Los nombres de las haciendas son repetitivos, podemos hacer una larga lista de las que se llaman San José, San Isidro, San Nicolás y muchos más santos. Igual aquellos que usan nombres de árboles como Sauce o Sauceda, Mezquite, Zapote... otras que llevan el apellido del dueño y, como es el caso que hoy nos ocupa, el de Ciénega... todo comienza con que, al norte del estado de Guanajuato, luego de San Felipe, aparecen uno tras oto los ojos de agua y en consecuencia las lagunas o ciénegas que van formando y se prolongan por parte del altiplano, de allí que veamos por la región una buena cantidad de haciendas que llevan por nombre el de Ciénega. (Ciénega de Mata es una maravilla, procura conocerla.)
La que nuevamente nos ocupa es la de San José Cieneguilla que, como ya lo vimos, fue propiedad de los jesuitas luego de que obtuvieron en donación las enormes extensiones que la formaba. Se dice de un personaje que dio las tierras, pero no se anota el nombre. Eso era cosa común en la época virreinal, que las ordenes religiosas los recibieran, especialmente los jesuitas que eran los mejores administradores de la época y las hacían producir suficiente para la manutención de los colegios que fueron fundando por buena parte de la Nueva España. En lo que hoy es el Estado de Aguascalientes dos enormes propiedades tuvieron, una hacia el norte, Ciénega Grande, la otra hacia el sur, Cieneguilla.
La hacienda San José Cieneguilla fue declarada Patrimonio de la Humanidad dentro del programa (o concepto) Camino Real de Tierra Adentro en agosto de 2010, la razón, sin lugar a dudas, por la que fue seleccionada es porque nos da una clara idea de lo que fueron esas enormes haciendas, verdaderos centros de producción. Al ver el sitio desde el satélite nos damos cuenta de su dimensión y de que cuenta con todos los elementos que nos dicen la prosperidad que tenía: 1.- Casa grande. 2.- Capilla. 3.- Trojes. 4.- Eras y aventaderos. 5 y 6.- Oficinas. 7.- Corrales. 8.- Tentaderos y Cortijo.
Para llegar ahí localizamos la carretera estatal AGS2 que va de la 45 rumbo al Aeropuerto de Aguascalientes y llega al entronque norte en la comunidad Centro Arriba, más o menos a mitad de camino se pasa por San Pedro Cieneguilla, luego por Cieneguilla, y allí está la terracería que nos conduce hasta la Hacienda. Salimos muy temprano, a las 7 de la mañana para llegar con tiempo suficiente para recorrer todo lo que nos fuera posible de las enormes instalaciones. La casa grande es propiedad privada por lo que no hay acceso, pero el resto de las instalaciones se puede recorrer tranquilamente.
Cuando se visitan este tipo de sitios que fueron abandonados por mucho tiempo y cuyas paredes y techos han colapsado hay que tener mucho cuidado por donde se pisa, por un lado porque regularmente se toman como excusados y hay caca, sea humana que de animal, y por el otro que nos podemos llevar la sorpresa de que algo que pisamos no es firme, sólido y un accidente puede ocurrir. Habrá que tener cuidado con lo hoyos que dejan los buscadores de tesoros que se cubren de maleza. Hay que dar un vistazo antes de entrar a las habitaciones, pude haber allí algún animal, murciélagos son comunes, avispas ocasionalmente pero, sobre todo, hay que ver para arriba, pues tal vez una viga está por caer, más vale ser previsores.
Las imágenes que hoy comparto corresponde a la parte que marqué con el número 5, esas fueron las oficinas y la casa del administrador, los vestigios nos dicen que a un costado había corrales, pues todavía vemos los amarraderos para caballos, en lo que fue la fachada principal aun se alcanza a ver un letrero que dice "Sub comité Cieneguilla". Quizá fue ahí la Tienda de Raya... estos lugares me gusta mucho recorrerlos en silencio, admirar las paredes, siempre habrá algún detalle que nos diga lo que en su momento hubo en el lugar.
Cuando visites estos lugares, aunque estén abandonados, no dejes basura, regresa con ella y en tu casa la incluyes en la basura que regularmente depositas en donde debe de ser. No hagas hoyos, no arranques cosas, así como te maravillas de ver lo que estás viendo, deja que los que luego vendrán vean lo mismo que tu viste...
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