AGN.
miércoles, 30 de septiembre de 2020
Algo sobre la cantidad de tierra necesaria para fundar una villa en el México virreinal
martes, 29 de septiembre de 2020
Una Adansonia digitata (baobab o árbol del pan del mono) en CDMX
lunes, 28 de septiembre de 2020
El árbol del tule de Santa María del Tule, Oaxaca
domingo, 27 de septiembre de 2020
La fuerza del agua y su misticismo.
Tenemos con esto la presencia del agua a otro nivel y pensando que acá, en México se impuso la religión católica sobre la que en los pueblos maya o azteca que estaban presentes (entre otros) cuando inicia ese periodo de la historia que conocemos como Conquista y que con sabiduría y conocimiento Ricard complementó el hecho de la conquista al agregar el concepto de la espiritualidad y nos legó un interesante libro llamado La conquista espiritual de México.
Creo esa conquista, la espiritual, fue un poco más allá en cuanto a simbologías se refiere y lo encuentro con el agua, más aún al ver el caso del convento franciscano en Tlaxcala, actual catedral que, por cierto, es la que mantiene una forma más apegada al estilo medieval que solamente lo podemos ver ahí, ya que las demás construcciones de esos primeros años de la ya conocida como Nueva España comenzaron a tomar formas diferentes, claro es, que no debemos olvidar esos conventos-fortaleza que se levantaron en el estado de Tlaxcala, en el de Puebla y en Hidalgo. Volviendo al caso de la Catedral tlaxcalteca, encuentro una relación entre esas fuentes de energía, esa búsqueda de agua subterránea que, si no la había naturalmente, se construían canales para que hubiera la fuerza mística, geobiológica y levantar encima el templo.
“El equipo de exploradores que descubrieron el Gran Acuífero Maya (GAM), la mayor cueva inundada del mundo, busca el acceso al cenote que está debajo de la pirámide de Kukulkán o El Castillo, en la zona arqueológica mexicana de Chichén Itzá. […]"Hay evidencia geofísica; el doctor René Chávez de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) tiene diagramas y tiene fotografías hechas con resonancia electromagnética que nos habla de que hay un enorme cenote ahí debajo", agregó. […] El arqueólogo precisó que los trabajos para dar con el quinto cenote de Chichén Itzá han arrojado importantes descubrimientos sobre la conexión que tienen los otros cuatro, ubicados en cada uno de los puntos cardinales a partir de la pirámide de Kukulkán. (Nota publicada por la Agencia EFE el 12-2-18).
Pocos meses luego, el 5 de noviembre de 2018, se confirma el hallazgo “científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informaron del hallazgo de un cenote a ocho metros debajo de la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá. Ahora, su existencia se corrobora con su publicación en la prestigiada revista científica Nature Scientific Reports. (Pagina66)
sábado, 26 de septiembre de 2020
El “año del hambre” y la vagancia en el obispado de Michoacán, 1785-86.
Las tres primeras imágenes corresponden a una catástrofe que hubo en Salamanca en septiembre de 1926, cuando hubo una inundación que arrasó con buena parte de las casas que, construidas con adobe, no resistieron el embate de las aguas del río Lerma, la población quedó incomunicada varios días, finalmente hubo acceso por ferrocarril y llego eso que ahora conocemos como la “ayuda humanitaria”. La catástrofe que se avecina, que ya la tenemos encima, quién sabe hacia donde vaya a dirigirse pero, ese es otro tema.
Yo recuerdo que, siendo niño, temía ser vacunado en esas campañas que Salubridad (SSA) hacía para erradicar el sarampión, la tuberculosis y en zonas costeras, el paludismo, aún tengo, al igual que todos los de mi generación, la marca que dejaba la vacuna en la parte alta del brazo izquierdo; el temor era debido a que entonces las agujas no eran precisamente delgadas, “finitas”, y sí que dolían. Con esto lo que quiero decir es que nada es nuevo en esta vida y que las enfermedades contagiosas van y vienen.
