Aclaro que, cuando hablamos de México debemos ser más puntuales, ya que, siendo el país tan grande y tan diverso, decir algo sobre México sin especificar la región quizá llegue a confundir. Creo que en México el generalizar está permitido pero siempre haciendo las prudentes anotaciones y/o acotaciones. Al hablar de panteones, el abanico se abre cual cola de pavo real pues los hay que se han convertido en museos (Belén en Guadalajara, San Fernando en México, etc.) o se conservan en sitios en los que no llega mucha gente a admirar lo que fue el arte funerario (caso Salvatierra, Gto.) o están en sitios tan apartados que difícilmente tendrán afluencia de visitantes, fuera de los deudos que tal vez el Día de Muertos se acurdan que tienen a alguien allí (Santa Rosalía y Guerrero Negro, BCS.)
Y la tendencia que veo, sea por Ciudad Constitución en Baja California Sur, que en este que ahora visitamos, en Timilpan, Estado de México, es una confusión de ideas, una grandilocuencia en torno al amor que se le tenía al ser occiso, un muy, un mucho, un algo complicado de definir, tumbas que de pronto, al estar en hileras, desde lo lejos bien parece ser una conjunto del Infonavit, castillos, palacios, en fin, ideas confusas que no critico, simplemente veo y analizo. Y ,a muestra aquí la tienes.
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