miércoles, 16 de abril de 2014

Alberto Fuster: El clacisimo en la pintura mexicana.

    Quizá sea esta la imagen más conocida de la obra de Fuster, se exhibía en un pequeño museo de Tlacotalpan, lugar del que era originario el pintor; y fue justamente en la colorida Tlacotalpan que, caminando por allí, encuentro la Casa de la Cultura, que lleva por nombre el del hijo, quizá más distinguido, o tal vez el más conocido: Agustín Lara. Mucho se ha dicho que si era o no originario de ese lugar, pero no es el tema que hoy nos ocupa, sino el del tlacotalpeño que pintó magistralmente y que un buen día decidió quitarse la vida: Alberto Fuster.

   "Alberto Fuster (1872-1922) Originario de Tlacotalpan, Veracruz, posiblemente durante su adolescencia fue instruido por el pintor académico Salvador Ferrando. En 1888 recibió una pensión para estudiar pintura en Roma. Posteriormente obtuvo el apoyo del régimen de Porfirio Díaz para continuar su preparación en París y algunas ciudades italianas como Venecia, Florencia, Milán y Nápoles. Así, fue becado por el gobierno mexicano durante 17 años y tres años más laboró como cónsul honorario en Florencia. Durante su estancia en Europa participó en el Salón de los Campos Elíseos y en la Exposición Universal de París de 1900, en esta última obtuvo una mención honorífica. También mostró su pintura en exposiciones de Milán o Turín. Entre 1911 a 1914, estableció una academia de pintura en Florencia, teniendo varios discípulos, entre ellos el pintor Gaetano Busalacchi


  "La obra de Alberto Fuster estuvo expuesta en en la Academia de San Carlos en varias ocasiones, en la cual fue profesor en 1917 de Historia General y Patria, al mismo tiempo que colaboraba con Saturnino Herrán en la asignatura de Dibujo del Modelo Desnudo. Destacados personajes como Benjamín Hill, Teodoro A. Dehesa, Joaquín Casasús y Venustiano Carranza fueron sus benefactores. En 1920 exhibe en la Metropolitan Academy of Arts de Nueva York y a principios de 1922 preparaba una exposición en la embajada de Washington, pero tras dejar sus cuadros, se trasladó a Austin, Texas para quitarse la vida. Dentro de su propuesta pictórica se hallan naturalezas muertas, retratos y cuadros de tendencia más cercana al academicismo (o a un simbolismo más mesurado), tal es el caso del lienzo Apoteosis de la Paz.

   No obstante, su producción de mayor interés es la perteneciente a la estética simbolista, con la que tuvo contacto a lo largo de su residencia en Europa. El simbolismo de Alberto Fuster se condujo por tres temáticas: el pasado grecorromano, la espiritualidad del cristianismo y el folklore veracruzano. Sus obras son muestra de sus temores y aspiraciones más recónditas. Por medio de la elección de los asuntos y la complejidad al tratarlos pretendió cuestionar a la vez su papel dentro de la sociedad y la situación del hombre en el universo. Para mayor información consultar: Ana Sofía Lagunes Castillo, Alberto Fuster (1872-1922). Una profunda mirada del simbolismo en México, Secretaría de Educación de Veracruz-Comisión Estatal para los festejos del Centenario y Bicentenario, Xalapa, Ver., 2010. (Texto tomado de: Museo Balstein)
















   Hasta aquí la obra de Fuster que se exhibe en la Casa de la Cultura de Tlacotalpan, la pintura que ahora vemos es de autor desconocido, también se exhibe en ese lugar, como la pintura naif de los personajes que verás más abajo, obra del pintor Ignacio Canela. Para ver más de Fuster y de la Escuela Clasicista Mexicana, entra aquí.





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