Por otro lado tenemos las sequías, no sé si habrás notado que las lluvias este año han sido escasas, al menos acá en el Bajío ja llovido poco, no sé cuál sea el caudal del río pues desde marzo no salgo más allá de la tiendita de la esquina que en nuestros tiempos equivale al Oxxo más próximo (2 cuadras), el punto está en que, una vez más se está juntando sequía con enfermedad virulenta, como ocurrió catastróficamente en la segunda mitad del siglo XVIII que fue tan grave y severa que se conoció como “el año del hambre”, si bien abarca dos años, 1785 y 1786, fue un año pues comenzó en la mitad del primero y terminó luego de la segunda mitad del segundo, sobre el tema ya hemos hablado anteriormente en este Bable, lo que hoy nos ocupa es algo que, cuando lo leas, verás que, efectivamente, nada es nuevo bajo el sol. Veamos:
“En el obispado de Michoacán aquel cáncer social causaba estragos desde antes de la crisis agrícola de 1785-1786, pero con ésta se agravó escandalosamente. Algunos culparon al deán Pérez Calama de haber promovido la concurrencia de miles de mendigos a Valladolid, puesto que dicho personaje –según sus detractores- habría repartido entre “los hombres vagos y jugadores y más viciosos de la ciudad” las sumas de dinero que el obispo fray Antonio de San Miguel tenía dispuestas para otorgar préstamos sin réditos a los labradores que practicasen las siembras extemporáneas. Esto quedó desmentido por el fiscal de lo civil de la real audiencia de México, don Lorenzo Hernández de Alva, al calificar de “exageración demasiada, abulto y sin conocimiento” aquella acusación y que las más elevadas cantidades de dinero se dirigieron a socorrer al real de minas de Guanajuato, al ayuntamiento de Valladolid y a varios pueblos de la diócesis, “todas (las sumas de dinero) con las seguridades correspondientes”.
Lo cierto es que los grupos de vagos y los de mendigos eran enormes y desde el siglo XVI azolaban las principales ciudades europeas, y en las novohispanas empezaban a generar problemas. En esa centuria, también, se empezaron a adoptar medidas contra el fenómeno. En Marsella, en 1566 los cónsules y los síndicos acordaron expulsar de su urbe a “toda esa gente ociosa y nociva”. En España estos sujetos “infestan todos los caminos, acampan en todas las ciudades” y a los estudiantes prófugos se les unían los locos, los lisiados reales o fingidos y muchos otros malvivientes. A lo largo de las rutas que confluían a Madrid “los funcionarios sin empleo, capitanes sin soldados, gentes humildes en busca de trabajo” hacían crecer el sector de vagos yo mendigos, y Sevilla se inundaba de “miserables hidalgos, ávidos de sobredorar sus blasones, soldados en busca de aventuras, jóvenes sin fortuna que quieren conseguirla, amén de toda a hez de España. Ladrones marcados con hierro, bandidos […] que quieren pasar a América por ver a esta tierra el refugio y salvoconducto de los homicidas”.
Fuente:
Jaramillo Magaña, Juvenal. Hacia una iglesia beligerante. El Colegio de Michoacán, Zamora, 1996, pp. 59-61
viernes, 25 de septiembre de 2020
Vagabundos, los ninis del siglo XVI Novohispano
jueves, 24 de septiembre de 2020
La Parroquia de San José en la Ciudad de México, recinto itinerante.
Fuente:
Alfaro y Piña, Luis. Relación descriptiva de la fundación, dedicación, etc., de las iglesias y conventos de México. Con una reseña de la variación que han sufrido durante el gobierno de D. Benito Juárez. Tipografía de M. Villanueva. México, 1863, pp. 52-54
miércoles, 23 de septiembre de 2020
Templos de Campeche y sus respectivas historias.
Hace poco había publicado una serie de imágenes, todas obtenidas en Google Maps-Street Finder, de algunos templos católicos, todos antiguos, en el estado de Campeche y el resumen que doy ahí es el de la llegada de la Iglesia Católica a esa región de México.
Esta vez, gracias a lo que el Gobierno del Estado de Campeche ha publicado sobre el patrimonio arquitectónico, pude localizar una breve historia de los templos más antiguos que la orden franciscana fundo en el siglo XVI. He procurado cambiar las imágenes para no repetir lo ya visto.
1.- Templo de San Luis Obispo. La iglesia, advocada a San Luis Obispo de Tolosa, comenzó a erigirse en 1548 y se inauguró el 29 de agosto de 1561 cuando el Pbro. Agustín Ponce celebró la primera misa. En su interior hay un retablo de madera de estilo barroco de hace más de cuatrocientos años, asimismo se encuentra un púlpito tallado de madera y el bautisterio. Solo tiene una torre, concluida en 1776. Se ubica en la plaza central de la ciudad de Calkiní, a un costado del Palacio Municipal.
