viernes, 8 de mayo de 2009

Simplemente... lo mejor

Esa frase la tenemos asociada a la publicidad de una importante empresa productora de pisos que hay en México… creo que una de sus plantas está aquí en Guanajuato, en el municipio de San José Iturbide, por cierto, el único de todo el país que le rinde homenaje a don Agustín de Iturbide, uno de los olvidados héroes de la consumación de la Independencia.

En uno de los post, o entradas, que hice de Puebla les comentaba el impacto que es entrar en los Templos y ser consumidos por la belleza de las cúpulas, pues bien, aquí en la parte centro y sureste del Estado de Guanajuato una de las tantas cosas que me llaman la atención en los templos son los pisos. Los hay aun de mezquite, únicos en México, eso lo podrán ver en la Parroquia Antigua, de Salamanca. Los hay de piedra sólida cortada al tamaño regular de ladrillos en Yuriria, y los hay por todas partes con esas formas entre caleidoscópicas e infinitas, con los diseños propios de finales del siglo XIX.

La retícula que mantienen los pisos, perfecta geometría, perfecta combinación de colores, forman algo que parecen alfombras, formas bien estudiadas y, sobre todo, bien diseñadas. Forman con su colorido, el espacio perfecto, no solo en muros, altares, bóvedas y cúpulas, sino también en los pisos.

Estos trabajos no son privativos del Estado de Guanajuato, los hay en prácticamente todo el país, recuerdo los de Yucatán, de diseños más sencillos que van de acuerdo al clima de la península, recuerdo los de Mazatlán con sus colores pastel que encajan perfectamente con el entorno señorial del centro histórico de ese puerto, por cierto, allí vi algo excepcional, en el hotel Esmerald Bay, parte de la cadena Pueblo Bonito, en donde, en aras de mantener la idea completa del diseño con reminiscencia de las primeras décadas del siglo XX, mandaron hacer ex profeso, los pisos en cantidades, formas y colores para todo el hotel, el cual, por cierto, es una construcción espléndida.

Esos pisos, esos diseños, esos colores son otra de las tantas maravillas que brincan por todos lados en este gran Bajío. Me es imposible olvidar las “trapeadas” con petróleo todas las tardes para mantener el rojo perfecto de los pisos en donde aprendí a caminar, aquí en Salamanca.

Les regalo una receta publicada en 1888, en El libro de las familias, para barnizar los pisos de las habitaciones. “Sean los suelos de las habitaciones de madera o ladrillo, se barren perfectamente y se les pasa una rodilla o trapo grueso, En seguido se pintan con una brocha mojada en aceite de petróleo, barniz común, trementina, mezclando bermellón, ocre, cardenillo, etc., o el color que se quiera. Luego que esté bien seco, se frota el piso con un cepillo".

"Para dar el color rojo se toma como una libra y media de cola de Flandes y se hace disolver al fuego en doce cuartillos de agua; pásese por un lienzo y deslíanse en esta disolución diez libras de rojo de Prusia o de almazarrón fino; se pone al fuego y cuando está muy caliente se aplica a los ladrillos con un trapito; se deja secar y se da otra mano. Después se prepara el encáustico, echando doce onzas de cera en una cazuela con tres cuartillos de agua; se hace hervir todo y se añaden poco a poco cuatro onzas de potasa disuelta, revolviéndolo con una cuchara de madera. Cuando está frío se extiende sobre los ladrillos con un pincel grueso, cuidando no frotar más que dos veces sobre un mismo paraje; antes que seque enteramente se frota con un cepillo de suela".

¿Y la Poloni? ¿alguien sabe algo de mi queridissima Poloni? si la ven... me la saludan !

2 comentarios:

  1. como se llaman ese tipo de pisos que sale en 2009 mayo simplemente lo mmejor?

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  2. Pues si, lo reconociste, el título de este artículo hace mención a que INTERCERAMIC dice en voz de Christian Bach: "Simplemente lo mejor...", solo que yo pienso que eso, simplemente fue mejor hace tiempo, ya un siglo si contamos el tiempo.

    Saludos

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