Esa atmósfera tan particular que había en Cuauhtinchan fue la ideal para conocer un convento de la magnitud de éste que ahora vemos en las imágenes, se trata del de San Juan Bautista, considerado por la UNESCO como uno de los sitio en peligro; todo indica que se ha ido trabajando para su rescate pero, por las dimensiones del templo y del convento será mucho el tiempo que se lleve una restauración completa. El atrio y todo el rededor del templo, es decir, la zona limitada por la barda es enorme.
Hay dos accesos, la puerta trasera, por así decirlo, es la que da a la plaza del pueblo, el acceso principal del recinto es, monumental, pues el convento fue ubicado en la parte alta del valle, desde allí se alcanza a dominar varios kilómetros a la redonda, quizá hubo antes un templo de los antiguos mexicanos que fue aprovechado, como ocurrió en tantos lugares, para allí asentar el de la "nueva" religión. La barda poniente, es altísima y su diseño bien lo podemos catalogar como único.
Es indudable que la población, en el siglo XVI, era numerosa, eso lo prueba la cantidad de conventos, y sus dimensiones, que se levantaron en la región del Valle Central de Puebla. No sé desde cuando (supongo que por motivos de promoción turística), se le llama "El triángulo de oro de los Conventos del Siglo XVI". El cual está formado por los de Tecali, Tepeaca y el que ahora estamos viendo.
El material fotográfico que recabé en este Templo y Convento de San Juan Bautista Cuauhtinchán fue numeroso, debido a la cantidad de detalles que fui encontrando, lo que ahora te comparto es solamente la parte del convento, en el artículo anterior te mostré su parroquia y cementerio, en el siguiente veremos el templo en la parte exterior y luego seguirá el templo en el interior que es un auténtico tesoro. Para adentrarnos un poco más en el lugar, transcribo lo siguiente:
“Cuahutinchan tuvo un origen que se remonta al siglo XII, la época de las grandes migraciones en el escenario mesoamericano durante la cual muchos pueblos se desplazaron después de la caída de Tula. La presencia chichimeca en el valle poblano tlaxcalteca culminó con el sometimiento de la población existente. Se constituyeron poderosos señoríos Tlaxcala Huexotzinco, Totonihuacan que posteriormente terminaron enfrentándose entre sí. Los enfrenamientos también se desarrollaron al interior de los propios señoríos. En el caso e Cuauhtinchan esta situación llevó a su debilitamiento y a la intervención con éxito de fuerzas externas: Cuauhtinchan fue dividido por los mexicas con cinco señoríos independientes en 1466. Por estas disputas, “Ajayacancin (sic) governador que a la sazon hera en esta Nueva España podra aver setenta y nueve años poco mas o menos que por quitarnos de diferencia mando hechar la dicha raya y mojonera”.
"Con la división político territorial impuesta por los mexicas en la segunda mitad del siglo XV se dio paso al surgimiento de nuevos centros como Tepeaca, que adquirieron importancia en función de las necesidades de la Triple Alianza. Esto cambió las relaciones de poder en el área, y Cuauhtinchan fue marginada perdiendo la importancia de otros tiempos, hecho que se ratificará en tiempos de la colonia. Tepeaca actuó como fuerza centípetra en el valle de Puebla. Esto le permitió mantener antiguas lealtades y obtener nuevas adhesiones en la colonia. La intervención mexica no sólo afectó al territorio de los cuauhtinchanaca, sino también a las posesiones de los principales de Cuahutinchan, que en el marco del sometimiento a esta entidad mayor fueron despojados de sus tierras. Con la conquista española, aprovechando la nueva coyuntura, Cuauhtinchan reclamó antiguas posesiones y trató de recuperar el protagonismo perdido." (1)
"El inicio de la conversión de los habitantes de Cuauhtinchan se efectuó entre 1527-1528 bajo la dirección de fray Juan de Rivas, entonces residente en Tepeaca. En 1534, la primera iglesia, dedicada a San Juan Bautista, fue puesta en uso. El poblado continuó, en calidad de visita de Tepeaca, hasta 1554, cuando los dominicos, preocupados por asegurarse una mejor posición en el obispado de Puebla, pidieron la autorización de los franciscanos para establecerse en Cuauhtinchan.
"En esa época no había más habitación para los frailes que una vivienda pequeña. Los indígenas se opusieron radicalmente a la transferencia, en consecuencia, el capítulo de 1558, establecido en Huejotizingo, envió a Mendieta al pueblo, "el cual ayuntó aquel pueblo y lo puso en traza por sus calles y policía, así la cabecera como los sujetos y edificó un gracioso monasterio... Y este presente año de 1569... se comenzó a edificar allí una buena iglesia de bóveda..."
"La iglesia en cuestión se encontraba en 1585 como sigue: "no estaba acabada, aunque tenía hecha la capilla y las parees de pié derecho; á la puerta de la iglesia hay dos torres, muy vistosas, una a una parte y otra á la otra". Ponce también mencionó "un estanque con algunos precesillos y un alxibe de que beben los frailes". La fecha de conclusión puede asociarse probablemente a la realización del retablo, encargado en 1593 al pintor Francisco Zumaya y al escultor Luis de Arciniega. El retablo fue efectuado realmente por Juan Arrué. La fecha del arco del coro es 1593, según lo registrado por Pedro Vera, quien señaló además que el archivo se remonta a 1541". (2)
Fuentes:
1.-Iglesias Miriam. Tierras indias bajo ley española. Cuauhtinchan, Puebla, México (siglo XVI). pp.215-216
2.- Kubler, George. Arquitectura mexicana del siglo XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983.
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