2.- Iglesia de la Asunción. Antes de la construcción de este templo católico, Dzitbalché, era un pueblo de visita que pertenecía a la cabecera de Calkiní, sin embargo, para 1768 se iniciaron los trabajos de construcción de esta iglesia, la cual se levantó sobre una plataforma prehispánica. Los trabajos fueron dirigidos por el fraile Nicolás Pozuelos y finalmente fue advocada a la virgen de la Asunción. Para 1984, y siendo presbiterio del templo José Casanova fue elevada a la categoría de parroquia. El templo es de una sola nave con bóveda de cañón corrido; ostenta en su exterior una fachada principal con una puerta de arco de medio punto, ventana coral, espadaña coronada con cruz latina y perillones en las esquinas. En el interior del templo se observan tres altares de pequeñas dimensiones, hechos de madera, con una confección sencilla, característica de las obras franciscanas.
3.- El templo de Nuestra Señora de la Natividad. Este templo es uno de los más interesantes e imponentes edificios del Camino Real, por eso no puede pasar por desapercibido para quienes visitan Bécal. Su construcción se remonta al año de 1570 cuando los franciscanos evangelizaron a los indígenas mayas, sin embargo este inmueble quedó concluido en 1630. Gran parte de los montículos mayas fueron destruidos para que con sus piedras fuera edificado este recinto religioso. Desde lo lejos uno puede contemplar sus majestuosas torres, que no precisamente son de orden franciscano, sino que fueron levantadas a fines del siglo XIX financiadas por el hacendado Sixto García, buscando que fueran las más altas del Camino Real, y que el repicar de sus campanas se escuchará hasta Calkiní. El templo se ubica en el corazón de la villa de Bécal.
4.- Templo de San Bartolomé. Es una construcción religiosa de la Orden Franciscana que data del siglo XVIII. Arquitectónicamente es de una sola nave de cañón corrido de vigas de madera, cuenta con una sacristía, bautisterio y presbiterio en donde se aprecia un retablo hecho a base de estuco. Por sus características arquitectónicas el retablo central corresponde al estilo barroco estípite, está modelado en argamasa con cal y sahcab. El retablo está dividido en tres calles laterales enmarcadas por pilastras. La fachada del inmueble presenta un acceso con arco de medio punto y es coronada por una sencilla crestería. Se ubica en la plaza central del poblado de Tepakán.
5.- San Francisco de Asís. Una imponente construcción religiosa del siglo XVII hecha a base de cantera y sahcab por la orden franciscana. Esta edificación del Virreinato es testimonio de la conquista espiritual que sufrieron los antiguos mayas durante la colonización española; hoy en día sigue siendo un referente de la fe católica. A lo lejos puede distinguirse sus dos torres de tres cuerpos con campanarios así como su fachada con una entrada de arco de medio punto con portón ferrado y ventana coral. Caminando hacia el poniente inmediatamente podemos encontrar el exconvento que al igual que la nave del templo fue construido en el siglo XVII y que fungió como centro de enseñanza y adiestramiento de los indígenas evangelizados. En 1930 este espacio albergó la Normal Superior de Maestros y actualmente es ocupado por la Casa de Cultura del Ayuntamiento.
6.- La Purísima Concepción Pomuch. Su construcción data de 1636 y fue hecha a base de piedra, madera, ladrillo y metal. Es un edificio de anchos muros de piedra apoyados en contrafuerte. La fachada frontal cuenta con acceso principal y espadaña, coronada con una cruz latina y su techo está rodeado de perillones.
7.- Los Santos Reyes Pocboc. Data de principios del siglo XVII, los materiales en su construcción son de piedra labrada y sahcab. Es de arquitectura sobria, a la entrada en la columna izquierda se encuentra un grabado que reza “en 20 de abril de 1765 año” rematando con una cruz, no se sabe si es fecha de inicio o de conclusión de la obra.
8.- Iglesia de la Asunción, Tenabó. Este templo católico es una edificación religiosa que corresponde al siglo XVII y fue construido por la Orden Franciscana. Su fachada es generalmente austera representando la humildad. Ostenta en su parte superior una espadaña de dos cuerpos con dos vanos en las que se encuentran las campanas; cuenta con una ventana coral, puerta de portón en forma de arco. En su interior se encuentra resguardada la imagen sacra del patrono del lugar: el Gran Poder de Dios, al cual se ofrece cada año una fiesta en su honor, así como la imagen de la virgen de la Asunción. Llama la atención a los costados del templo, cercanos al altar dos hermosos retablos, los cuales generalmente cambian de santos.
