lunes, 5 de marzo de 2012

Mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez, ciudad de México.

De mercados hemos hablado mucho. Los hemos considerado como el alma de una ciudad o de un pueblo. Hemos visto algunas maravillas, como el de Guanajuato o el de Celaya. Recuerdo también el de Mazatlán aunque ese aun no lo incluyo en El Bable. Ni que decir del mercado de Actopan, o de tantos más que por uno u otro motivo, sea su arquitectura que su sabor, su olor, o su peculiar trajín de personas nos deja un buen recuerdo; pero esta vez llegamos a un mercado que es una sorpresa mayúscula la que nos llevamos al descubrirlo, pues allí lo que se guarda es una colección de arte. Es el mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez en el centro histórico de la ciudad de México.


La zona oriente y norte, partiendo del zócalo, ha sido la zona comercial por excelencia de la ciudad de México. Por ese rumbo, desde que era la Gran Tenochtitlán ya se comerciaba, especialmente en la época colonial, pues allí era el embarcadero que conectaba con las zonas productoras de alimentos. La zona de la Merced se volvió como la zona de abasto de la ciudad y, este mercado fue el segundo que se construyó en el siglo XX para satisfacer las necesidades de una población creciente. Se construyó entre 1933 y 1934, cuando era precisamente don Abelardo Rodríguez el Presidente de México. Como toda placa que se respete, nos dice los personajes que gobernaban en el momento: Aarón Sáenz, Jefe del Departamento del Distrito Federal; José Benítez el Secretario General del DDF; el Ing. José Favela era el Director General de Servicios Urbanos y Obras Públicas. El proyecto fue diseñado por el Arq. Antonio Muñoz García.


Lo que se trató en ese momento fue dignificar el comercio con un espacio amplio, ventilado y organizado y se incluyeron servicios vistos por primera vez integrados a un mercado, un teatro, una guardería y algo impresionante: 1,450 metros cuadrados de pintura mural.




En el diseño del mercado fue una mezcla más que ecléctica, lo fue de los estilos afrancesados del Nouveau, Decó y Belle Epoque, con ciertos detalles barrocos, como esta ventana que vemos en la fotografía.




Fomento y Urbanización, S.A. (FYUSA) fue el contratista que desarrolló la obra, esto lo vemos en dos placas (tal vez hay más, yo solo noté dos), colocada una de ellas cerca del portal de acceso al teatro, la otra, en la puerta de la cámara de basura.




Al aproximarnos al Mercado que se localiza por el rumbo de las calles República de Colombia y la del Carmen vemos un edificio grande, que ocupa toda la cuadra, una parte pintada de anaranjado, la cual es el teatro; la otra, en la que destacan ventanales y una arcada central en la planta alta es, propiamente el mercado. Es decir, la apariencia dista mucho de lo que habitualmente vemos en México en un mercado, aunque el bullicio en rededor es grande, cientos y cientos de personas transitan por todas direcciones, de pronto bloqueando el paso de vehículos y volviéndose todo una zona de comercio, incluida la calle.




Al entrar en él por uno de los dos pasillos de acceso, vemos las paredes totalmente cubiertas de pinturas murales de clara influencia del estilo de Diego Rivera en donde se desarrollan las más variadas escenas...




En los arcos de acceso al mercado notamos unos medallones que hacen franca referencia, a lo que la actividad propia del mercado es, como aquí, en donde vemos una cesta con frutas...




Acá una cesta con flores...




Y una escena de caza con liebres y conejos...




Y es éste el interior del mercado, con techos muy altos que dan la ventilación e iluminación adecuadas, los pasillos tienen las dimensiones suficientes para caminarlos sin obstáculos...




Y la estructura metálica nos remite a los estilos franceses que tan de moda estuvieron en esa época de la Historia.




Seguramente el impacto en 1934, cuando se inauguró, fue grande, el tener un espacio de esa calidad y de esa dimensión...




Aunque las necesidades del comercio actual han variado un poco, no demerita el espacio interior logrado por el arquitecto Muñoz. Veamos unos cuantos detalles:













Y esto es lo que vuelve verdaderamente único a este espacio. Los accesos al interior del mercado, en donde encontramos los murales que los discípulos de Diego Rivera elaboraron. Bracho, Pujol, Rendón, Tzab Trejo, Gamboa y Alva Guadarrama fueron ellos los creadores de la obra, bajo la dirección del maestro Rivera. Y hubo también extranjeros, se dice de tres norteamericanos y un japonés que plasmaron ideas de marcada influencia socialista en los muros.




Se dice que el mercado se levantó en el espacio que ocupaba el colegio jesuita de San Pedro y San Pablo que se encontraba en ruinas.




Y en la actualidad, en estos rumbos, es donde el comercio se especializa en la venta de mochilas y bolsas. Supongo que también en peluches, pues al caminar por allí noté una buena cantidad de puestos que ofrecían todo tipo de estos objetos.




Como el trabajo artístico logrado en el interior del mercado y en el teatro anexo son cosa estupenda, será necesario que en otro artículo te muestre las imagenes que allí capté.




Si el asunto de la Arquitectura Mexicana del siglo XX te interesa, entra aquí:






Para ver el mercado Morelos en Celaya, entra aquí:






Mi visión del mercado en México aquí:






Para ver el antiguo edificio de la Secretaria de Salud, entra aquí:





3 comentarios:

  1. Al lado de ése mercado hay un teatro, que creo que llaman Del Pueblo que también es una joya. Ojalá puedas visitarlo.

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  2. acabo de ver un programa en el canal 11 en donde hablaban de este mercado y el teatro es dijeron un centro cultural que en un principio era parte del mercado, en la actualidad cerraron el pasillo por donde se comunicaban. espero ir pronto a visitarlos
    gracias por la información

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  3. muy interesante; existirá algún listado de las construcciones que realizó fyusa en el DF en este periodo?
    saludos
    Miguel

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