En la estación del tren de Salamanca no hay más pasajeros, no hay más carga, no hay más paradas, es, luego de más de un siglo de funcionar, un paso rápido del tren carguero que va rumbo norte hasta la frontera y rumbo sur a la ciudad de México. Pero la estación del tren de Salamanca sigue allí, con su dignidad profiriana que un día fue motivo de orgullo, asombro y respeto.
Fue entre 1995 y 1997 que el tren de pasajeros dejó de servir en todo México a excepción de contadas rutas, como lo es la del Chihuahua-Pacífico. En Salamanca no recuerdo cuándo fue que dejó de operar ese servicio. Ya desde la década de los ochenta, quizá antes, el Ferrocarril de Salamanca a Valle y Jaral no tenía función. Peor aun, el de Salamanca a Cerrogordo, Soria y Empalme dejó de funcionar desde la década de los treinta, solo que en ambos casos fue al extremo de que tanto pasaje como carga no funcionaban más.
A partir de esta imagen, las tomas corresponden a los meses de agosto y septiembre de 2013, el deterioro en la estación es aun mayor, las bancas están destrozadas, mucho del mobiliario de madera desapareció, la estación que representa el poderío y fuerza que tuvo México en el porfiriato está opacada o, peor aun está siendo anulada día con día.
Digamos que comenzada la década de los noventa, luego de un siglo de operación, el que era Ferrocarril Central Mexicano y que con tanta pompa se inauguró, dejó de operar. Manos negras intervinieron en los gobiernos de Salinas, Zedillo y hasta de Fox, para que fuera privilegiado el servicio de pasaje por carretera, anulando por completo al ferrocarril. Las estaciones dejaron de estar en uso, se volvieron refugio de malvivientes, letrinas públicas y estacionamiento. Luego pasarían al "cuidado" de una empresa de seguridad.
Las fotografías que ahora vemos las tomé en abril de 2009 cuando ya casi toda la memoria del tren de pasajeros estaba borrada. Aun quedaban las bancas en la sala de espera, la oficina del telégrafo con sus muebles de madera, también la del correo. Aun veíamos los buzones y los estantes en donde estaban colocados los aparatos para comunicación, poco a poco todo fue desapareciendo.
Así se veía la estación en sus mejores años, cuando La Fortaleza aun operaba.... tiempos ya idos.
Gracias por el comentario que me dejaste. Paso por tu blog y te firmo. Por cierto, muy bellas las fotos de esa estación abandonada de esa otra Salamanca donde se ha detenido el tiempo del reloj, por donde los trenes pasan de largo ignorando que ahí hay vida.
ResponderEliminarUn saludo desde este otro lado del charco.
El valor que ahora tienen tus fotos! De verdad qué pena que se haya perdido...
ResponderEliminarDa pena, pero ya no se usa, porque las personas dejaron de usar este transporte.
ResponderEliminarLas personas no dejaron de usar ese transporte, a las personas se los quitaron. Esto debido a que, cuando se construyó el sistema ferrocarrilero mexicano eran tiempos de Porfirio Díaz, los contratos se hicieron por 99 años, a nosotros nos tocó la época en que esas concesiones concluyeron, entonces fue que se acabó el sistema, coyuntura que aprovechó la KCS para apropiarse del sistema de carga, que es el que sobrevive, es decir, no hemos aprendido aun a manejar lo que es de México. Y si de minas hablamos, nunca terminaríamos.
EliminarSi vieran las estaciones abandonadas y casi totalmente destruidas en el estado de Chihuahua dan ganas de llorar al ver tanta historia dejarse destruir, mientras que en Estados Unidos por visitar lugares parecidos tienes que pagar 40 o 60 dólares. Una pena que dejemos perder todo esto
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