9.- Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de María. La construcción más antigua de la ciudad es la Catedral de Nuestras Señora de la Inmaculada Concepción de María, sus orígenes se remontan al siglo XVI. Al noreste de la plaza principal se levantó un sencillo templo, más tarde sustituido por otro de cal y canto, pero al iniciar la segunda mitad del siglo XVII los trabajos de construcción se interrumpieron por los ataques piratas. No es hasta el año de 1705, que el nuevo templo quedó concluido. La parroquia se amplió en 1758, quedando con una extensión de 204 pies de largo por 41 de ancho y se concluyó en 1760. En la torre norte, denominada “la Española”, fueron colocados las campanas y el primer reloj público de la ciudad. En 1850, se construyó la torre conocida como “la Campechana”, para diferenciarla así de la otra torre.
10.- Templo de San Francisco. Este es el monumento más antiguo de la ciudad de San Francisco de Campeche, fundado en 1546. En este recinto, en la parte que ahora corresponde al atrio, el fraile Alonso González ofició, el 22 de marzo de 1517, la primera misa en tierra firme en América. Asimismo nació en el convento de esta iglesia Jerónimo Cortés, nieto del conquistador Hernán Cortés e hijo del segundo Marqués del Valle de Oaxaca, Martín Cortés. Asimismo, el templo y convento de San Francisco ha jugado un papel trascendental en la vida histórica de Campeche. En sus inicios fue un asiento principal franciscano, punto de partida de las primeras misiones evangelizadoras del siglo XVI en la península. El convento, aparte de ser fortaleza espiritual de la iglesia militante, también fue fortaleza defensiva contra los ataques piratas. La fachada principal consta de una puerta de arco de medio punto y portón terrado; cuenta con una ventana coral con barandal de madera y una espadaña de dos cuerpos conopiales. Su interior es de una sola nave techada con bóveda de cañón corrido con rollizos y soportada por cuatro arcos. El altar mayor fue construido en los años 40 del siglo pasado.
11.- Templo de San Román. La fundación del barrio de San Román se remonta a los primeros años de ser fundada la villa de Campeche; los vecinos de la villa acordaron levantar un santuario a extramuros de la villa En 1565, al tiempo que se terminaba la ermita, se colocó en su interior un Cristo, traído de Veracruz por el comerciante Juan Cano de Coca Gaytán, y su culto se vio arraigado entre los habitantes de la villa por su portentosa llegada atribuida a poderes divinos. Su planta es cuadrangular y el techo es de rollizos, se compone de coro, nave y presbiterio.
12.- Templo de El Dulce Nombre de Jesús. Debido al incremento de la población y para satisfacer las necesidades religiosas de los habitantes de la villa de Campeche, se inició en 1560, la construcción del templo de El Dulce Nombre de Jesús, situado a unos cien metros de la parroquia de la Purísima Concepción. El templo es de planta cuadrangular, divido en cinco tramos y la nave es soportada por cuatro arcos torales; el presbiterio es más pequeño que el resto del templo y tiene nave de cañón corrido, esto se debe a que fue lo primero que se concluyó.
14.- Templo de San Juan de Dios. En el año de 1626 los habitantes de la villa de Campeche solicitaron al gobernador la presencia de frailes de la orden de San Juan de Dios para fundar un hospital en el puerto, para atender54 a los enfermos de la villa y a los marinos que anclaban sus barcos frente a sus costas. La construcción del templo y hospital se debió a los numerosos donativos de los residentes y visitantes de la villa de san Francisco. Ser concluyó en 1685 gracias al cuantioso donativo de la reina Mariana de Austria. En 1685 el templo y hospital sirvieron de resguardo a los habitantes de la villa cuando el feroz ataque de Laurent Graff mejor conocido como Lorencillo. Hoy solo existe el templo. Templo sencillo y original, es de una sola nave, con bóveda de cañón corrido y está divida en coro, nave y presbiterio. Su fachada se compone de dos cuerpos. En el segundo cuerpo sobresale un par de ventanas tipo balcón, rematadas por un frontón triangular, que ilumina el interior del coro. Al centro se encuentra la fecha de 1675, año de conclusión de la obra.
