De la fotografía postmortem ya habíamos hablado, al igual que de los angelitos. Lo primero se refiere la moda que en nuestros días calificamos como extraña y que floreció especialmente en el último cuarto del siglo XIX, no se fotografiaba solamente a niños sino también a adultos y esto fue debido a que la fotografía apenas comenzaba, el servicio era más bien caro y era la única opción para mantener una imagen del difunto, era, en buena media mantener un recuerdo vivo del muerto.
En cuanto a lo segundo, lo de los Angelitos, esa fue una tradición que se arraigó en nuestro país especialmente pues, por un lado ese culto que guardamos a la muerte y por el otro, ese culto que hay hacia los niños se fusionaron y nos quedó una trágica memoria de niños recién fallecidos que, ataviados con ropones y adornados con muchas flores se les levantaba un altar y se les fotografiaba pero la cosa iba un poco más lejos según me estoy enterando apenas, luego de visitar una vez más el Archivo Histórico Municipal de Salamanca y dar, por mera casualidad, con una serie de testimonios que nos dan fe de lo que acontecía por allá del 1879 y si pasaba aquí, en Salamanca, pasaba en todas las poblaciones del México que comenzaban el periodo histórico que conocemos como Porfiriato. No te cuento más, pues las siguientes imágenes que incluyen un breve texto te irán contando esta curiosa, florida, triste y musical historia:
No hay comentarios:
Publicar un comentario