jueves, 23 de mayo de 2019

De bodas y parentescos en la nobleza Novohispana

  El trabajo que vengo desarrollando desde hace varios meses me ha llevado por ciertas informaciones que me han dado mayor conocimiento de lo que eran la reglas, los usos y las costumbres de la época; en este caso durante el virreinato y entre la clase más privilegiada, la que tenía concentrada la riqueza; riqueza que se agrupaba, principalmente, en la minería, la posesión de tierras y el comercio. La élite del grupo logró ascender al escalafón más alto y a obtener títulos nobiliarios. Los matrimonios eran, en ocasiones, concertados o forzosos. Existía la endogamia a fin de conservar en una misma familia la riqueza. Y había varios privilegios que recibían estos matrimonios de alcurnia los cuales analizaremos en base al registro del matrimonio del Segundo Conde de Regla con la Tercera Condesa de San Bartolomé Xala.

   En la Ciudad de México a treinta de Abril de mis setecientos ochenta y cinco años. Nos el Dor. Dn. Alonso Núñez de Haro y Peralta por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de esta Iglesia Metropolitana de México del Consejo de S.M. estando en la calle de Capuchinas, casa de la morada del Sor. Don Antonio Rodríguez de Pedroso y Soria, Caballero del Orden de Santiago, Conde de San Bartolomé de Xala, presbítero nuestro domiciliario, como a las siete de la noche en el Oratorio de dicha casa, habiéndoles dispensado las tres públicas moniciones que previene el Santo Concilio de Trento, y hecha la última acostumbrada prescrita por el Ritual Romano de la que no resultando Canónico impedimento asistimos a el matrimonio que celebraron por palabras de presente que la hicieron verdadero, y legítimo el señor don Pedro Romero de Terreros Trebuesto y Dávalos, conde de Regla, soltero, natural del Real y Minas de Pachuca, y vecino de esta ciudad en feligresía del Sagrario de dicha Santa Iglesia, hijo legítimo del Señor Don Pedro Romero de Terreros, conde que fue de Regla, natural de la villa de Cortegana, en el reino de Extremadura y de la Señora Doña María Antonia Trebuesto y Dávalos, natural de Compostela del Reino de Guadalajara de esta Nueva España y la señora Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y Cotera, doncella, natural y vecina de esta capital en feligresía de la parroquia de San Miguel hija legítima del nominado señor Conde de San Bartolomé de Xala y de la señora Doña Gertrudis Ignacia de la Cotera, difunta, natural de esta referida ciudad; siendo testigos a verlos y oírlos contraer matrimonio los señores don Vicente de Herrera, Regente de esta Real Audiencia, don Francisco Caraza, inquisidor del Santo Tribunal, Doctor y maestro don José Serrato, canónigo magistral, don Servando de la Cortina, conde de la Cortina, y otras varias personas que se hallaron presentes; y al siguiente día primero de mayo, en virtud de licencia y facultad por nos conferida les dio las bendiciones nupciales de nuestra santa madre Iglesia en el citado oratorio del supradicho Sor. Don Antonio Rodríguez de Pedroso y Soria, siendo sus padrinos el Dor. Don Mariano Yturria a nombre del Señor Don Fernando Joseph Mangino del Consejo de Su Majestad y superintendente de la Real Casa de Moneda y la Señora Doña María Dolores de Romero de Terreros y Dávalos y para que todo tiempo conste lo firmamos.

Alonso Arzobispo de México. (1)

Parroquia de San Miguel Arcángel, Libro de Matrimonios de Españoles No. 9. 1780-1790, f. 79v.-80

  El oratorio que se menciona en el documento es el de la Casa del Conde de Xala, actual Samborns, estaba justo al lado derecho de la escalera, lo que vemos en la imagen al fondo a la derecha. Se dice que en este enlace matrimonial se gastaron cincuenta mil pesos, no recuerdo en dónde fue que vi este dato. La suma para la época era descomunal, quizá se refería, más bien a 5,000 pesos que igual sigue siendo enorme pero no tanto. Al reconocer a los personajes mencionados en el documento vemos al Conde de San Bartolomé Xala, al Conde de Regla, al Marqués de Herrera, al Conde de la Cortina, a la hija de del Conde de Miravalle, al Marqués de Rivascacho. Seguramente hubo una buena cantidad de invitados, varios de ellos condes y marqueses, más todos los principales de la administración virreinal, de los Consulados, de los Tribunales.

  Vemos la dispensa, que consistía en hacer a un lado las amonestaciones, la presentación de testigos, el averiguar en libros de bautismos la "pureza" de sangre, esto agilizaba el tiempo de espera para hacer la unión matrimonial. Vemos que el matrimonio, como el de todos los de la nobleza, se realizó en la casa familiar, regularmente era en la casa de la novia y consistía en dos ceremonias, una, la que en este caso se realizó el sábado 30 de abril, a las siete de la tarde, fue la llamada Boda, que era el equivalente a lo que en la actualidad entendemos como la "civil", al otro día, en el mismo oratorio se celebró la "Velación", equivalente al matrimonio religioso de la actualidad. ¿Hubo cena la noche del 30 y comida o almuerzo (considerando que las misas eran temprano), además de la Tornaboda? eso no lo sabemos.

  Lo que sorprende aun más es un detalle que bien puede pasar desapercibido, el nombre del presbítero que realiza la velación y la boda, que era, ni más ni menos que el papá de la novia. 

  En efecto, don Antonio Julián Rodríguez de Pedroso Soria, Conde de San Bartolomé Xala había enviudado en 1784, al poco se ordenó como sacerdote el 3 de mayo del mismo año de 1784, y es él quien oficia la misa del casamiento. Sobre él se anota que era "bachiller en filosofía, conducta regular y de buen genio, y digno de sus circunstancias de una canongía o dignidad" (2). 

  En cuanto al Oratorio, sabemos que “Dicha casa fue edificada por el arquitecto Lorenzo Rodriguez entre 1763 y 1764. Hacia el año de 1784 se realizó un inventario de la casa, ya que tras haber enviudado, el conde de Xala se ordenó como presbítero el 3 de mayo de dicho año. En la descripción de la casa se apunta que la capilla tenía su puerta hacia el corredor principal con una reja de hierro, y un colateral ensamblado y dorado con 14 lienzos de santos. Un nicho central albergaba una imagen mariana bajo la advocación de la Virgen de los Dolores, que lucía un vestido de raso liso rosado y un manto de lustrina, además de portar un resplandor y daga de plata sobredorada. De igual forma, había un nicho y una mesa con una imagen de Santa Gertrudis de manufactura guatemalteca, la cual estaba ataviada con un vestido de mué, aureola y báculo de plata. También tenía otras esculturas devocionales dedicadas a San José y a San Juan Nepomuceno. La licencia para esta capilla fue emitida por el papa Clemente YIX, en breve fechado el 28 de noviembre de 1765” (3).


Fuentes:

1.- Parroquia de San Miguel Arcángel, Libro de Matrimonios de Españoles No. 9. 1780-1790, f. 79v.-80

2.- Menegus, Margarita. Descripción del Arzobispado de México en 1793. UNAM. 2005, p.93

3.- Sánchez Reyes, Gabriela. Oratorios domésticos: Piedad y oración privada. Historia de la vida cotidiana en México. Tomo III. Conaculta, México, 2010, pp.536-537

No hay comentarios:

Publicar un comentario