15.- Templo de San Francisquito y convento de San Roque. Fue construida a mediados del siglo XVII, por petición expresa de los vecinos de la villa ya que el convento de San Francisco se encontraba en ruinas. Fue hecha a base de piedra de cantera y sahcab. La portada es de espadaña de dos cuerpos y tres vanos. La planta es rectangular y tiene una nave rasa compuesta de rollizos. La sobriedad del exterior, con sus sólidos muros reforzados con contrafuertes y rematados con merlones, contrasta con su interior, ya que cuenta con cinco retablos barrocos de gran valor artístico. Del lado derecho del templo se encuentran dos retablos, el primero de ellos alberga un nicho central que resguarda la imagen de la Purísima Concepción de María. El segundo está dedicado al Calvario. En el muro izquierdo se encuentran dos retablos, con las mismas características de los anteriores, compuesto de un solo cuerpo con su respectivo remate. Los cuatro retablos son de estilo salomónico.
16.- Ex templo de San José. El lugar era ocupado antes de 1716 por una ermita dedicada al mismo santo, y custodiada por el gremio de calafates y carpinteros de la villa. Hacia el año de 1716 se estableció el colegio jesuita en Campeche. Los jesuitas hicieron de la ermita de calafates y carpinteros de San José, un templo único dentro el perfil colonial de Campeche, propio de la arquitectura jesuita, con características constructivas diferentes a los demás templos existentes en la villa. Sin embargo, su obra quedó inconclusa por la expulsión de su orden de territorios coloniales hacia 1767, no es sino a principios del siglo XIX que este templo de San José quedó concluido. Es de una sola nave con forma de cruz latina. La portada se divide en 3 cuerpos. La bóveda es de aristas y descansa sobre un entablamento decorados con azulejos blancos y azules, al cual a su vez descansa sobre esbeltas pilastras. Posee vidrio talaveresco. Su cúpula es de media naranja coronada con una linternilla. La planta de la torre orientes es cuadrangular y en ella descansa el cuerpo del campanario que es de planta octagonal. La torre poniente es mucho más pequeña y alberga el faro que fue instalado en 1865. Fue utilizado para el culto religioso hasta 1914, después como bodega del Banco Rural y posteriormente se entregó al Instituto Campechano.
17.- Iglesia de Santa Ana. Construida en 1735 a base de piedra cantera y sahcab. La portada está compuesta por un arco principal de medio punto, con portón ferrado y pilastras estriadas a sus costados, ventana coral con barandal, espadaña de dos cuerpos y almenas en los muros. El techo es abovedado de una sola nave con cúpula de media naranja; cuenta con capillas laterales: la planta de la iglesia tiene forma de cruz latina.
18.- Templo y convento de San Antonio de Padua. Hopelchén cuenta con uno de los monumentos religiosos más importantes en su categoría, el templo católico San Antonio de Padua construido en 1667. En su interior conserva uno los retablos más antiguos de la península de Yucatán. El conjunto que forma el principal retablo con los laterales es excepcional, siendo éste de estilo barroco salomónico, con similitudes a los del resto de la península, pero con características y elementos únicos. A lado del templo existió un convento que fue construido por los frailes franciscanos que evangelizaron esta región y estuvo habitado por estos en los años 1697 a 1821. Este edificio, formaba parte del conjunto arquitectónico colonial más importante de la región, diseñado en forma similar al convento de Izamal con arquería colonial, sólo que en menor tamaño.
19.- La Iglesia de la Virgen de la Asunción. Fue el primer templo que se edificó en Carmen. En 1725 se levantó por primera vez el adoratorio, de madera, en una de las zonas más antiguas de la población, conocido como barrio El Guanal. En 1815, se inició su reconstrucción a base de mampostería. Su fachada es sencilla y se compone de gran paramento vertical que, junto con el acceso, pequeño balcón y un remate curvilíneo, constituyen la portada. A los dos lados se levantan dos torres de tres cuerpos. El interior del templo consta de una sola nave, decorada con sobriedad, en donde destaca el ciprés del altar mayor que alberga la imagen de la virgen de la Asunción.
martes, 22 de septiembre de 2020
Capillas abandonadas en el estado de Campeche
Bien sabes que además de las haciendas, los templos y capillas son las construcciones que ejercen una enorme fascinación y son elementos indispensables a conocer cuando tengo la oportunidad de viajar. En esta ocasión, como el viaje es virtual, la primera que topo, al hurgar en los muchos sitios electrónicos que promueven la riqueza patrimonial del estado corresponde a una que seguramente está dedicada a San José y en la que, asumo, se oficia ocasionalmente. Se localiza en la ex hacienda de San José Carpizo.
