sábado, 12 de junio de 2010

Un recorrido, un poco diferente, por Guanajuato, Guanajuato.

Pocos son los lugares en donde cada metro cuadrado encierra una cantidad de historia tal, como sucede en la ciudad de Guanajuato, hoy daremos un recorrido, un poco distinto a lo que habitualmente se ve en este magnífico lugar, comenzamos con una imagen típica, la de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de la Paz, cuyo origen se remonta a 1585, pero luego es trasladada a donde la vemos actualmente, en 1671, la obra es financiada por el marqués de San Clemente, dueño de la mina de Mellado y Pedro Lacuráin de Retana, el que Lugo se fuera a vivir al Valle de Santiago y a su muerte donara su fortuna a los Jesuitas de Guanajuato.


Estamos ahora en la calle original subterránea, es decir, la primera que hubo, luego, por el crecimiento de la ciudad se abrieron más. Las contradicciones se dan continuamente, se dice que eso de que Pedro Lascuráin fuera el mecenas de la obra queda en duda al leer al cronista de Valle de Santiago, don Benjamín Lara: “lo que me parece muy difícil pues en el año 96, Retana tendría 22 años de edad. Fue, eso sí, compadre y consejero de Josefa Teresa de Busto y Moya, Xerex y Monrroy, hermana del marqués de San Clemente, un poderoso del Real de Minas, quién con el marqués de Rayas, los notables Bernardo Riaño y José de Liceaga y con el mismo Retana, aportaron las sumas necesarias para la fundación de un colegio de jesuitas en Guanajuato”. (1)


Es sorprendente que muchas de las referencias que se hacen cuando la ciudad se consolida, en el siglo XVIII, aparece siempre el nombre del primer conde de la Valenciana, don Antonio Obregón y Alcocer; la razón es una, la abundancia de plata que de allí se extraía, por ende, los ríos de (literalmente) plata que corrían, financiaron la construcción de una buena cantidad de templos, el primero de ellos San Roque, que como era tradición incluía un panteón. Fue levantado en 1726 y es el que estamos viendo.





Sucedió que en 1717, aproximadamente, llegaron procedentes de Guatemala los padres de la orden Betlemita y fundan, con los auspicios del conde de la Valenciana, el templo del Inmaculado Corazón de María, la obra se llevó 58 años, en 1775 quedó lista junto con un hospital, hospicio, convento, escuela y cementerio.





Vino luego la segunda reconstrucción del templo de San Diego, con su respectivo convento y cementerio, este, dada su ubicación se afectaba con las continuas inundaciones de la ciudad, es por eso que vemos en la actualidad, los vestigios semienterrados de las construcciones originales. Para 1780 es que el conde de Valenciana aporta el capital para su reconstrucción.





En donde fuera la casa, más bien, palacio, del marqués de San Clemente y que fuera demolido en 1897, se levantó el Palacio Legislativo del Congreso de Guanajuato, el cual fue inaugurado en 1903. Al parecer no por don Porfirio pues en la placa conmemorativa se lee que fue él quien dio la autorización para su construcción pero no que el la inaugurara..





Y eso del estrago de las inundaciones lo podemos comprobar al caminar por la ciudad, por ejemplo aquí vemos la marca del nivel del agua cuando la inundación de agosto 20 de 1875, esto frente al Teatro Principal.


Al bajar por el sur de la plaza de San Roque encontramos otra marca (rectángulo azul) aun más impresionante, recordarás que te conté sobre el fotógrafo extraordinario de nombre Romulado García y como su estudio y todo su archivo fue perdido por la inundación

Por si no viste ese artículo, el cual te recomiendo ampliamente, entra aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2010/05/romualdo-garcia-el-que-supo-retratar-el.html


Fuente:


1.- Lara González, Benjamín. En el mero Bajío. Microhistoria regional. Edición privada. Guadalajara, 1999.



2 comentarios:

  1. Benja, considero tus reportajes muy valiosos y sobre este solamente quiero hacerte una observación, La Basílica no es de Nuestra Señora de La Paz es de Nuestra Señora de Guanajuato, al frente se ubica la Plaza de la Paz en donde se puede observar el monumento a "LA PAZ", antiguamente antes de que se colocara este monumento le llamaban "LA PLAZA GRANDE"

    Saludos y felicidades por tus publicaciones

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  2. Estimado Salvador:

    Gracias por la aclaración, tenía esa confusión creada, seguramente por el monumento de la plaza... en el blog que tengo sobre las Cabezas de Aguila, que es mi modo de celebrar el Bicentenario, hace poco publiqué algo muy interesante que encontré sobre la procesión que hubo con esa imágen el día del Patrocinio, 17 de noviembre de 1810.

    Saludos

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