Hace poco estaba en una prestigiada Biblioteca, misma que contiene un Archivo Histórico en el que bien podemos pasarnos varios meses viendo y leyendo documentos y más documentos, inmersos en la Historia. Fue allí que pedí ver un particular fondo, era una sola caja en la que, había todo lo inimaginable de la vida social del México Porfiriano. Invitaciones a bautizos, cenas, bailes, bodas... esquelas, cartas, fotografías, en fin... una verdadera maravilla que me absorbió a aquellos tiempos en los que el lujo y el boato no eran de oropel sino de valioso oro, plata, piedras preciosas. El leer los menús, todos en francés, de aquellas comidas y cenas que se daban en Haciendas de la periferia de la ciudad de México, en el Jockey Club y en las mansiones de los más acaudalados de la época fue algo impresionante. De pronto, entre todos esos papeles en los que se mostraba el lujo (menús dibujados a mano, por ejemplo), y la vida de alto nivel, apareció una hoja, doblada, sacada de un cuaderno de notas, pero conservada allí por algún motivo, tal vez haya sido porque esa carta le tocó una fibra al dueño de la hacienda y por eso la guardó entre los documentos de su vida social. La comencé a leer, era una nota más bien breve que decía mucho, que nos pintaba la otra cara de la moneda, y decía:
Chapingo, Agosto 7, de 1889.
Señor:
Como peón que soy de esta hacienda, y hallándome próximo a tomar estado de Matrimonio y faltándome el dinero necesario para los derechos que se pagan en la parroquia, suplico a V. Md me haga favor de emprestarme unos doce pesos para salir de mi empeño ofreciendo que dándome trabajo continuo abonar cuatro pesos semanarios, hasta concluirlos pues no me queda otro accilo después de la Providencia Divina.
Nuestro Señor Dios lo Guarde. Su inútil pero humilde criado Q.B.S.M.
Pedro Romero
Fuente:
1.- AHG. Fondo Ramón Alcázar. Álbum 3.
(Nota: Este fondo creo se volvió ya reservado, debido a la condiciones en que se encuentra y al largo proceso de restauración al que se verá sometido.)
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