Esta vez tengo la oportunidad de asegurar la razón tan poderosa que tengo del gusto por esa ciudad, su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad es sencillamente majestuoso, basta ver este plafón que, en una casa de esas del siglo XIX, en donde con orgullo dejan las puertas abiertas para que nos llenemos los ojos con su maravilloso trabajo. Esta obra se localiza cerca de la esquina de las calles 4 Norte con 4 Oriente.
Puebla fue fundada debido a su excelente ubicación entre el único puerto existente en la época y la Gran Ciudad de México, bajo un clima fresco, con abundancia de agua y justo en el punto donde todo el año recibe las frutas que en las costas se producen, el ejemplo es mas que claro.
Esta ciudad guarda esos secretos ancestrales del manejo de la herbolaria, tanto como medicamentos como para sazonar adecuadamente la comida, el frescor salta a la vista y los precios son sorprendentes para quienes venimos de la Baja California Sur.
Son innumerables las construcciones virreinales que en Puebla hay, especialmente los templos, cada uno tiene algo espectacular que mostrarnos desde el punto de vista arquitectónico y algo que nos hace refelxionar mucho, acerca de la devoción que allí se respira. Esta es la bóveda de medio cañón a lo largo del templo de La Merced, una de las cien razones para ir a Puebla.
Mas reciente, quizá unos cien años, tal vez menos, son los pisos, esos pisos que en sí eran ya un diseño que no requerían de alfombra alguna para cubrirlos, sus formas geométricas embonan una en la otra, formando una trama fabulosa, aquí una pequeña muestra de esa maravilla poblana.
Pasear por las calles de Puebla es un verdadero agasajo a la vista, vamos de lo sublime a lo mundano. Este concepto queda bien claro en la escultura del Barrio del Artista, una cuadra mas allá del famosísimo Parián.
Esta vez tengo la oportunidad de asegurar la razón tan poderosa que tengo del gusto por esa ciudad, su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad es sencillamente majestuoso, basta ver este plafón que, en una casa de esas del siglo XIX, en donde con orgullo dejan las puertas abiertas para que nos llenemos los ojos con su maravilloso trabajo. Esta obra se localiza cerca de la esquina de las calles 4 Norte con 4 Oriente.
Puebla fue fundada debido a su excelente ubicación entre el único puerto existente en la época y la Gran Ciudad de México, bajo un clima fresco, con abundancia de agua y justo en el punto donde todo el año recibe las frutas que en las costas se producen, el ejemplo es mas que claro.
Esta ciudad guarda esos secretos ancestrales del manejo de la herbolaria, tanto como medicamentos como para sazonar adecuadamente la comida, el frescor salta a la vista y los precios son sorprendentes para quienes venimos de la Baja California Sur.
Son innumerables las construcciones virreinales que en Puebla hay, especialmente los templos, cada uno tiene algo espectacular que mostrarnos desde el punto de vista arquitectónico y algo que nos hace refelxionar mucho, acerca de la devoción que allí se respira. Esta es la bóveda de medio cañón a lo largo del templo de La Merced, una de las cien razones para ir a Puebla.
Mas reciente, quizá unos cien años, tal vez menos, son los pisos, esos pisos que en sí eran ya un diseño que no requerían de alfombra alguna para cubrirlos, sus formas geométricas embonan una en la otra, formando una trama fabulosa, aquí una pequeña muestra de esa maravilla poblana.
Pasear por las calles de Puebla es un verdadero agasajo a la vista, vamos de lo sublime a lo mundano. Este concepto queda bien claro en la escultura del Barrio del Artista, una cuadra mas allá del famosísimo Parián.
Muy bonita la percepción que tienes de Puebla. En verdad es un orgullo y un privilegio que se expresen así de la ciudad. Como poblano te agradezco tus comentarios y te invito a seguir conociendo esta gran ciudad que te espera con los brazos abiertos.
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