Ahora que la Colonia Roma se volvió famosa internacionalmente, que si bien ya había cobrado una nueva imagen (o concepto) hace pocos años, digamos que un sexenio (en el entendido de que en México nuestro tiempo se divide cada seis años), la comenzamos a ver, como debe de ser, en su singular majestuosidad, con acendrado acento porfiniano (o afrancesado) pasando por moderno y uno que otro tinte de funcionalismo y otro tanto de desastre en algunos edificios que tuvieron a mal levantar allí. Como quiera, no deja de sorprendernos este rumbo de la enorme ciudad de México y para muestra, aquí unas imágenes de mi pasar por ahí, que conste, no fue en plan turístico sino, más bien, médico:
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