego de un tiempo se pierde toda identidad. Es por eso que comento a quienes viven permanentemente en Salamanca que volteen a ver lo que las maravillas arquitectónicas del centro histórico encierran, que se adentren mas en la riquísima historia del Bajío y verán que viven en una de las zonas mas privilegiadas del país.
Yo he vivido 13 años de mi vida en Cancún, otros 13 en San José del Cabo, se muy bien lo que significan los flujos migratorios, se muy bien lo que son las mezclas de cultura y tradiciones y como luego de un tiempo se pierde toda identidad. Es por eso que comento a quienes viven permanentemente en Salamanca que volteen a ver lo que las maravillas arquitectónicas del centro histórico encierran, que se adentren mas en la riquísima historia del Bajío y verán que viven en una de las zonas mas privilegiadas del país.
El mercado municipal está ya rebasado y pasa lo que en todas las ciudades de México: se propicia el ambulantaje, el desorden, la corrupción… el caos.
Bueno y… ¿qué tiene que ver todo esto de la Esfera de Dios con el tema? Pues simple, estas plantas exóticas vienen de la región del golfo de México, fueron traídas, seguramente por algunos de los neo-salmantinos de origen veracruzano o tamaulipeco y ahora crecen espléndidas en los jardines locales, me llamó mucho la atención su forma, su color, su delicadeza, esto es un pequeñísimo ejemplo de que con todas esas migraciones hasta el paisaje llega a cambiar en ocasiones, cuando es positivamente que siga cambiando, pero cuando no lo es, hay que poner un freno a tiempo.
Bueno y… ¿qué tiene que ver todo esto de la Esfera de Dios con el tema? Pues simple, estas plantas exóticas vienen de la región del golfo de México, fueron traídas, seguramente por algunos de los neo-salmantinos de origen veracruzano o tamaulipeco y ahora crecen espléndidas en los jardines locales, me llamó mucho la atención su forma, su color, su delicadeza, esto es un pequeñísimo ejemplo de que con todas esas migraciones hasta el paisaje llega a cambiar en ocasiones, cuando es positivamente que siga cambiando, pero cuando no lo es, hay que poner un freno a tiempo.
Esta es la Esfera de Dios, la foto la tomé en el jardín de una casa cercana a la mía. Es la primera vez que veo una flor (¿o fruto?) de ese tipo, una esfera perfecta de unos diez centímetros de radio aproximadamente que al explotar saca un algodoncillo lleno de pequeñas semillas negras. Creo me faltará vida para ver todas las expresiones que la naturaleza tiene en el reino vegetal.
Benja:
ResponderEliminarEsa influencia migratoria que llegó a Salamanca, destruyó la escencia de la ciudad como ciudad de El Bajío. Salamanca se acabó como ciudad "culta" que fué para convertirse en lo que es, una mezcla de gente que no tiene sus raíces en ella y con una contaminación que en pocos lados se ha visto. Falta de respeto a la naturaleza y sobre todo a la tierra y ciudad que los acogió. Salamanca es en la actualidad, uno de los pueblos más horrorosos y contaminados de El Bajío. A ello demos gracias a la inmigración y a Pemex.
Saludos cordiales,
Alfredo.
Alfredo:
ResponderEliminarSerá bueno recordar lo que una vez, en 1803 dijo el Barón Alexander von Humboldt: "Salamanca ciudad pequeña, pero bonita, situada en un llano que insensiblemente va elevándose por Temascatío..."
El consuelo del ahorcado: "fue una ciudad bonita".
Saludos