Esta vez haremos dos reseñas, una de modo gráfico, en la que veremos apenas una pequeña muestra del mucho barroco que sobrevive en el centro histórico de la ciudad de México. Ahí aparece detalles de portadas de templos, conventos y casas que nos dicen de la habilidad que había en los canteros de la ciudad. La otra es una relación elaborada en 1863 luego de la implementación de las Leyes de Reforma.
Relación de las alhajas que poseía la Santa Iglesia Metropolitana.
La santa iglesia Catedral de México poseía las siguientes piezas de oro y plata: una custodia grande en que se sacaba al Divinísimo Sacramento en la procesión del día de Corpus; de vara y ochava de alto; su peso ochenta y ocho marcos de oro: su frente se hallaba cubierto de 5,872 diamantes, y su reverso de 2,653 esmeraldas, 544 rubíes, 106 ametistas y 28 zafiros. Su valor era de 150,000 pesos. (1)
La custodia de los domingos de Minerva (que es el tercero de cada mes) tenía 3,400 diamantes, 1,400 esmeraldas y 850 perlas. El copón grande en que se depositaba al Santísimo Sacramento, tenía diez y ocho marcos de oro, con 1,676 diamantes: el cáliz pesaba diez y medio marcos de oro; tenia 122 diamantes, 143 esmeraldas, y 132 rubíes.
Además de esto, había veinte cálices de oro adornados algunos con diamantes y piedras preciosas, y seis platillos de oro con sus vinajeras y campanillas. El servicio de plata era muy abundante, pues había dos juegos de hacheros, compuestos de seis piezas cada uno, seis ramilletes de vara y media cada uno, con sus jarras del mismo tamaño; multitud de idem más chicos, catorce incensarios, cuatro navetas, doce blandones de dos y media varas cada uno; seis idem de vara y media, seis docenas de cálices y vinajeras, multitud de candeleros de una y de media vara, seis docenas id. de media vara y dos de idem idem para tercerillas. Había aún más: tres estatuas de plata, un sagrario muy grande perfectamente cincelado, cuatro sahumadores de dos varas de alto cada uno, diez candiles de dos varas con veinticuatro albortantes cada uno, diez cruces altas, seis ciriales, una cruz adornada de piedras preciosas, con su peana y pequeño frontal de lo mismo, otra de filigrana, tres docenas de atriles, dos palabreros y seis portapaces. En las naves del templo se hallaban distribuidos veinte candiles de plata. Las imágenes que había de la Purísima Concepción y de la Asunción de María Santísima, eran de plata. (2)
Muchas de las alhajas referidas, así como paramentos sagrados, fueran de donación particular del emperador Carlos V, y otros, de varios particulares, y otros comprados por cuenta de la misma iglesia.
El valor de las alhajas con que se adornaba el presbiterio de esta santa iglesia, inclusas las dos imágenes referidas, ascendía á la cantidad de 800,000 pesos. El número de fincas que poseía, incluyendo las de las corporaciones que le son anexas, consistía en las siguientes:
Padres capellanes del coro, 1 finca valuada en 2,000 pesos
Ramo de aniversarios, 19 fincas valuadas en 170,200 pesos
Ramo do fábrica, 33 fincas valuadas en 380,716 pesos
Juzgado de capellanías, 15 fincas valuadas en 41,774 pesos
Arzobispado, 1 finca valuada en 831 pesos
Cofradía del Santísimo Sacramento, 26 fincas valuadas en 320,828 pesos
Cuerpo do plateros, 12 fincas valuadas en 124,000 pesos
Total: 107 fincas valuadas en 1’040,349 pesos
A principios del año de 1861, y varias veces después, fueron extraídas de orden del gobierno constitucional, varias piezas de oro y plata, así como alguna cantidad de dinero de esta santa iglesia. (3)
Notas:
1.- Según los periódicos del año de 1861, cuando se extrajeron en ese año las alhajas de esta santa iglesia, la custodia principal fui entre ellas, y á poco tiempo, según los mismos periódicos, fue rescatada por la Sra. Barrón, en la cantidad de 72,000 pesos.
2.- La imagen de Nuestra Señora de los Remedios se escapó de las garras de los constitucionalistas, gracias a que se ocultó oportunamente.
3.- En 6 de Enero de 1861, el gobierno de Juárez mandó sacar del Montepío un depósito de 19,000 pesos, pertenecientes á esta santa iglesia Catedral.
Fuente:
Alfaro Piña, Luis. Relación descriptiva. Tipografía de Villanueva, México, 1863. pp. 14-15
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