Con este son ya 20 los altares de muertos que levantamos. El que vemos ahora corresponde a 2013 y, atendiendo a una invitación de la Casa de la Cultura, vine a Teocaltiche, en los Altos de Jalisco, a elaborarlo. En él estamos manteniendo la línea establecida desde hace algunos años, en la cual lo que tratamos de mostrar más que el tradicional altar, es la manifestación del ritual de muertos del antiguo México que el padre jesuita Francisco Javier Clavijero describiera en su obra Historia Antigua de México.
Dentro del libro de Clavijero encontramos el capítulo relacionado a las exequias, en él escribe: "En nada eran tan supersticiosos los Mexicanos como en sus ritos fúnebres. Cuando alguno moría se llamaba a ciertos maestros de ceremonias mortuorias que eran por lo común hombres de cierta consideración...".
Todo lo que Clavijero describe y los elementos que va mencionando me van dando la idea de que ese ritual lo que describe es una gestación vista al revés, es decir, partiendo de que son 9 meses, 9 lunas llenas, la duración del tiempo de una gestación, serán 9 estratos por los que el difunto tendrá que pasar para llegar al Mictlán.
Encontramos que el primer acto del ritual marca la presencia del agua, en ello lo que vemos es que, en un parto lo que antecede al nacimiento es la expulsión del líquido amniótico, y ahora, como el recorrido va de vuelta, es con ese líquido, con el agua simbólica, que se marca el inicio, habrá la necesidad de que esta alma se encuentre con su perro, con su guía, ese Xoloxcuintle que lo guiará por el camino... ese perro lleva atado al cuello una cuerda, hecha de algodón, es el modo en que lo podrá identificar....
Y creo que es en ese acto que nuevamente nos remitimos al parto, pues en ello, en esa cuerda atada ya al xoloxcuintle, bien podemos ver la manifestación del cordón umbilical... hemos llegado al primer estrato o nivel, al sitio llamado Xolotlán. Escribe Clavijero: "Poníanle después entre los vestidos un jarro de agua que debía servirle para el viaje al otro mundo y dábanle sucesivamente algunos pedazos de papel, explicándole el uso de cada uno de ellos...".
Si observas con atención en la imagen vemos el inicio del camino al Mictlán, allí hay dos perros Xolox, estamos en el Itzcuintlán lugar habitado por los perros Xoloitzcuintle, donde el cadáver del muerto tendría que cruzar el río ancho Apanohuáyan (náhuatl: apanoayan, ‘el lugar donde se tiene que cruzar el agua’‘atl, agua; panoa, cruzar; hua, que tiene; yan, lugar’)? que para atravesarlo, éste necesitaba la fuerza del perro Xoloitzcuintle, que en vida se criaba sólo para tal menester y al que le ponían un hilo flojo de algodón en su pescuezo para cuando el difunto llegase a la ribera del Apanohuáyan y si el perro le reconocía como su verdadero amo, lo cruzaba a cuestas nadando, despojándolo de sus vestimentas mortales, pero si en vida, el muerto no había tratado bien a algún perro, como castigo, el cadáver del muerto permanecía ahí por toda la eternidad sin liberar su alma, el tonalli".
Clavijero dice fue al muerto se le daban 6 papeles, una especie de salvoconducto para pasar cada uno de los puntos en los que se manifestaban severos inconvenientes, quizá aquí deberíamos considerar que no eran seis, sino nueve el total de puntos por atravesar, pero, si condieramos que uno de ellos es el Mictlán y el primero es el Ixcuintlan, serían 7... quedando más próximos al representativo número nueve, y ese número lo menciona en relación al río... creo que nuevamente tenemos una referencia del parto pues el río representa, efectivamente al líquido amniótico.
"Una de las principales y más ridícula ceremonias era la de matar un techichi. cuadrúpedo doméstico semejante a nuestros perros, con el objeto de que acompañase al difunto en su viaje. Atábanle una cuerda al cuello para que pasara el profundo río Chinhuahuapan, o de las nueve aguas..."
La idea de que el viaje al Mictlán no es otra cosa que el retroceso por las nueve etapas de la gestación nos queda aun más claro en el siguiente nivel, el cual Clavijero dice: "...pasarás sin peligro entre los dos montes que se están peleando..." y que fray Bernardino de Sahagún confirma: "Tépetl Monamicyan (náhuatl: tepetl monamicyan, ‘lugar de los cerros que se juntan’‘tepetl, cerro; monamic, estrechar, apretar, presionar, colisionar, juntar, chocar; yan, lugar’)? en la mitología mexica es el segundo estrato subterráneo del inframundo para llegar hasta el Mictlán, un lugar donde existían dos cerros que se abrían y se cerraban chocándose de entre sí y de manera continua para que los cadáveres de los muertos debieran cruzar de entre ellos para no ser triturados".
El viaje al Mictlán seguirá, se sucederán siete estratos más, si estas interesados en leerlos, entra en este enlace del artículo de Wikipedia que los da en forma resumida. Y para leer la sección del ritual de muertos de Clavijero, lo puedes hacer aquí. El altar decidí dedicarlo a la memoria de Victoriano Salado Álvarez que, sin lugar a dudas, es el teocaltichenses más distinguido. Fue embajador de México en distintos países durante el porfiriato, así como vice ministro de Relaciones Exteriores.
Excelente, me gusto mucho lo variado de sus elementos. Encontrar trompos, mariposas e incluso una piña.
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