Siempre habrá la posibilidad de que en donde hubo una hacienda grande y con igual número de trabajadores existía una capilla. Si la hacienda fue totalmente abandonada, su capilla estará igual, en ruinas, pero si la hacienda fue expropiada, lo más seguro es que su capilla se mantenga en uso para la comunidad que siguió desarrollándose ahí, luego del reparto agrario.
En la entrada anterior, hablamos de las haciendas y de sus historias, una de ellas, Chilib, en el municipio de Tenabó, permanece en ruinas, al igual que su capilla.
La capilla de la ex hacienda de la Blanca Flor. “… Antes de la guerra [de Castas] había esclavos por aquí, mi mamá fue esclava de la hacienda San José y mi papá de Blanca Flor, los dueños eran yucatecos. Decía mi mamá que los yucatecos eran los que estaban en Blanca Flor, y los campechanos estaban con sus carabinas en la iglesia de Hecelchakán; contaba que a la hora de la guerra, el dueño metió a varios trabajadores a ‘la casa grande’ y que el jefe de los soldados yucatecos les dijo a los que estaban en Blanca Flor que buscaran cuevas para que se guarden y que después les avisaban para que salieran. Recuerda que mataron a muchos soldados y que después le echaban gas y así los dejaban. Nos contaba que a todos les hacían embrocarse en el piso, para que así, si la bala cruzaba la pared uno estaría en el suelo y no te pegaba; esto duró como tres semanas, después los soldados mataron todos los ganados”. Cuando terminó la guerra, todos los esclavos que estaban en la hacienda Blanca Flor salieron y vinieron a vivir a Santa Cruz. (Cultura Campeche, seguir leyendo aquí.)
Capilla, que más bien era una ermita, por su tamaño, que daba servicio a la comunidad indígena en la hacienda de San Antonio Yaxché, municipio de Hopelchén.
San Antonio Castamay, municipio de Campeche. "El viejo templo de Castamay se hizo bajo la dirección del hacendado Don Julián Gual en el año de 1870, acontecimiento que quedó inmortalizado en una pequeña placa de mármol que forma parte de las muchas que se encuentran en su interior. El santo patrono de la iglesia es San Antonio cuyos pobladores de la comunidad cuentan que es un santo castigado en 1896: sucedió que ese año los vecinos de Castamay presintieron una terrible sequía pues era ya tiempos de lluvias y éstas no caían, lo que causo gran alarma. Decidieron celebrar entonces un novenario en honor a San Antonio y al mismo tiempo celebrar una de esas ceremonias para conseguir los beneficios del dios Chaac". (Pérez Durán, seguir leyendo aquí.)
Bolonchén Cahuich. "El pueblo tuvo nueve pozos, cuatro de ellos en la plaza principal y el resto a los alrededores. De acuerdo a Santiago Pacheco Cruz (citado por Encalada, 1987: 71) el poblado debe su nombre a la traducción que quiere decir: “las dos vistas de los nueve pozos”, por derivarse de las voces de bolón, nueve, cheen, pozo; y uich o ich, ojo, que de igual manera se podría traducir como “los nueve pozos de Cahuich”. Sin puertas y con algunos dinteles en el acceso principal se pierde en el olvido y su historia. Dentro de la nave principal el piso desaparece entre la maleza. A sus lados, en sus muros aún se pueden observar los agujeros que soportaron el techo que dio sombra a los indios que acudían a los oficios religiosos. Al fondo de la iglesia, en lo alto del techado a dos aguas, se encuentra un pequeño nicho y debajo una inscripción que expresa: “Ave María 1758”, fecha probable de la conclusión de la iglesia y dedicada a la madre de Jesucristo. Como toda construcción de su tipo, un gran arco limita la primera parte del altar que estuvo techado con bóveda de cañón corrido y remata con dos nichos que aún conservan sus decoraciones en colores azul y rojo." (Exploracampeche.com; seguir leyendo aquí.)